El neuquino más famoso disputará su segundo Mundial con el sueño de adquirir mayor protagonismo que en Rusia y tocar el cielo con las manos...
Cuenta la historia que Marcos Acuña tenía 9 ó 10 años cuando se despachó con un sorprendente gol en un partido en la zona. El árbitro del partido se le acercó, le extendió la mano y le dijo "pibe, lo felicito. Usted va a llegar lejos".
El gran sueño ya lo tenía a esa corta edad el zapalino más famoso, como nos confió su madre Sara alguna vez: "Camino a las prácticas, tomados de la mano, me decía que iba a jugar en la selección".
Y todo aquello se cumplió. Y desde mañana, el crack neuquino empezará a disputar nada menos que su segundo Mundial. Ya era algo inédito para la región tener a un jugador en la máxima cita en Rusia 2018 y lo es mucho más ahora. ¡Vale, doble!
Será para el futbolista surgido en Don Bosco el certamen ecuménico en el que buscará mayor protagonismo personal y la gloria colectiva. Tocar el cielo con las manos y quedar en la historia de un país que se ilusiona como pocas veces con la Scaloneta que comanda futbolísticamente Lionel Messi.
Justamente cómo olvidar aquel emocionante abrazo del alma entre el Huevo y Lionel apenas consumada la histórica conquista de la Copa América en el mítico Maracaná, en una imagen que perdurará por siempre en la retina y los pósters.
Al muchacho que se pasaba día y noche en el potrero de la vuelta de su casa, en el querido barrio de calle de tierra y gente laburante, todo le cuesta el doble, pero al final hay justicia divina y suele tener el destino a su favor. Claro que hace méritos para que ello suceda. A base de esfuerzo, perseverancia y talento claro logró sortear todos los escollos e imponerse en la elite del fútbol mundial.
Si bien la rompió en el reciente amistoso ante Emiratos Arabes debió esperar hasta último momento para sentirse 100 % mundialista. Es que una pubialgia lo tuvo a maltraer, por lo que el entrenador Lionel Scaloni lo exigió a fondo en la práctica del viernes y si no pasaba la prueba, los boletos de regreso estaban listos...
Afortunadamente, como nos había anticipado su entorno, el ex Racing zafó e integra el plantel al que se señala como uno de los máximos candidatos al título. Hubiera sido demasiado ingrato que justo él, que hizo de todo para llegar al Mundial y priorizó a la selección por sobre su club (los últimos meses jugaba un tiempo y salía) se lo hubiera perdido.
Si alguien tenía dudas, en ese cercano ensayo amistoso Marcos dejó en claro todo lo que puede aportarle a la Scaloneta si está apto físicamente. Brilló por la banda izquierda con esa zurda mágica que por ejemplo propició una lujosa asistencia para Di María.
La puja histórica en el lateral izquierdo de la defensa albiceleste es con Nicolás Tagliáfico y según los especialistas que cubren a la selección en Qatar, probablemente roten. "Cuando juegue Molina en el lateral derecho, que se proyecta mucho, es probable que lo haga Tagliáfico por el lado izquierdo, para el equilibrio y cuando juegue Montiel de 4, ahí lo haría Acuña, que también se manda mucho, de 3", es a resumidas cuenta la especulación periodística.
"Es de los jugadores que a nosotros nos gusta tener. El 3 es un tipo como el ‘Vasco’ Olarticoechea. Silencioso. Pero que si vas a una guerra, vas con el ‘Huevo’ Acuña”, lo elogió alguna vez el propio Scaloni, lo que habla a las claras de la alta valoración que el DT hace de él.
“El ‘Huevo’ es un chico que nosotros lo apreciamos de una manera y él lo sabe. Silencioso, ésa es la palabra para describirlo. Para sacarle las palabras es difícil. Pero cuando habla, habla justo. Y cuando tiene que jugar, juega, mete...”, redondeó el entrenador al definir al crack neuquino.
De ello se desprende que Acuña dispondrá de mayores chances que en Rusia, donde dicho sea de paso, cumplió en el único partido que fue titular (derrota 0-3 con Croacia, de los pocos rescatables). Y pensar que el primer conductor que se la jugó por él en la selección, Edgardo Bauza, hoy vive un calvario por cuestiones de salud pero hay que sacarse el sombrero con el Patón.
Zapala se encolumna detrás del jugador del pueblo y se renuevan las muestras de afecto y el aliento al hijo pródigo por estas horas.
Es el espejo a seguir para los más chicos, el ejemplo de que cualquier hazaña es posible. Una ciudad, una provincia, un país le desea lo mejor a nuestro "guerrero". ¡Ponga Huevo, que ganamos!
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