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La Mañana policía

Macabro: una policía mató a su expareja, dijo que fue para defenderse pero descubrieron la mentira

La investigación dio un giro inesperado y algunos indicios cambiaron por completo la historia que Cynthia contó tras el brutal hecho.

La investigación sobre la muerte de Rodolfo Benítez Bazán dio un vuelco total. Lo que parecía un episodio de violencia de género encuadrado en la legítima defensa derivó en una acusación mucho más grave contra la suboficial de la Policía Federal Argentina, Cynthia Cecilia Maidana.

Nuevas pericias, mensajes de WhatsApp y testimonios dejaron al descubierto una serie de contradicciones que modificaron por completo la hipótesis inicial.

El hecho ocurrió el 12 de noviembre en un departamento del barrio porteño de Caballito. Maidana aseguró entonces que su ex pareja, Benítez Bazán, ingresó al lugar pese a una restricción perimetral vigente. Dijo que ante el temor, en medio de la tensión, utilizó su arma reglamentaria para defenderse. La escena parecía encuadrar dentro de un caso típico de violencia. Esa fue la versión que la oficial transmitió a la Policía de la Ciudad.

Pero la fiscal Mónica Cuñarro no quedó conforme. La funcionaria judicial ordenó medidas urgentes y amplió el alcance de las pericias. Quiso determinar si el relato coincidía con la evidencia física. No fue así. Los resultados generaron un escenario distinto.

La fiscal pidió una nueva indagatoria por homicidio agravado por el vínculo y por el uso de un arma de fuego, una acusación que describe un crimen ejecutado de forma consciente.

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La policía quedó bajo sospecha tras las pericias que contradijeron su versión inicial del hecho.

La policía quedó bajo sospecha tras las pericias que contradijeron su versión inicial del hecho.

Uno de los puntos que más llamó la atención surgió de los propios vecinos del edificio. Nadie escuchó gritos, peleas ni pedidos de auxilio. Tampoco hubo llamadas al 911. La reconstrucción de la fiscalía describe un departamento en silencio, donde el ataque se produjo sin señales previas de forcejeo o miedo real. Según el dictamen, Maidana disparó a quemarropa en el pecho y luego en el abdomen. El tercer disparo habría ocurrido cuando Benítez ya estaba en el piso.

El ingreso de la oficial a su casa, a las 3:03 de esa madrugada, quedó registrado. Esa información fue clave para reconstruir el momento en que se desencadenó la secuencia. La fiscal sostiene que el taxista tenía una llave del departamento y que ese acceso previo le permitió a Maidana sorprenderlo y matarlo sin resistencia. La escena no reflejaba una pelea: reflejaba una ejecución.

Mensajes, presiones y un intento de armado de coartada

Otra parte central de la acusación surgió de los mensajes enviados por Maidana a la exniñera de sus hijas. La fiscalía consideró este intercambio como un indicio de manipulación.

Desde las 2:15 de la madrugada, la suboficial escribió por WhatsApp para pedirle que mintiera si la llamaban. Le indicó que debía decir que esa noche tenía previsto cuidar a las niñas, pero que no pudo asistir por un problema personal. También le pidió que borrara todo rastro de la conversación y que no se lo contara a su madre. La charla terminó a las 2:41, poco más de una hora antes de los disparos.

La niñera declaró en la causa y confirmó que Maidana nunca le había mencionado situaciones de violencia con Benítez. Lo mismo expresó la madre de la policía, quien describió la relación como “tóxica”, pero sin detalles de agresiones en fechas recientes. La hermana de Maidana agregó que en la época previa a la pandemia hubo peleas graves, incluida una ocasión en la que la oficial le arrojó un espejo a su entonces pareja.

Otra voz importante fue la del oficial superior de Maidana en la PFA. Declaró que solo sabía que la relación estaba terminada y que, recientemente, la suboficial había empezado un proceso de revinculación entre las niñas y su padre. Esa descripción chocó con la idea de una perimetral estricta y de un peligro inmediato.

Cynthia Cecilia Maidana
Los investigadores reconstruyeron la escena y detectaron maniobras atribuidas a la policía imputada.

Los investigadores reconstruyeron la escena y detectaron maniobras atribuidas a la policía imputada.

A las 5 de la mañana, cuando Benítez ya estaba muerto desde hacía rato, Maidana envió mensajes con el teléfono de su hija de 8 años a su superior: “Auxilio”, “ayuda”. Antes, había roto su propio celular y dado de baja su cuenta de WhatsApp. La fiscal afirma que esa conducta buscó borrar evidencia. También retiró la memoria de la cámara de seguridad del domicilio y colocó un cuchillo en la cintura del taxista para simular que la atacó.

Las pericias forenses que cambiaron todo

Los estudios luego realizados consolidaron las sospechas. El cuchillo no contenía huellas útiles. El análisis balístico demostró que los disparos fueron efectuados desde corta distancia y sin señales de defensa. El patrón de sangre resultó determinante. Según el informe, el cuerpo fue movido después de caer.

Una foto incluida en el expediente del crimen mostró que el antebrazo izquierdo de la víctima tenía sangre con dirección doble: hacia adentro y hacia afuera. Ese detalle, de acuerdo con los peritos, solo podía explicarse si alguien rotó el cuerpo. La fiscal concluyó que Maidana giró el cadáver para acomodarlo y colocar el cuchillo en la espalda, un punto donde pudiera verse como una amenaza neutralizada.

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