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La Mañana Violencia de género

Ciberdelito y violencia de género: un calvario real

La pesadilla de Marina Demtchenko comenzó cuando decidió separarse en 2011. Su ex creó un perfil a su nombre y filtró fotos íntimas.

Gretel Olivares

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Neuquén.- Marina Demtchenko vive en La Plata, es abogada y hoy preside la Fundación Activismo Feminista Digital. El calvario que la convirtió en víctima de violencia sexual virtual develó el gran vacío que tiene la ley argentina en materia de ciberdelitos vinculados a violencia de género y representados en el acoso y la divulgación no consentida de imágenes íntimas por las redes sociales.

Pero ese mismo calvario la convirtió en la promotora de un proyecto de ley que prevé tipificar el delito, sus agravantes y de esa manera busca ayudar a otras mujeres bajo el lema “Ni porno, ni venganza: se llama violencia sexual”.

Marina conoció a Sebastián cuando tenía 21 años. Él era 16 años mayor que ella en ese entonces. Compartieron cinco años de relación hasta que ella en 2011 decidió separarse.

“Yo te voy a demostrar que todos los hombres sólo quieren acostarse con vos, nadie te va a amar como yo”, esa fue la amenaza que su ex le disparó y fue a modo de presagio, porque ya tenía un plan perverso en marcha.

“Mi ex pareja, Sebastián, empleado administrativo del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires en el área de armamento, con el que tuve una relación de cinco años, creó un perfil falso en Facebook haciéndose pasar por mí y filtró fotos íntimas durante dos años en los que además chateó con hombres desconocidos”, contó Marina, en primera persona, a LM Neuquén.

El modus operandi del agresor era contactar a otros hombres haciéndose pasar por su ex para ofrecerles fotos y proponerles encuentros.

“Yo salía a la calle y me abordaban hombres que no conocía y me manoseaban, me pasaban la lengua por el cuello, me decían ‘sos vos, por fin nos encontramos’”, recordó Marina. Más de 40 extraños la abordaron en la calle pensando que ella era la misma persona que chateaba con ellos y les proponía las relaciones.

“Yo no sabía lo que pasaba, suponía que venía por parte de mi ex, pero no tenía cómo probarlo. Durante ese tiempo me fui encerrando cada vez más, no salía de mi casa, iba a mi trabajo en remís, no salía a caminar, tuve que cambiar cinco veces el teléfono, no tenía vida social, no salía por la calle por temor a que otros hombres me reconocieran, porque tenían mis fotos, y me pasara algo”, relató. Hasta que un día un conocido de la familia halló su foto asociado a un perfil bajo el nombre de “María de los Ángeles Ribera”.

Con la ayuda de este amigo que le siguió la corriente a la persona que estaba detrás del perfil, se pudo obtener un teléfono y luego grabar una conversación que incriminó al ex de Marina y a partir de allí comenzó la batalla legal en una Justicia que no tenía ni las herramientas ni el conocimiento para abordarlo.

“A mi ex le allanaron su departamento y le secuestraron ocho celulares, más de 2000 fotos mías en formato digital, otras impresas, y un arma sin habilitación”, enumeró Marina, quien sin embargo reconoció que lo único que frenó al agresor fue contar su historia en los medios.

"La tecnología le dio un plus al agresor. Es una forma nueva de una violencia tradicional”

Proyecto de ley nacional contra el acoso online

“Una víctima se enfrenta a su agresor y al Estado. Se enfrenta a un tipo que le quiere destruir la vida y a un Estado al que no le interesa que eso ocurra”, disparó tajante y con conocimiento de causa Marina y agregó que “la violencia de género virtual tiene una capacidad destructiva inconmensurable”.

Cuando comenzó con su padecimiento, Marina realizó tres denuncias: una en 2012, otra en 2013 y la última en 2014 bajo la carátula “revelación de secreto de instancia privada”. Después la causa pasó a ser por amenazas y luego se cayó.

En Argentina no está legislado ni tipificado el delito de difusión no consentida de imágenes íntimas ni el de acoso virtual donde las víctimas son mayores de edad. Ambos ítems están contemplados en un proyecto de ley presentado ante la Comisión de Legislación Penal de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina, en donde recientemente Marina pudo exponer los fundamentos para su incorporación al Código Penal.

144 Línea gratuita nacional. Funciona las 24 horas los 365 días del año. Si sufrís o sabés de alguna víctima de violencia, podés llamar y denunciar.

“Yo fui objeto de explotación durante años de mi ex, él filtraba mis fotos sin mi consentimiento. Y ese tiempo que me encerré y no quería ni podía salir, me capacité sobre el tema”, señaló Marina, que fue convocada para disertar en el primer Taller Nacional de Cibercrimen e Investigación Digital que se realizará en Neuquén capital el próximo mes.

El proyecto que está siendo tratado crearía el delito de difusión no consentida de imágenes íntimas, con penas que van desde 1 hasta 3 años de prisión; y el de acoso virtual, que contempla de 2 a 6 años y además establecería los agravantes: si la acción es sostenida en el tiempo, si lo comete tu ex pareja, si se usan perfiles falsos o si se viraliza el material.

Activismo Feminista Digital

Bajo el lema “Por una vida online libre de violencias”, Marina señala que detrás de lo que le tocó vivir descubrió en el activismo feminista una manera de resignificar su dolor y ayudar a otras mujeres. Desde la Fundación se lleva adelante una labor de investigación, promoción y desarrollo en la lucha contra la violencia de género online, destacando la necesidad de generar políticas públicas con perspectiva de género, que permitan un correcto abordaje de esta problemática.

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