¿Cómo definirías al show?
Es una obra de teatro, un show de humor político y de a ratos puede confundirse con un acto o una reunión política. Cada uno viene a algo distinto. Algunos vienen exclusivamente a ver lo que pasa en el escenario, otros a opinar, gritar e interactuar; otros vienen a putear a Macri o a encontrarse con personas con las que comparten una visión común del país.
¿Cómo llevan adelante un espectáculo que no pierde de vista los cambios de la coyuntura?
Hay un guión armado con determinados espacios para meter las actualizaciones de la semana. Nos ha pasado de hacer un show un viernes con un dólar a 32 y tener una función el viernes siguiente con un dólar a 40, y en el medio pasaron un montón de cosas que, si no incorporamos al show, estamos fallando a lo que la gente espera cuando nos viene a ver.
Sos un comunicador que no viene del palo del teatro, ¿cómo te sentís arriba del escenario?
Bien, mucho mejor que hace un año. Es un aprendizaje constante y una institución a la que se le debe mucho respeto. Disfruto mucho porque en la tele, si bien te puede estar mirando mucha gente, en el estudio éramos cuatro y en las redes no le veo la cara a la gente. Así que cuando estoy en el escenario veo con qué cosas se emocionan con cuáles se ríen y cuáles son las personas que me siguen y me bancan. Cuando termino la función, siempre salgo a charlar.
¿Van a verlos personas que no son kirchneristas?
Sí. Cuando arranqué iba más el público del programa de (Roberto) Navarro, netamente kirchnerista. Ahora, con el correr de los acontecimientos, se fueron sumando personas provenientes de una izquierda independiente, cada vez viene gente más joven que quizás es la primera vez que ven un show de humor político. Lo que es difícil de encontrar son macristas, pero no nos cerramos a la posibilidad de que suceda en algún momento.
¿Cómo vivís los climas en los que el kirchnerismo pareciera sinónimo de mala palabra?
Hubo momentos muy críticos en los que curiosamente tuve más trascendencia mediática. Es difícil porque hay una construcción de sentido desde los medios e impulsada desde la política que quiere hacernos creer que el kirchnerismo fuimos una banda de boludos que siguió a una caterva de ladrones y nada más. Habremos tenido boludos, habremos tenido ladrones, pero fue un proyecto político que transformó a la Argentina y que a un montón de pibes como yo nos dio un modelo de país concreto que vamos a tener como referencia toda la vida.
¿Cómo es tu vínculo con Cristina Kirchner?
Tuve oportunidad de verla y cuando ella quiere, la veo. Cristina es mi conducción política, mi referencia más fuerte. Trato de interpretar su mensaje y discutir sus líneas. Ella es una líder política y un ícono pop. Hay mucha gente que la banca y que la ama, pero por algún motivo que yo no termino de comprender no respeta la línea política que ella toma. Ahora ella está teniendo palabras claras respecto de formar un frente opositor amplio y eso quiere decir que tenemos que juntarnos con sectores no nos gustan tanto porque lo peor que le puede pasar al país es que Macri siga gobernando
El aguante a Navarro
Pese a que Pedro tenía la posibilidad de quedarse tanto en Radio 10 como en C5N cuando desvincularon a Roberto Navarro, prefirió irse junto al conductor de Economía política. “Lo echaron por una cuestión política. La tele se rige por el rating y el programa de él era el que más medía. Alegaron que maltrataba a la gente, toda una sarta de cosas falsas. En la tele si medís podés ser un hijo de puta y aun así Navarro no lo era”, remarcó. “Si lo echaron por ser demasiado opositor no podía quedarme y creo que no me equivoqué”, sostuvo el Cadete.
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