Limones y una peste mortal: el origen de la mafia siciliana
El negocio de los limones en Sicilia en el siglo XVIII dio origen a la Cosa Nostra, la mafia siciliana.
Durante muchos años existió una enfermedad, conocida como la plaga de los mares, que azotó diferentes periodos de la historia de la humanidad.
La plaga de los mares ya registraba su aparición en 1500 AC, cuando los egipcios la padecieron. Aunque en algún momento había aparecido la cura, luego se perdió. Los problemas en las comunicaciones y la falta de compresión en entender cuál era esa solución hicieron perder el antídoto. Así, la peste de los mares fue apareciendo y desapareciendo en diversos capítulos de la historia.
En el año 1520, el expedicionario Fernando de Magallanes perdió 208 de los 230 marineros que viajaban con él. Casi rozando el 1550, el explorador portugués Vasco Da Gamma perdió 116 miembros de su tripulación de un total de 170.
La plaga de los mares arrasaba con todo. Los registros de Inglaterra durante la Guerra de los Siete Años así lo reflejan. Entre 1756 y 1763 había 184 mil marinos sirviendo; 1.512 murieron en combates y 133 mil murieron por enfermedad, la gran mayoría por la plaga.
La plaga y los síntomas
Todo empezaba con una fatiga normal pero repentina, así como dolor en los músculos, sobre todo en las piernas y el abdomen. Luego las encías comenzaban a hincharse, sangraban y los dientes se aflojaban. El dolor en los músculos y articulaciones aumentaba. Las encías se pudrían y olían a carne putrefacta sangrando completamente. En la piel, sobre todo de las piernas y pies, aparecían úlceras que se transformaban en gangrena. Para entonces, el dolor en todo el cuerpo era insoportable.
Sobre el final se daban durísimas fiebres, manchas negras, temblores, desmayos y muerte. Esta enfermedad se conoció con el nombre de escorbuto.
Ensayo Clínico
Su antídoto paradójicamente era descubierto y olvidado. No había un registro de la información fiel y a lo largo de los años la cura tenía que ser redescubierta.
Por fin, en el año 1753, James Lind, un doctor escocés de la Marina Real, hizo el primer análisis clínico de la situación. Dividió un grupo de 12 pacientes en seis grupos. A todos les dio la misma comida pero al grupo 1 le añadió sidra; al 2, ácido sulfúrico; al 3, vinagre; al 4, agua del mar; al 5, dos naranjas y un limón; al 6, pasta picante y agua de cebada. El grupo 5 fue el único que mostró mejoría.
A partir de ese momento, el limón conservado en agua de mar fue clave en las embarcaciones. Podía durar mucho tiempo, no pudrirse y funcionar como antídoto en caso de que fuera necesario.
Tardó muchos años la Marina Real en oficializar el jugo de limón como el antídoto contra el escorbuto. Cuando lo hicieron, comenzaron a negociar con Sicilia, quienes eran los principales productores de limón de occidente y quienes también le proveían cítricos a Francia y Estados Unidos.
Exportación de limones
Por esa época, Palermo estaba bajo dominio árabe. Durante el siglo XV, la gente llamaba a ese sitio la cuenca de oro, por lo dorado del sol, los árboles y los deseados limones.
Los limones durante muchos años fueron artículos elitistas y caros, de los círculos más exclusivos y aristocráticos de cada época.
Cuando la Marina Real entendió que era fundamental el limón para sus marineros, aceptó la necesidad de comprarlos, aunque esa postura demandó varios años.
Entre 1795 y 1814, la cúpula naval entregó 1,6 millones de barriles de jugo de limón. Los cítricos fueron importados de la región mediterránea y esto comenzó a poner a Sicilia en el foco del mercado exportador.
Estados Unidos también comenzó a utilizar limones ya que durante la Guerra Civil, los soldados de la tropa terrestre también sufrieron escorbuto.
La exportación de cítricos en Sicilia pasó de 400.000 cajas a 750 mil en un par de años. A mediados de la década de 1880, 2,5 millones de cajas llegaban a Nueva York cada año, la mayoría provenientes de Palermo.
Caldo de cultivo
La economía siciliana no estaba totalmente desarrollada. Trigo, aceite de oliva, vinos y cítricos formaban parte de su abanico de productos estrellas. Pero nada era tan especial como sus limones.
Las ganancias de la venta de limones eran 35 veces más altas que el del aceite de oliva, que se hacía con las aceitunas. "Para 1860, cultivar limones era lo más lucrativo en agricultura en toda Europa. Todos querían hacerlo pero requería una inversión enorme", le explicó a la BBC Helena Attlee, autora de "El país donde florece el limonero".
El ciclo de los limones lleva alrededor de 8 años para dar y tener suficiente fruta para vender. Es clave tener suelos bien preparados y claro, un sistema de riego acorde.
Para quienes comenzaban de cero todo era cuesta arriba y mucha inversión. Cuando finalmente tenían los frutos, sabían que eran blanco de los robos.
La Cosa Nostra
Sicilia estaba repleta de limonares que daban mucha ganancia, en una época rara, de altibajos sociales y políticos. En 1860 se produjo la reunificación de Italia y comenzaron a aparecer comportamientos de poder más marcados desde las esferas más altas de la política
"Hubo un cambio de régimen en Sicilia, y fue entonces cuando se dieron los primeros ejemplos de lo que hoy en día reconocemos como conducta mafiosa: intimidación, especulación, extorsión", señala Attlee.
Los campos de limones en las afueras de Palermo fueron el primer indicio de que las organizaciones criminales, muy acotadamente conocidas como Mafia, comenzaban a operar.
Gaspare Galati era un médico cirujano, hombre familiero que en 1872 heredó un campo muy grande con mucha producción de limones y mandarinas.
En esa época tener cítricos era tenerlo todo. El campo se lo había dejado su cuñado, quien murió de un ataque al corazón luego de recibir cartas y amenazas.
Galati intentó alquilar la propiedad pero el capataz, un tal Benedetto Carollo lo intentó persuadir a él y también a los futuros compradores.
Galati despidió a Carollo y contrató a un nuevo capataz que, días después, apareció asesinado entre los limonares con un montón de plomo en su cuerpo.
El propietario comenzó a recibir cartas que lo amenazaban si no contrataba de nuevo a Carollo. Como la Policía no quería detener a Carollo, Galati, dueño de la finca, tuvo que huir a Nápoles.
La mafia en acción
Todas las condiciones estaban dadas. Si bien Italia ya funcionaba como Estado, lo hacía muchas veces con lo peor de cada sitio. La demanda internacional de cítricos generó un caldo de cultivo para la mafia siciliana.
Los miembros de la Cosa Nostra iban a los campos, encaraban a los nuevos productores, les ofrecían mano de obra, agua y ayuda en la venta de limones. Si los propietarios aceptaban, debían resignar un gran porcentaje de tus ganancias. Si rechazaban su ofrecimiento, la mafia mandaba a romper los árboles y los sistemas de riego.
Ellos fueron los primeros mafiosos. Así nació La Cosa Nostra.
El boom de los cítricos duró un siglo, hasta la década del 50. La producción diversificó a la mandarina y la mafia también hizo dinero con ella. Los rumores aseguran que debajo de las plantaciones de mandarinas, la mafia escondía laboratorios de heroína.
En la década del 60 las frutas europeas llegaban a varios países como España, Sudáfrica, Israel, sitios donde se mecanizaba el proceso de producción de limones. Así, Sicilia fue perdiendo peso en el mercado exportador.
El negocio de los limones comenzó a mermar. Pero, para ese momento, la mafia ya estaba instalada y operando en otros rubros.
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