El empleado del mes: salvó a un vecino de que le roben su auto con un inhibidor de alarma
Ocurrió en el Bajo neuquino, en la zona del Centro Pyme. El empleado y un cliente sorprendieron al ladrón cuando se estaba subiendo al auto del vecino.
Los ladrones que operan con inhibidores de alarmas, para robar vehículos o manotear todo lo que encuentren en el interior del habitáculo, no descansan y están por todos lados. Algunos vecinos cuentan historias de robos consumados en el microcentro neuquino. Otros incluso fueron víctimas en inmediaciones de algunas escuelas públicas y privadas, cuando iban a dejar a sus hijos. Pero ahora pasó en la zona del Bajo, muy cerca del Centro Pyme. Más precisamente, en las calles Sarmiento y Chaneton.
Lo llamativo del caso, como ocurre en otras zonas de la ciudad, es que el ladrón tuvo la impunidad de inhibir la alarma de un vehículo que estaba estacionado frente a un comercio, mientras circulaba bastante gente por la calle, entraban y salían clientes de varios negocios. Todo, a plena luz del día.
Paula es compañera de trabajo del joven empleado que salvó a un vecino de que le roben el auto o lo que tenía en su interior. En diálogo con LMNeuquén, contó que el episodio ocurrió este miércoles al mediodía. El vehículo en cuestión es un Toyota Corolla, cuyo propietario lo había dejado estacionado, literalmente, en la puerta del negocio. En ese momento, el empleado, que se lleva todos los aplausos, se encontraba en el mostrador y alcanzó a reconocer al vecino, quien se alejó caminando en dirección a Chaneton.
Minutos después, vio a otro joven desconocido subirse al Corolla del vecino y la intuición no le falló. Vestía de negro y aparentaba unos 30 años. De 1,70 metros de alto y pelo castaño, con un brazo izquierdo aparentemente lastimado.
"Ve que se sube al auto del vecino, le comenta al cliente que atendía en ese momento 'éste no es el dueño del auto', el cliente sale enseguida del comercio y le pregunta si era su auto. El chabón le dice que andaba con el dueño. Pero entonces mi compañero lo desmiente, porque sabía que no estaba con él", relató Paula.
La impunidad del inhibidor
El ladrón siguió adelante con la farsa y manifestó que iba a buscar al propietario del vehículo. Sin embargo, el joven trabajador vio que el sospechoso se dirigió hacia la calle Intendente Mango y luego se subió a otro auto, con rumbo desconocido. "No alcanzamos a ver la patente", mencionó Paula.
Al sospechoso le perdieron el rastro. Pero el vecino del Corolla luego se acercó y constató que no le faltaba nada en su interior. "Mi compañero heroicamente lo salvó de que le roben", destacó Paula.
Le pareció increíble que toda esta secuencia ocurriera con bastante movimiento en la calle. "Hay que estar atentos. Andan con inhibidores de alarma. Con el hábito de tirar la manija de una puerta podés prevenir que te pase", sostuvo la trabajadora consultada.
Un consejo útil para evitar ser víctima
Recordó que el año pasado le habían robado de la misma forma a otro compañero de trabajo, a quien le sustrajeron una mochila del vehículo con cierre centralizado que dejó estacionado a dos cuadras del comercio, en Planas y Leguizamón.
"Están en todos lados... a mí me pasó hace dos meses en pleno centro. Me bajo en Carlos H. Rodríguez y no me cerraba el auto. Me quede parada al lado hasta que pude, cerraba, pero tiraba la manija y quedaba abierto. No tengo idea que tan fácil es conseguir esos inhibidores, pero es tirar la manija y prevenir un robo", concluyó.
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