Padre e hijo persiguieron y amenazaron a vecinos: a uno le gatillaron

En apenas horas, padre e hijo persiguieron a vecinos de Centenario y al encontrarlos, los amenazaron con un arma de fuego. A uno, incluso, le gatillaron en la cabeza sin que el proyectil saliera. La génesis del conflicto tendría a los acusados como presuntos estafadores, sin embargo, eso es investigado en una causa paralela.

El hecho salió a la luz la semana pasada en una audiencia de formulación de cargos. En días separados, ambos fueron acusados por la fiscal del caso Paula González por los delitos de amenazas agravadas por el uso de arma y de portación de arma de fuego apta para disparo sin debida autorización legal. (dos hechos); mientras que al hijo también le atribuyó los delitos de atentado a la autoridad agravado por haber puesto manos a la autoridad y de tenencia de arma de fuego de uso civil.

Así, de acuerdo a la teoría provisoria que investiga la fiscalía, los hechos sucedieron todos el 16 de septiembre de 2022, en la localidad de Centenario. El primero tuvo lugar alrededor de las 13:30 cuando amenazaron a una vecina, a quien primero persiguieron en su camioneta y una vez que la alcanzaron, el hijo le expresó a la mujer: "No sabes con quien te metiste, me las van a pagar por meterse con mi familia, cuídate porque no sabes con quien te metiste”, a la vez que se metió la mano en el bolsillo como insinuando tener un arma de fuego.

"Esto a la señora le generó gran temor, más que ella circulaba en su vehículo junto a su marido, su hijo y su nuera", detalló la fiscal en la audiencia y agregó que tras ello, las víctimas se retiraron y alertaron a la Policía de lo sucedido, donde denunciaron las amenazas.

Horas más tarde, padre e hijo volvieron al cruce y esta vez interceptaron a un hombre cuando llegaba a su domicilio. "Al llegar a su domicilio, ambos lo increparon. El hijo extrajo un arma de fuego, la apoyó en la cabeza de la víctima y le gatilló, pero el disparo no salió, lo que le generó un gran temor a la víctima", detalló la fiscal González y agregó que las personas que se encontraban con el hombre alertaron a la Policía sobre lo que estaba aconteciendo.

De esa manera, un patrullero se acercó rápidamente al lugar. Al ver a los policías, el padre se dio a la fuga en la camioneta, pero fue interceptado a las cuadras; mientras que el hijo fue reducido por los efectivos, no sin antes forcejear con los mismos. "Le vamos a indilgar también el haber agredido con golpes de puño a un efectivo y a otro con patadas, dañándole la pistolera", sostuvo la fiscal y también agregó que en esa persecución al padre, lo vieron arrojar un elemento, el que luego se constató que era un revólver, calibre 32 con siete cartuchos en el tambor.

Los investigan por estafa también

La fiscalía contó brevemente que víctimas y victimarios estarían relacionadas con "un conflicto previo que hay en tanto padre e hijo habrían estafado a estas personas (a las que amenazaron) y por ello hay un legajo en Delitos Económicos que se investiga".

A su turno, la defensa oficial de los acusados no se opuso a la calificación provisoria, pero aclaró las circunstancias de los hechos narrados por la fiscalía. En este sentido el defensor José Maitini indicó que ese día, sus asistidos estaban en su vivienda cuando llegaron estas personas (las víctimas de las amenazas) a "amedrentar y tirar piedras contra mis asistidos, diciendo que eran estafadores y todo tipo de agravios".

El defensor detalló que, de acuerdo a las conversaciones con el hijo, el involucrado en la otra causa sería un hermano suyo, quien "habría vendido terrenos sin tener los comprantes registrales de los mismos". Una vez que terminaron de tirar piedras, se fueron y fue allí, cuando padre e hijo salieron en su búsqueda. "Es allí que, en principio, se habrían dado los hechos, que deben ser constatados", sostuvo Maitini.

Así, tras escuchar a las partes, el juez a cargo de la audiencia Luis Georgetti dio por formulados los cargos y fijó el plazo para culminar la etapa de investigación en cuatro meses. Además, le fijó una prohibición absoluta de acercamiento hacia las dos víctimas y sus familias.