Amateurismo, a la hora de una definición, es la práctica de un deporte o de otra actividad de forma no profesional. Lo que ayer parecía una gran tarde en La Chacra, una sonrisa por la goleada del Rojo a pesar del descenso ya decretado días atrás y la despedida de un referente como Lalo Porra, fue empañado por un error, no muy inocente. La mala inclusión de un jugador ¡expulsado en la fecha anterior! le dio la posibilidad a Deportivo Roca de protestar los puntos.
Ese fútbol poco profesional, ese que se palpita en cada rincón del interior del país -y no nos referimos ni al estilo de juego ni al campo- tuvo su página más clara durante la tarde del domingo.
Voces que se callaron para aprovechar una oportunidad y olvidos que ocasionaron más de un dolor de cabeza luego de que el pitazo final se escuchara en La Chacra y se desatara un festejo moderado por las sensaciones encontradas entre un gran triunfo y la despedida de la categoría, ya que el Rojo estará en el Regional Amateur -otra vez esa palabra- la próxima temporada.
La práctica de una actividad no profesional muchas veces nos lleva a errores. Y costosos.
Ese amateurismo que en la zona no solo está en el deporte sino que alcanza otros rubros, como la política. Como aquel joven que caminó, golpeó manos y timbreó por motu proprio durante todo el verano por el interior provincial pero lejos de la campaña de su candidato. Y cuando habló -o en realidad tuiteó- se “equivocó” -o no- y ahora lo quieren expulsar de su partido.
O el bautizado “mejor equipo económico de los 50 años” que parece un incipiente amateur, más allá de que nos llenen de justificaciones sobre la macroeconomía y los factores externos. Todos errores, simples errores, pero que terminan siendo costosos.
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