Tras cometer el escalofriante asesinato el hombre se suicidó y dejó una carta. Buscan determinar si la Justicia ignoró señales previas de riesgo.
La localidad de Huanguelén quedó marcada por uno de los episodios más dolorosos de los últimos años: el asesinato de Francisco, un nene de cuatro años, a manos de su padre, Gustavo Suárez. Tras cometer el brutal crimen, el hombre decidió suicidarse en el interior del mismo vehículo donde sucedió todo.
El caso provocó conmoción, repudio y una pregunta que atraviesa todo el expediente: cómo un conflicto familiar con denuncias previas terminó sin medidas eficaces de protección.
Gustavo Suárez, de 48 años y Daiana García, de 35, habían sido pareja y eran los padres de Francisco. Vivían en Coronel Suárez y mantenían una separación atravesada por denuncias y tensiones. Según fuentes policiales, existían antecedentes de violencia familiar que ya se encontraban documentados.
Según revelaron fuentes policiales, el 7 de noviembre, García —sargento de la Policía Comunal— presentó una denuncia y pidió una medida de restricción de acercamiento. Sin embargo, apenas cuatro días después, el Juzgado de Garantías N°3 no dio lugar al pedido. El juez Alberto Antonio Manzi derivó la situación al Juzgado de Paz y solicitó intervención del área local de Servicio Social.
El servicio además, solicitó medidas de protección para el nene el 11 de noviembre. Tres días más tarde, el Juzgado de Paz dictó un “cese de medidas de perturbación”, lo que en los hechos implicó que Suárez mantuviera contacto con su hijo. La argumentación elevada por el juzgado fue que no existía un riesgo extremo.
El día del crimen y la reacción desesperada de la madre
La madrugada del martes, Suárez conducía un camión Mercedes Benz por la Ruta 60, cerca del acceso a Huanguelén. Lo acompañaba Francisco, de apenas cuatro años. En ese lugar detuvo el rodado y llamó a su expareja. Le dijo que iba a matar al nene y que después se quitaría la vida. Incluso publicó mensajes en redes sociales anticipando lo que estaba por hacer.
García actuó de inmediato y envió un patrullero al punto indicado. Cuando los oficiales llegaron, encontraron a los dos dentro del camión. El hombre tenía un disparo en la cabeza y Francisco también, aunque el nene todavía mostraba signos vitales. Fue trasladado de urgencia a un hospital, donde los médicos intentaron estabilizarlo. El esfuerzo resultó inútil y el nene murió horas más tarde.
La escena fue examinada por peritos, quienes hallaron manchas de sangre y una pistola calibre 22. Todo indicaba que el hombre había ejecutado el plan anunciado minutos antes.
Una carta cargada de manipulación y reclamos que anticipó el desenlace
TN accedió a la carta que Suárez dejó antes de cometer el crimen. El texto estaba dirigido a su expareja y tenía un tono cargado de resentimiento, amenazas y manipulación emocional.
“Me voy con mi bebé, porque prometí cuidarlo y así lo haré”, escribió en uno de los pasajes más perturbadores. La carta, lejos de reflejar cuidado, expuso un intento de justificar un acto irreversible con frases de control y castigo emocional.
El texto completo incluía acusaciones, reproches y advertencias, además de la afirmación de que ella “nunca volvería a ver” a su hijo. También difundió mensajes en su estado de WhatsApp anticipando lo que iba a hacer.
La investigación quedó a cargo de la UFI N°5 del Departamento Judicial de Bahía Blanca, que analiza las decisiones previas, los antecedentes judiciales, la carta, los mensajes y el impacto de las medidas que no prosperaron. El caso reabrió el debate sobre cómo se evalúa el riesgo en situaciones de violencia familiar y qué mecanismos fallan cuando las advertencias ya formaban parte del expediente.
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