Policía de la Tercera dateaba a los delincuentes para robar y pasaba droga a los presos
Se trata de un policía de la Comisaría Tercera que fue detenido esta miércoles. Todavía relevan escuchas y aún no se puede establecer la cantidad de hechos en la que habría entregado datos claves.
La historia es muy sencilla: un policía neuquino le pasaba datos a los delincuentes para que pudieran dar golpes claves por los cuales después obtenía una parte del botín. Además, a los presos de la Comisaría Tercera le hacía favores, pasaba drogas, que como todo en el mundo criminal se cobra.
La relación entre policías y delincuentes siempre existió y seguirá existiendo. Lo cierto es que, en esta ocasión, la fortuna estuvo del lado de los investigadores y pudieron descubrir la dinámica.
Todo comenzó con un robo en una vivienda en Centenario a principios de julio. Una mujer llegaba a su casa y vio que una pareja salía corriendo con un televisor en las manos. En la puerta dejaron varios otros elementos que pretendían cargar en el auto en el que se dieron a la fuga. La vecina alcanzó a ver la marca del vehículo, el color y los tres números de la patente.
El asistente letrado de la fiscalía de Robos y Hurtos, Juan Pablo Encina, tomó el caso y se puso a trabajar con personal de investigaciones de la Comisaría Quinta de Centenario. La clave era dar con el auto para poder dar con los autores. Parece simple, pero no lo es, porque había que rastrillar toda la confluencia y el Alto Valle de Río Negro porque no se sabía de dónde podían ser.
Finalmente, la tecnología ayudó en la búsqueda. Rastrearon a través de los Registros del Automotor las patentes, marca y color y lograron afinar la búsqueda. En el barrio Villa Ceferino vivía una mujer que tenía ese auto, por lo que los investigadores de la Quinta se reunieron con los de la Tercera para intercambiar información y el más antiguo de la Brigada, el Tatú, les dijo “no tenemos nada de esa mujer nosotros”.
Pesquisas
Los investigadores siguieron con las pesquisas. La dueña del auto tenía a su marido preso en la Comisaría Tercera, ese detalle que había obviado el Tatú no lo dejaron pasar por alto en la fiscalía. Fue por ello que se ordenó allanar la casa de la mujer y en medio del procedimiento comenzó a sonar el celular de ella. Nadie atendió y a los minutos volvió a sonar, pero era una llamada por WhatsApp.
A la vista de todos quedó el apellido y la foto de la persona que llamaba. ¿Quién era? El Tatú. Los policías lo reconocieron de inmediato y rápidamente informaron de la situación a la fiscalía que ordenó intervenir el celular del Tatú.
En una reunión a puertas cerradas con el jefe de la Comisaría Tercera se develó toda la información. Sin dudarlo, el jefe se puso a disposición de la fiscalía para investigar al presunto poliladrón.
El jefe de la Tercera lo dejó seguir trabajando al Tatú para no levantar sospechas y también intervinieron el celular que usan los presos para llamar a sus familiares. Celular que fue habilitado por la Justicia en medio de la pandemia para que los detenidos pudieran mantener contacto con la familia producto del aislamiento y las restricciones.
Esta tarea, las escuchas, siempre es una dificultad en las investigaciones porque se realizan en Buenos Aires y mandan los audios entre una semana y diez días después. Es decir, no son en simultáneo a los hechos, queja que hace varios años se viene realizando desde el Ministerio Público Fiscal de Neuquén.
De todas formas y pese al atraso se pudo realizar una red de relaciones. La dueña del auto fue la que participó del robo en Centenario junto con otro hombre que recientemente cayó preso en la Tercera, donde está el esposo de la involucrada.
Además, mediante las escuchas se pudo establecer que: “El Tatú ya nos hizo pasar la heladera blanca”, es decir cocaína. Esos son algunos de los favores y atenciones que tiene el Tatú con los presos.
Con los robos pasaba lo mismo. Tatú daba un dato y después obtenía algún tipo de retorno que, obviamente, es algo muy difícil de demostrar porque no dejan nada que pueda quedar registrado.
Ahora, la fiscalía trabaja con horas y horas de escuchas que pueden arrojar nuevos elementos para sumar a la investigación.
--> Allanamiento y detención
En la mañana de este miércoles, el asistente letrado Juan Pablo Encina con integrantes del Departamento de Delitos allanaron la Comisaría Tercera con el apoyo del jefe de dicha unidad que colaboró en toda la investigación.
Cuando ingresaron los policías a la oficina de la Brigada hicieron retirar a otros dos efectivos y al Tatú le pidieron que se quedara mientras en paralelo uno de los oficiales de Delitos le retiraba el arma y se le informaba toda la situación por la cual quedó demorado a la espera de que se pueda avanzar con las escuchas para poder formular cargos.
No se descarta que en las próximas horas pueda recuperar la libertad supeditado a la causa y que la Jefatura ordene la suspensión de actividades del Tatú.
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