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La Mañana preso

Un preso atravesó dos instancias en un reclamo por una caja de alfajores y unas magdalenas

Enojado con una disposición del SPF, recurrió a un habeas corpus. Las golosinas se las habían enviado en una encomienda pero se encuentran prohibidas.

Lejos de quedarse con los brazos cruzados, un preso que no pudo saborear unos alfajores de chocolate, marca Terrabusi, y unas magdalenas que les enviaron sus familiares a través de una encomienda, impulsó un habeas corpus ante la secretaría 1 del juzgado federal de Neuquén capital y, luego, insistió con su reclamo ante la Cámara Federal de Apelaciones de General Roca. En ambos casos, su pedido no logró una respuesta favorable.

Cárcel de Senillosa
Muchos procesados y condenados evitan ir a la cárcel y no conformes, impulsan pedidos de más beneficios.

Muchos procesados y condenados evitan ir a la cárcel y no conformes, impulsan pedidos de más beneficios.

El interno que mostró su bronca con las disposiciones de los agentes del Servicio Penitenciario Federal (SPF) que cumplen funciones en el Complejo V de la ciudad neuquina de Senillosa destacó que su familia le envió una encomienda que contenía seis obleas rellenas de chocolate, un paquete de galletitas Mellizas, un paquete de magdalenas rellenas con dulce de leche y, lo más valioso, una caja con seis alfajores Terrabusi.

Tuvo que intervenir la Cámara Federal

El conflicto se inició a la hora de la entrega de la encomienda porque las disposiciones de la cárcel en materia de alimentos son muy estrictas y el conjunto de lo enviado al preso se encuentra en la lista de los “prohibidos”.

De esta forma, el interno decidió ir a fondo para que le entreguen los alfajores y las magdalenas y la primera respuesta negativa fue del juez federal neuquino que intervino, que se limitó a señalar la normativa carcelaria y lo previsible: que su reclamo no era motivo para impulsar un habeas corpus porque “no se configura una situación de urgencia que justifique la procedencia de la acción”.

Más allá de esta respuesta contundente, el interno no se conformó y su habeas corpus llegó al despacho de los camaristas federales roquenses. Una vez más, los magistrados reiteraron que los reglamentos de la cárcel son claros y que tanto alfajores como galletitas se encuentran entre los denominados “elementos prohibidos”.

La cárcel de Senillosa recibirá, de ahora en adelante, sólo reclusos federales.
La cárcel de Senillosa recibirá, de ahora en adelante, sólo reclusos federales.
La cárcel de Senillosa recibirá, de ahora en adelante, sólo reclusos federales.

Al igual que el juez neuquino, sus pares de Roca insistieron en que “no existe un obrar arbitrario o ilegítimo de los funcionarios del citado complejo que deba ser atendido por esta excepcional vía, así como tampoco se ha verificado -por el momento- una situación de urgencia que la amerite”.

De esta forma, a pesar de su tozudez, el interno de la cárcel de Senillosa se quedó sin alfajores ni magdalenas.

El pícaro que se quejó por una Play Station

Este tipo de reclamos no resulta extraño y los magistrados se ven obligados a resolverlos en el día a día. El año pasado, por ejemplo, tuvieron que expedirse en relación a la intención de un preso de que le permitan el ingreso de una Play Station 2 para jugar en su calabozo.

La presentación del interno, alojado en el Complejo V de Senillosa, forma parte de los insólitos pedidos que deben analizar los magistrados federales de Neuquén y Río Negro y que, en una mayoría de oportunidades, son descartados debido a que no tienen sustento.

En el caso del preso que reclamó por la Play, la consola fue enviada a través de una encomienda por familiares. Sin embargo, desde el SPF, se le había aclarado al interno que esos equipos electrónicos no se permitían. A partir del arribo del aparato, se inició el conflicto y el preso no dudó en impulsar múltiples reclamos ante las autoridades penitenciarias y judiciales.

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