Amplían el grupo de búsqueda de los asesinos de José Aigo
Tras las duras críticas de la familia del sargento, Nación elevó la recompensa y en Neuquén aportaron más recursos a la cacería.
El 7 de marzo se cumplió el noveno aniversario del crimen del sargento José “Cochele” Aigo en Pilo Lil, las duras críticas de la familia respecto de las promesas incumplidas y la impunidad reinante en el caso generaron una respuesta inmediata. Se realizaron gestiones ante Nación y así se logró ampliar las recompensas de 1,5 a 2 millones de pesos por información precisa que ayude a dar con los guerrilleros Jorge Antonio Salazar Oporto y Alexis Alfredo Cortes Torres.
El 9 de marzo, la ministra de Seguridad de Nación, Sabrina Andrea Frederic, firmó la resolución que incrementó el monto de la recompensa, transformándose así en la más importante en el país hasta el momento. La información oficial se dio a conocer el 11 en el Boletín Oficial.
Además, el Ministerio Público Fiscal y el Ministerio de Seguridad de la provincia acordaron ampliar los recursos humanos y económicos que maneja el grupo especial que trabaja con el único fin de dar con los terroristas chilenos.
“Queremos hacerles saber que se nota que nada de lo que se dice en los micrófonos se sostiene. Para que se encuentre a los delincuentes, el fiscal Gerez y la Policía de investigaciones tienen ue tener todo lo que se necesita para poder avanzar, recursos económicos profesionales”. Marcela Aigo. Hermana del sargento asesinado
Las críticas de la familia
En medio del acto que se realizó en Junín de los Andes por el noveno aniversario del crimen a quemarropa de Cochele Aigo, Marcela, su hermana, tomó el micrófono y no le tembló la voz a la hora de exigir respuestas al poder ante la impunidad y la ausencia de avances en la causa.
“Es doloroso traer a la mente aquel día y todo lo que aconteció, pero siempre nos convencemos de que la memoria es lo que mantiene vivo el pedido incansable de justicia por el aberrante crimen del 7 de marzo de 2012 que se llevó la vida de un servidor público”, indicó.
“Ahora, podríamos decir palabras hermosas y decorativas que sellen un año más de memoria, pero para nosotros este no es el fin. Estamos acá para poder expresarnos. Hay palabras clave como injusticia, violencia, falta de compromiso, manoseo, discursos políticos, desinterés, impunidad. Nada de lo antes mencionado puede ser alentador para una familia que espera tener novedades de quienes asesinaron a quemarropa: Jorge Antonio Salazar Oporto, Alexis Cortes y Juan Marcos Fernández. Tres tipos con huellas digitales y huellas en la delincuencia también. Que no son de los que delinquen a la vuelta de la esquina de cualquier barrio, y eso bien se sabe. Son delincuentes internacionales, pertenecientes a grupos de la izquierda revolucionaria de mucho entrenamiento y organización, que no se van a quedar en la montaña por donde se cree que se fugaron o en el pueblito donde vivían. Son personas con entrenamiento para sobrevivir en la clandestinidad, con convicción y una firme ideología que sostendrán hasta su muerte”, afirmó Marcela.
“¿Y por qué decimos esto? Para que sepan que nos damos cuenta de que no se ha tomando la causa con la seriedad que requiere, y eso está a la vista en estos 9 años. Como ciudadanos de esta provincia, les seguimos exigiendo al gobernador, a la ministra de Seguridad y al jefe de Policía que realmente piensen cuánto han podido dar en esta causa, cuánto de lo expresado en los micrófonos quedó plasmado en acciones. ¿Han puesto todo lo que se necesita para una investigación de estas características? ¿Están los recursos dados y puestos sobre la mesa para que la policía de investigaciones avance en la búsqueda o sigue siendo un mero discurso político para dejar tranquila a una familia?”, se preguntó Marcela
“Queremos hacerles saber que se nota que nada de lo que se dice en los micrófonos se sostiene. Señores, señoras, para que se encuentre a los delincuentes, el fiscal Gerez y la policía de investigaciones tienen que tener todo lo que se necesita para poder avanzar, recursos económicos y profesionales. Y no se olviden de que siguen teniendo una gran deuda con los hijos, la esposa, la madre, el padre, la familia y amigos de Cochele”, concluyó.
134 en la línea gratuita para brindar información.
Es el teléfono del Ministerio de Seguridad de la Nación para aportar datos sobre los guerrilleros prófugos. Una vez que atienden el llamado, a la persona no se le requiere la identidad sino que se le asigna una clave alfanumérica. Si se los captura, con la clave se le paga de forma anónima la recompensa.
Pese a la pandemia, hubo pesquisas
El grupo de tres investigadores que se aboca desde hace cuatro años en la búsqueda de los asesinos de Aigo, que se ampliará en pocos días más, siguió trabajando a lo largo de todo este año de pandemia.
No fue fácil porque, debido a las cuestiones sanitarias, cada uno de los países que están bajo la lupa adoptaron distintas medidas restrictivas por el COVID-19 y esto se transformó en un obstáculo más para las pesquisas.
Las policías y fuerzas especiales de estos países que cooperan con los investigadores también tuvieron cambios de funciones por la pandemia y las prioridades fueron otras hasta que lentamente volvieron a “la nueva normalidad” y se retomaron los trabajos.
Hay que decir que las restricciones de circulación y el aislamiento que se tomaron en los distintos países del continente les han servido más a los guerrilleros que a los pesquisas. Tanto para Salazar Oporto como para Cortes Torres, la pandemia representó un alivio en su vida de prófugos.
Los trabajos que hicieron los investigadores neuquinos no pueden ser develados por obvias razones.
Son dos guerrilleros entrenados
En una charla que mantuvieron con este medio, los investigadores que trabajan para dar con los asesinos del Cochele Aigo explicaron: “Son personas preparadas para vivir en la clandestinidad y conocen técnicas de supervivencia con preparación en guerrilla. Hace tiempo deben haber quemado sus documentos y viven con unos falsificados o robados. Saben que sus familias son puntos débiles, por lo que no las visitan, lo que no quiere decir que de alguna forma les hagan saber que están vivos”.
“Ellos se hacen llamar luchadores internacionalistas y van a cada uno de los países que ingresan en conflicto. Muchos de los delitos que cometen son para continuar viviendo en la clandestinidad, seguir solventando su causa o ayudar a compañeros que están detenidos. Incluso cuentan con organizaciones que los ayudan. Tienen formación político-ideológica, entrenamiento paramilitar y preparación para la supervivencia”, sintetizó un pesquisa.
Sobre el perfil guerrillero, aclararon que “responden al Movimiento Izquierda Revolucionaria (MIR). Salazar Oporto, a la facción armada del Ejército Guerrilla del Pueblo Patria Libre (EGPPL), y Cortes Torres, al Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). Son movimientos que cuando se instaló la democracia en Chile han continuado la lucha desde otro lugar porque consideran que se trata de una falsa democracia. En este sueño que tienen por la revolución, van cometiendo distintos delitos, entre ellos atentados contra autoridades de gobierno y judiciales. Es muy difícil dar con ellos porque se mueven en grupos donde las personas tienen lealtades muy fuertes y la traición no está contemplada”.
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