Tabaquismo, estrés, contaminación: cómo impacta la calidad de vida a la hora de buscar un embarazo
Mientras la tasa de natalidad está cayendo, expertos alertan que la calidad de vida puede afectar la posibilidad de tener hijos y también la salud del bebé. Una investigación reciente advirtió sobre la presencia de microplásticos en el tejido ovárico.
Durante el mes de junio se conmemora el Mes Internacional del Cuidado de la Fertilidad y una vez más la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva y la Asociación Civil Concebir se unieron para resaltar la importancia de poner el foco en la fertilidad, en el impacto que tiene en ella la calidad de vida y en las acciones preventivas que cada persona que tiene el deseo de formar una familia puede realizar para maximizar las posibilidades de lograrlo.
A la hora de buscar un embarazo, la salud de los progenitores es importante. Por eso, es recomendable que tengan un peso adecuado, lleven una alimentación saludable, eviten el consumo de tabaco o alcohol y limiten el estrés. Esto aplica tanto a varones como a mujeres y es un primer paso necesario, pero no suficiente, para maximizar las posibilidades de la concepción.
“Cuando un paciente o una pareja llega a la consulta, lo primero que hacemos es mencionarles estos factores y fomentar un estilo de vida más saludable, que sabemos que impacta directamente en la fertilidad tanto del varón como de la mujer. Luego, por supuesto, podemos realizar otros estudios o indicar un tratamiento, pero lo más recomendable es que cualquier persona que esté pensando en lograr un embarazo mejore sus hábitos para, en primer lugar, lograr la concepción, y en segundo lugar que el bebé tenga el mejor desarrollo posible”, destacó Agustín Pasqualini, médico especialista en medicina reproductiva y presidente de SAMeR.
Alerta microplásticos
“Un factor que sin dudas requiere nuestra atención es la presencia de microplásticos en el tejido ovárico, como fue descrito hace apenas algunas semanas en una investigación reciente. Si bien todavía no sabemos cómo puede afectar la fertilidad, a lo que sin dudas nos invita es a modificar todos los factores sobre los cuales sí tenemos injerencia, como lo son el estilo de vida, el control del peso, la alimentación, evitar el tabaco y el alcohol y realizar actividad física”, explicó Fabián Lorenzo, médico especialista en medicina reproductiva y vicepresidente de SAMeR.
El estrés es un factor muy relevante en fertilidad, dado que en la mayoría de los casos suele aumentar a medida que el tiempo pasa y no se logra el tan deseado embarazo. La dificultad para tener un hijo y los tratamientos de fertilidad fallidos conllevan montos elevados de tensión, ansiedad y malestar que pueden acrecentar o desatar cuadros de estrés agudo, se resaltó desde Concebir.
También menos espermatozoides
“Una tendencia que estamos viendo en el consultorio y que se evidencia en las investigaciones clínicas es la disminución en el recuento espermático, es decir, muchos varones tienen menos espermatozoides que en el pasado. En paralelo, estamos viendo que muchas mujeres tienen una reserva ovárica más baja a edades cada vez más tempranas. Factores como la contaminación ambiental, los llamados ‘disruptores endócrinos’, que son sustancias presentes en múltiples productos de uso diario, y los cambios en el estilo de vida muy probablemente juegan un rol preponderante en esta realidad”, describió Pasqualini.
La importancia de compartir esta información está también en que muchas parejas no la conocen y posiblemente no accedan a la consulta con un especialista a tiempo.
Existen otros factores que influyen en la fertilidad y que no son modificables, como puede ser alguna alteración directamente ligada a la reproducción, enfermedades o incluso el paso del tiempo, se apuntó.
En Argentina las mujeres consultan en promedio a los 38 años a los centros de fertilidad, muchas desconociendo sobre su fertilidad, y otras consultando previamente con algún médico de su confianza que no genera una derivación a tiempo.
Además, se mencionó que es una tendencia ya firme la de muchas mujeres de retrasar la edad a la que deciden ser madres, lo que en muchas ocasiones las lleva a tener menos posibilidades de lograr el embarazo y acceden a una consulta cerca de la edad de 40 años.
Planificación familiar vs. planificación reproductiva
“Por ello, considero que es importante evaluar todas las herramientas con las que contamos hoy en día, y considerar sustituir el concepto de planificación familiar por el de planificación reproductiva, que engloba la vitrificación de óvulos y la criopreservación de semen. Muchas veces, los tiempos biológicos no van de la mano de la situación de la persona. Hoy en día, estamos notando que cada vez más personas inician una búsqueda proactiva de información sobre su fertilidad, lo cual consideramos un aspecto muy positivo”, finalizó el referente de SAMeR.
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