El riesgo de las migraciones narco
Por Laura Etcharren*
"Los angelitos de la Yaqui" mostraron en Mendoza un costado no visto hasta el momento, poniendo de manifiesto la implosión en la provincia que "guarda" el tema narco casi con recelo. Estos "angelitos" son menores pandilleros liderados por una narco, la Yaqui, que ha sabido manejarlos para que trabajen en la dura tarea de escalar posiciones dentro del sistema narco-criminal.
La detención de esta líder ha comenzado a gestar, en torno a la persecución y al contexto vulnerable expuesto mediáticamente, una migración golondrina de algunos integrantes de los angelitos y otras pandillas, aún sin nombre definido, a Neuquén. Lo cual no significa el final de la violencia que se estaría intentando cubrir en Mendoza, sino de un traslado de la misma que busca, en otros terrenos, encontrar más menores en riesgo para adoctrinarlos. El riesgo de estas migraciones golondrinas de pandilleros en ascenso y narcos es que exploten antes de tiempo en las provincias que los reciben por permeabilidad fronteriza (Neuquén) y que, aun logrando frenar el estallido, la barbarie de una puja por el narco-menudeo necesitaría del narcotráfico y viceversa, así como también traer a las escenas de la vida cotidiana la reproducción de bandas y la visibilidad de otras que se están preparando para ingresar al campo de acción.
(*) Socióloga, investigadora de la problemática narco
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