Mató a su amigo de 20 puñaladas tras consumir drogas y alucinar que era "el Pomberito"

Un hombre que estaba bajo el efecto de las drogas, alucinó que era el Pomberito y mató a su compañero de 20 puñaladas. Fue atrapado luego de estar prófugo durante más de una semana, y fue él mismo quien explicó la insólita situación.

Aquel hecho ocurrió el pasado 24 de octubre en un taller mecánico, en donde el hombre trabajaba como sereno en la localidad de Bernal, en Quilmes, y esa noche llegó su compañero al que le aplicó varias puñaladas.

El herido alcanzó a llamar al 911 y mientras agonizaba pudo dar el nombre de la persona que lo atacó. Una comitiva policial llegó al lugar y pidió la intervención de una ambulancia del SAME para el traslado urgente al hospital local, aunque no pudo sobrevivir a las heridas.

Después de 10 días, el homicida fue encontrado en la localidad bonaerense de Villa Luzuriaga tras un operativo, y fue aprehendido sin oponer resistencia alguna.

El hombre, tras ser notificado de una causa por homicidio dijo: “Estaba drogado y lo confundí con el Pomberito, pero fui yo”, informaron fuentes de la investigación.

Qué es "el Pomberito"

La figura del Pomberito es una de las más fascinantes y arraigadas en la mitología argentina, especialmente en las regiones del noreste.

Aunque no existe un registro histórico preciso sobre el origen del Pomberito, se cree que sus raíces se encuentran en las antiguas creencias de los pueblos originarios de la región, principalmente los guaraníes. Estas culturas tenían una profunda conexión con la naturaleza y creían en la existencia de espíritus que habitaban los bosques y los ríos.

El Pomberito, como muchas otras criaturas mitológicas, fue probablemente una forma de explicar fenómenos naturales, como los ruidos extraños en el bosque o las desapariciones de animales. Además, servía como una figura de advertencia para los niños, incentivando el respeto por la naturaleza y el cuidado del entorno. Más adelante en el tiempo, era también una pícara advertencia para aquellos que "se portaban mal" o que "no dormían la siesta".

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El imaginario del Pombero lo señala como un ser ambivalente.

Generalmente, al Pomberito se lo imagina como un ser pequeño, de baja estatura, con rasgos toscos y una apariencia algo desaliñada. Se dice que puede cambiar de forma y hacerse invisible.

Vive en los bosques, especialmente en lugares solitarios y oscuros. Se le asocia con los árboles huecos, donde se cree que tiene su guarida.

Su carácter es dual: puede ser tanto benévolo como malévolo. Si se respeta la naturaleza y se le trata con deferencia, puede ser protector y ayudar a los perdidos. Sin embargo, si se lo molesta o se daña el entorno natural, puede ser vengativo y causar travesuras.

Además, se le atribuyen diversos poderes sobrenaturales, como la capacidad de imitar voces, de desorientar a las personas en el bosque y de causar enfermedades. También se dice que puede transformar objetos y adoptar diferentes formas.

La figura del Pomberito ha trascendido a lo largo de los siglos y se ha convertido en un elemento fundamental de la identidad cultural argentina, especialmente en las regiones donde la naturaleza aún conserva su fuerza. Las historias y leyendas sobre el Pomberito se transmiten de generación en generación, manteniendo viva la tradición oral y fortaleciendo el vínculo entre el hombre y la naturaleza.