Tiroteo en Fernández Oro: El relato de la abuela a la que se le metió el ladrón a su casa
Dramática mañana. Habló la anciana de 94 años que vivió una pesadilla mientras predominó el terror entre los chicos de la escuela próxima.
La anciana, de 96 años de Fernández Oro, a la que se le metió un ladrón a su casa, transmitía paz y calma a pesar del dramático y tenso momento que acababa de vivir por el tiroteo. Es más, hasta se prendió en la broma cuando el cronista de LMCipolletti le sugirió que, más allá del susto, no perdió el apetito al verla devorarse con ganas las empanadas de carne en el mediodía de este viernes.
“Por poco no me como el papel de la servilleta”, respondió doña Emilia con picardía en la mesa redonda de la casa de su hija Zulema, en Roca al 1200 de Fernández Oro, a donde llevaron a refugiarse a esta abuela de 94 años luego de que un delincuente que escapaba de la policía ingresara a su vivienda de Primeros Pobladores y Lavín.
Allí se encontraba tomando mates con su nieto Facundo, mientras Zulema cocinaba cuando el intruso, que se venía tiroteando con los uniformados, ingresó por la ventana del dormitorio.
Minutos previos, la Policía perseguía a un sospechosos de un robo que derivó en un tiroteo en la puerta de una escuela de esa localidad rionegrina. El operativo incluyó patrulleros de Fernández Oro y Cipolletti. Hubo disparos que impactaron contra los móviles de la Policía y, como consecuencia, el ladrón se escondió en la casa de la abuela Emilia de 96 años.
Casi al mismo tiempo, policías que lo perseguían e intercambiaban disparos con él y sus secuaces también entraron a su hogar y dieron la orden de “cuerpo a tierra”, antes de detener al hampón que al aparecer se encontraba herido.
“Estoy bien por suerte. Un poco de bronca me da, porque una nunca está pensando eso, siempre piensas cosas positivas, cosas buenas”, comentó la histórica vecina de Oro.
“Una ventana a media mañana está abierta, hay que ventilar un poquito. El portón del costado quedó abierto y eso les facilitó las cosas al delincuente. Fue todo tan rápido. Siempre con mi hermana estamos con ella, de día o de noche y esto pasó a media mañana”, indicó, por su parte, su otra hija Irma mientras criminalística inspeccionaba el lugar de los cinematográficos hechos.
Se nota que Emilia es de esas abuelas fuertes, “de las de antes”, a la que ni siquiera un episodio así fue capaz de alterarla. Al menos eso se percibía, quizá no lo demostraba y la procesión iba por dentro. O tal vez la experiencia, "son los años" como diría ella...
“Parecía una película, vio… Soy orense de toda la vida y ¿qué le diría a la gente que pregunta por mí? Que vivo bien, tranquila, rodeada de gente buena. Para mí toda la gente es buena, no ando mal con nadie”, reflexionó la encantadora anciana.
“Nunca tuve un robo nada en casa. Es más, seguro que vuelvo allá a dormir la siesta en un rato”, adelantó la mujer que vivió la pesadilla, en otra muestra de coraje.
Más testimonios exclusivos de las víctimas
“En el momento no me asusté, después sí al escuchar todo lo grande que había sido el hecho. Quisimos cerrar con llave la puerta, pero estaban todas las ventanas abiertas para ventilar un poco y ahí fue que aprovechó”, reveló Zulema.
“Entró por la ventana y detrás lo hizo la policía, todo muy rápido. Nos hicieron salir de la casa, que nos tiremos al piso ya que podía haber más tiros. Hubo varios disparos previos. Pudo ser una tragedia”, analizó mientras procesaba la reciente odisea.
Respecto al malviviente, precisó: “Venía armado, no sabíamos qué iba a hacer… Se veía joven y alto”.
Por su parte, su hijo Facundo fue quien al percatarse de que un extraño había ingresado fue con muchas agallas a la pieza y se topó con él. “Se lo veía cansado, la persecución venía de lejos parece. Estaba sentado en la cama, como entregado, ya sabía que no podía salir de esa situación. Me hizo un gesto de resignación con sus manos”, contó el valiente muchacho.
Llantos, desmayo y terror en la escuela
Momentos de tensión y dramatismo también se vivieron en la escuela 314, el colegio que quedó en medio de la persecución y el tiroteo que conmocionó a todo Oro.
"Estaban todos llorando los chicos. Los maestros los hicieron tirar al piso. Nos pidieron a los padres que no vengamos porque había un tiroteo afuera. Ellos salen a las 13 pero 12.30 nos avisaron y no podíamos dejar de venir. Fue desesperante", contó a LMCipolletti la mamá de un alumno de 10 años.
Por su parte, una alta fuente de esa institución indicó: “Una portera se desmayó del susto. Cerramos las puertas y algunos padres que vinieron a retirar a sus hijos quedaron adentro un rato. Reforzamos los ingresos con medidas de seguridad, poniendo bancos, sillas contra los portones y ventanales, para que no entren los delincuentes”.
“Los chicos estaban con mucho miedo. Actuamos según protocolo porque no sabíamos donde estaban los ladrones y sentíamos los tiros", agregó. El intendente Gustavo Amati, que de inmediato se acercó a la zona, confirmó que los niños se encontraban en “buenas condiciones” a pesar del susto impresionante.
Asimismo, Carlos, un vecino comentó que “fue descomunal lo que pasó, estábamos tranquilos y de repentes, tiros, polvaredas, uno que pasó corriendo con la policía atrás”.
“Nunca había vivido una situación así, por lo menos cinco tiros, con chicos de la escuela cerca… Mis hijos son grandes, pero igual te da impresión lo que pasa y temes por tu familia. Por ahí sale una bala perdida”.
Una mañana de furia y terror en Fernández Oro.
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