El delincuente brasileño usó una máscara de silicona y una peluca. Fue descubierto y filmado. El video se viralizó.
Un narcotraficante brasileño intentó escaparse de una prisión de Río de Janeiro disfrazándose de su hija, quien lo había ido a visitar. Tras haber sido descubierto, fue alojado como castigo en una celda de aislamiento mientras que la adolescente, por ser cómplice de su padre, quedó detenida.
El delincuente, identificado como Clauvino da Silva, se puso una máscara de silicona, una peluca negra, anteojos y ropa de mujer para intentar engañar a los guardiacárceles.
Los agentes penitenciarios se percataron del intento de fuga y abordaron al preso cuando se disponía a reclamar el documento de identificación dejado por su hija, quien permanecía dentro de la cárcel y después pretendía alegar que la cédula fue extraviada o entregada a otra persona por parte de los responsables del control. Además de la joven, el reo tuvo la complicidad de otra mujer más, quien debido a su condición de embarazada no fue sometida a los rayos X e ingresó el disfraz.
La Secretaría de Administración Penitenciaria del estado de Río de Janeiro comentó que Clauvino, conocido como “Baixinho” (bajito), fue puesto este lunes en una celda solitaria de máxima seguridad del complejo penitenciario Bangú 1 en la que permanecerá, inicialmente, durante 10 días. El narcotraficante cumple una sentencia de 73 años de prisión. Su hija, identificada como Ana Gabriele Leandro da Silva, fue aprehendida y deberá responder ante las autoridades por facilitar una fuga, delito que prevé una pena de reclusión de entre seis meses y dos años.
El intento de fuga fue registrado por los agentes penitenciarios en un video que fue divulgado por la Seap y comenzó a circular rápidamente a través de las redes sociales con las imágenes de la sorprendente transformación del hombre. Además, el ente penitenciario investiga si otras visitantes o algún funcionario de la cárcel ayudaron en el frustrado intento de fuga.
En 2013, Da Silva y otros treinta presos huyeron de una de las cárceles del mismo complejo por el sistema de alcantarillado, pero un mes después volvió a ser detenido cuando la Policía intervino en una disputa territorial por el tráfico de drogas en la ciudad de Angra dos Reis, Río de Janeiro.
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