La UTA afronta el malestar de sus bases. Sobrevuela la idea de una medida por tiempo indeterminado. El Gobierno ordenó un recambio de funcionarios que no resolvió el problema.
Poco antes de las 20, en la secretaria de Trabajo dieron por finalizada la negociación salarial entre la Unión Tranviarios Automotor (UTA) y las cámaras patronales de empresarios de colectivos. Desde que arrancó el lunes, Gabriel Gusso, secretario gremial del sindicato, había advertido que había pocas chances de encontrar una salida. La semana pasada, cuando el paro nacional fue anunciado, también hubo un cambio repentino en la secretaría de Transporte, el área que administra la frazada corta de los subsidios públicos para todo el país.
El cordobés Franco Mogetta, que había sobrevivido a todos los embates desde diciembre de 2023, fue finalmente despedido. En el Gobierno sostienen que lo sacaron porque no pudo evitar el paro. Fue reemplazado por el empresario Luis Perrini desde el jueves pasado. Pasaron cuatro días de negociaciones y el resultado fue el mismo. Perrini no pudo resolver lo que le costó la cabeza a Mogetta, aunque el cable más delicado de las negociaciones estuvo en manos del subsecretario de Transporte Automotor, Mariano Plencovich.
Entre las salidas y las continuidades de funcionarios el paro se precipitó este lunes y se concretará este martes, como la implementación tardía de la medida de fuerza que el gremio de los colectiveros no quiso aplicar el 10 de abril, en el marco del tercer paro nacional que resolvió la CGT desde que asumió Javier Milei. Antes de esa huelga general en la UTA aseguraron que estaban en el marco de una conciliación obligatoria dispuesta por la secretaría de Trabajo y que por eso no podían plegarse a la medida de fuerza.
Quizás por autopreservación o por la potente interna que surca las entrañas de la UTA, el último paro nacional fue a medias porque los colectivos funcionaron en todo el país. Ahora se sentirá esa ausencia durante todo este martes, con la intención de nacionalizar el paro y forzar una salida para la negociación salarial.
En la previa del paro, Gusso sostuvo que si no hay una respuesta, la próxima medida podría ser por tiempo indeterminado. El mensaje puede ser parte de la pirotecnia para la negociación, pero también es el termómetro del reclamo. Al parecer, las bases del sindicato están dispuestas a bancar un paro que la conducción no tenía entusiasmo alguno en realizar.
La propuesta insuficiente para UTA
Según el acta de la última audiencia, a la que accedió LMNeuquén, a las 19.50 se terminaron las negociaciones. Las cámaras FATAP, AAETA, CEAP, CETUBA, CTPBA y CEUTUPBA ofrecieron tres sumas no remunerativas. La primera de 40.000 pesos para pagarla el 26 de mayo, la segunda de 50.000, cancelable el 16 de junio y una tercera de 70.000 para depositarla el 15 de julio. La UTA consideró que la propuesta era "una falta de respeto" ante el reclamo de llevar el salario básico del chofer de 1.200.000 pesos a 1.700.000. Las empresas, propusieron para febrero, marzo, abril, mayo y junio “un incremento remunerativo de menos del 6% a pagarse a partir del mes de junio”.
La combinación de sumas no remunerativas con el 6% remunerativo es una oferta que viene desde la semana pasada, cuando estaba Mogetta. La oferta no solo es insuficiente para la UTA, sino que además ahora fuerza otra realidad más dura: que el básico de 1.200.000 que se paga en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) no es respetado en distintas caberas urbanas de las principales provincias del país, donde el boleto supera los 1.000 o 1.200 pesos, cuando en el conurbano bonaerense cuesta 420 pesos.
Todo, en el marco de una redistribución de los subsidios estatales al transporte público de pasajeros que no rompió la asimetría que varios gobernadores reclamaban finalizar, como lo hizo el exmandatario Juan Schiaretti. El Gringo exigía la finalización de los subsidios al conurbano y estabilizar el costo del boleto en el interior. Lo cierto es que la motosierra arrancó cortando el Fondo Compensador para el Transporte Automotor del Interior y provocó un primer incremento abrupto del costo del boleto en distintas provincias. Sin embargo, el fondo para el conurbano se mantuvo en pie. Afrontó recortes, pero la asimetría entre el boleto del interior con el capitalino es tan grande como antes de Milei. Aunque Schiaretti era un impulsor del fin de los subsidios para el conurbano y Mogetta viene de su riñón, ambos siempre negaron que su designación en Transporte era parte de un acuerdo de Milei con cordobesismo que gobierna la provincia.
La ecuación del transporte público ha comenzado a crujir por el paro nacional de colectivos de este martes. No sólo por el problema estructural que combina subsidios públicos, salarios y empresas de transporte público. Sino porque el árbitro de la negociación salarial, es decir, la secretaría de Trabajo, se aferra a impedir un aumento mensual del 1%. El techo, que busca imponerle a las paritarias, también está crujiendo en distintas actividades, pero desde la semana pasada el transporte de colectivos se encamina a ser un conflicto paradigmático. Para la UTA el problema no sólo pasa por la oferta exigua para los salarios, sino por el freno de la cartera que conduce Julio Cordero, ex hombre de Techint en la UIA.
De los seguros y el club a manejar el Transporte del país
El cambio en la conducción de la secretaría de Transporte también revela una batalla interna en el Gabinete. Aunque el cordobesismo lo niega, la salida de Mogetta se sumó a la relación inestable que mantiene el gobernador Martín Llaryora con la Casa Rosada. En su lugar fue designado Luis Perrini, hasta la semana pasada extitular de Triunfo Seguros, una cooperativa mendocina.
También es vicepresidente del Club Independiente Rivadavia de Mendoza y su desembarco fue posible por la influencia de Juan Pazo, titular de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). Responde al ministro de Economía Luis "Toto" Caputo. Con esa designación, Perrini extiende el control del Palacio de Hacienda sobre el área de Transporte. Ese cambio, dicen en el Gobierno, es mucho más importante que los problemas que ahora enfrenta Perrini en este primer paro de colectivos. El problema sigue siendo el mismo que tenía Mogetta hasta que fue despedido la semana pasada.
¿Qué hace un empresario de los seguros en un mini ministerio como la secretaria de Transporte? En las cámaras del sector sospechan que tiene que ver con tres factores: el poder creciente de Toto y el desembarco en Transporte. Se suma la relación de Pazo con Perrini. Especulan que se trata de un puente para que el nuevo cargo le permita afrontar la fragilidad financiera que le endilgan a la aseguradora que presidió hasta la semana pasada.
Te puede interesar...
Dejá tu comentario