En pocos días partirá rumbo a Arabia Saudita como integrante de la selección argentina. Todavía son pocas las mujeres en el mundo de los deportes electrónicos.
A Valentina Cardozo todavía le cuesta explicar su próximo viaje con naturalidad. La joven neuquina de 20 años integra la selección argentina de Counter Strike y en menos de una semana partirá rumbo a Arabia Saudita con la premisa de llevarse el título mundial en la categoría femenina. Aunque la actividad viene creciendo, dice que todavía cuesta que los esports y la presencia de las mujeres en el universo gamer sea tomada más en serio.
La joven neuquina empezó a jugar al Counter para pasar más tiempo con su hermano, que es siete años mayor que ella. Cuando tenía sólo 6, veía a su hermano y a su papá pasar varias horas jugando en su casa del barrio TCI, y se introdujo en la actividad sólo para sentirse parte de lo que ocurría a su alrededor. Desde entonces, nada ni nadie la detuvo. Ahora, como subcampeona del último mundial, viajará al otro lado del mundo por una revancha.
"Empecé jugando como un hobby, a los 12 o 13 años conocí el mundo competitivo y empecé a jugar torneos", dijo a LMNeuquén. Y aunque su hermano nunca se interesó por las competencias, ella empezó a destacarse con rapidez.
"El primer torneo del que participé fue de una marca de periféricos para gamers. Se jugaba online y el premio eran periféricos y otros en dinero. Ahí quedé segunda", contó sobre sus primeros pasos, desde Neuquén, en el universo gamer.
Aunque a veces juega otros juegos por diversión, siempre mantuvo el foco en el Counter Strike, un videojuego que enfrenta a dos equipos: los terroristas que quieren plantar una bomba y los antiterroristas, que hacen todo por impedirlo. Las partidas duran cerca de 30 minutos y requieren, además de destreza, de mucho diálogo y estrategia.
Cuando Valentina empezó a acumular triunfos, la contactó un coach que buscaba perfiles para formar un equipo femenino integrado únicamente por jugadoras argentinas. "Acá todavía no hay muchas mujeres jugando, tampoco vemos que se sumen nuevas", señaló la jugadora, que encontró en este equipo una oportunidad para pulir su juego, viajar y conocer nuevas culturas.
Con la ayuda del coach, su dedicación al Counter creció. Para esa época, ya jugaba unas 6 horas diarias como entrenamiento, Sin embargo, ahora le dedica 8 horas por día para analizar jugadas y pensar posibles formas para ganar cada partida. "Se estudia mucho la estrategia, adaptarte con tu equipo, te exige comunicación, estudiás estrategias para ganar", señaló.
"Tener un coach es muy positivo porque se dedica a analizar tus jugadas, te muestra errores de lo que uno no se da cuenta, y así mejorás un montón", explicó la joven, que ahora vive en La Plata, donde estudia Periodismo Deportivo.
Recorrer el mundo con el Counter Strike
Si bien la mayoría de los torneos tienen sus primeras fases de forma online, los finalistas suelen tener los gastos cubiertos para viajar a otros países a competir en las últimas instancias. Así, los videojuegos son una oportunidad para conocer otros países y culturas.
En 2022, como integrante de la selección argentina, Valentina viajó a Bali, en Indonesia, para su primer mundial. Allí, además de quedarse con el título de subcampeona, también aprovechó a conocer un país asiático que no estaba en sus planes de viaje.
"Es una gran oportunidad para viajar, a mí me encanta viajar y eso me permite conocer otras culturas de los jugadores de distintos países que también compiten", detalló.
El 7 de noviembre, la joven viajará a Riyadh, una ciudad de Arabia Saudita que será sede del mundial, entre el 11 y el 14 del mismo mes. En la fase de grupos, competirá contra Francia, Suecia y Kazajistán. Después siguen los cuartos, semifinal y la final mundial.
Los gamers luchan por más reconocimiento
Aunque Valentina se inició en los videojuegos por su familia, y ellos son su principal apoyo para crecer en la actividad, señaló que todavía le cuesta a muchas personas entender por qué pasa tanto tiempo frente a la PC.
"¿Eso es un deporte? ¿Se entrena?", dice que le preguntan aquellos que piensan que su dedicación al Counter es un simpe hobby, como el de muchos que disfrutan de los videojuegos.
Por eso, y pese a los triunfos cosechados por su grupo, cuesta conseguir los sponsors y las pocas jugadoras femeninas se terminan cansando de la actividad. "Es muy difícil conseguir apoyo para que los jugadores tengan un sueldo y se dediquen exclusivamente a entrenar, por eso muchos terminan dejando", afirmó.
"Hay mucha gente que lo ve como un jueguito, algo fácil, que no demanda tiempo", dijo y aclaró que eso les resta respaldo para poder sumar sponsors y costear los gastos del deporte, que implican una inversión en un servidor, equipamiento gamer con periféricos y también camisetas, además de las horas de dedicación.
Y aunque ha crecido esta disciplina en el ámbito deportivo, en Neuquén son pocos los gamers, y menos las mujeres que juegan. Por eso, la historia de Valentina surge como un ejemplo para imitar.
Un futuro por los deportes electrónicos
Valentina se imagina un futuro atado a los esports. "Por suerte, en mi facultad cada vez se habla más de este tema, hay charlas de deportes electrónicos y también torneos, no sólo de Counter, sino también de FIFA, por ejemplo", afirmó.
Por eso, busca crecer en el deporte no sólo para formar parte de un equipo profesional y dedicarse de lleno a la disciplina, sino para conjugar su pasión por los videojuegos con sus saberes de comunicación. Así, desde el periodismo, pretende que cada vez haya más presencia de gamers en la agenda de actualidad y que más mujeres se animen a dedicarse a los deportes electrónicos de modo competitivo.
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