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La Mañana bajo neuquino

En Río Grande festejan un verano sin motos de noche

La veda será los sábados desde las 23 durante toda la temporada.

Sofía Sandoval

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Lo que para algunos es un espacio de encuentro y diversión, para otros es una verdadera tortura. Desde hace años, los vecinos de Río Grande soportan el ruido ensordecedor de los autos y motos que circulan por el bulevar de Avenida Olascoaga durante la previa al boliche y, por primera vez, una medida municipal les dio algo de tranquilidad. Durante el verano, los sábados desde las 23 eestará prohibido el ingreso de motos al sector.

“El sábado ya lo notamos mucho más tranquilo; sigue habiendo música pero no es ese ruido que hace temblar los techos”, señaló Alvarito Quintana, el presidente de la comisión vecinal de Río Grande, quien recibe de modo constante las quejas de quienes no pueden pegar un ojo.

“Nosotros no estamos en contra de que haya lugares para divertirse pero queremos que se habiliten garantizando el orden necesario para no embromarle la vida a los vecinos que viven cerca”, apuntó el vecinalista.

Con las altas temperaturas, la Avenida Olascoaga es un hervidero de gente en las cuadras más cercanas al río. Los vecinos aseguran que se ve de todo: jóvenes alcoholizados que se duermen sobre el pasto, peleas callejeras, robos, accidentes de tránsito, basura en las calles, motociclistas que se cuelan con rapidez entre los autos o que hacen willy en parejas. Todo eso acompañado de la explosión de los escapes de las motos o el sonido de los parlantes de los autos que reproducen la música a un volumen tal que hacen vibrar las casas cercanas.

Según Quintana, Río Grande siempre fue un tranquilo barrio residencial pero su rutina se vio modificada a fines de los años 90, a partir de la instalación del primer boliche de la zona. “Antes no venía nadie al barrio, pero con los locales y las obras que se hicieron en el río se empezó a llenar de gente”, comentó. A esta problemática se suma la nueva iniciativa del shopping de bares (ver aparte) que promete traer más visitantes y, con ellos, más ruido.

A partir del sábado pasado y gracias a la iniciativa municipal, los habitantes de Río Grande tienen que enfrentar un problema menos: ya no circularán motos a partir de las 23 con el fin de reducir el ruido y el riesgo que conlleva la convivencia de autos, motos y peatones que muchas veces se bajan a la calle por la gran concurrencia de gente en las veredas.

Desde la vecinal se mostraron conformes con la medida y aguardan que la experiencia se repita con éxito mañana en un fin de semana extra largo que dejó la ciudad casi desierta ya que muchos neuquinos viajaron.

Sin embargo, la vecinal quiere dar un paso más y propuso la posibilidad de convertir la avenida Olascoaga en una calle peatonal en las cuatro cuadras más cercanas al río. Quintana explicó que no elaboraron un proyecto sino que presentaron la inquietud a la Municipalidad para que sus técnicos lo evalúen.

“La idea sería que la calle sea sólo peatonal desde Martín Fierro hacia el río y en los días u horarios donde se ve más concentración de gente”, remarcó Quintana y aclaró que el objetivo es que los visitantes puedan disfrutar del bulevar y el balneario con más orden y seguridad.

Entre domene y Aconcagua

Reclaman la apertura de calle San Luis para descomprimir

A pesar de que Río Grande es un barrio residencial que no registra mayores sobresaltos, son los ruidos y el tránsito los que mantienen en vilo a los vecinos. Desde la comisión vecinal aseguraron que la gran concentración de gente ha generado mayores hechos de inseguridad, pero que las principales quejas de los vecinos apuntan a la necesidad de controlar más la circulación de vehículos.

Por eso, pidieron que se abra la calle San Luis en el tramo que va de Domene a Aconcagua, para así permitir una vía alternativa de circulación que descongestione el sector. Además, solicitaron la instalación de atenuadores de velocidad tanto en la calle Aconcagua como en Leguizamón, pero hasta ahora no llegaron las respuestas. “Sólo tuvimos contacto con la Municipalidad con el tema de las motos; se comunicó el secretario de Coordinación Marcelo Bermúdez para preguntarnos si habíamos sentido algún cambio durante el sábado a la noche”, afirmó Quintana.

Preocupa un predio para unas 4000 personas

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Al desasosiego acostumbrado de Río Grande se sumó la semana pasada un nuevo factor que amenaza con interrumpir aún más la tranquilidad de los vecinos. El último sábado inauguró un shopping de bares en la esquina de Avenida Olascoaga y Purmamarca, con más de una decena de locales que ofrecen opciones gastronómicas y presentaciones artísticas.

Desde la comisión vecinal aseguraron que el espacio aún no funciona en su totalidad, por lo que prefirieron ser cautos antes de expresar su opinión al respecto. “El domingo se escuchaba música a las 8 de la mañana, pero era bastante suave”, remarcó Alvarito Quitana, el presidente de la comisión.

Si bien hasta ahora no sufrieron las consecuencias de la nueva iniciativa, la principal preocupación es la posibilidad de que se abra un predio para 4 mil personas dentro de este shopping. Según Quintana, se trata de una propuesta al aire libre y será difícil convivir con la música que se hará presente en ese tipo de espacios.

“A ese problema se suma el consumo de alcohol y las consecuencias que trae”, dijo Quintana y agregó: “Como la trifulca que hubo el sábado pasado en el río, son todos menores que no se traen el alcohol de su casa; lo compran en los boliches que están abiertos y que les venden a menores a pesar de que está prohibido”. Por eso, desde la comisión vecinal solicitaron que sólo se habiliten los espacios cuando se garantiza un desarrollo con orden y la tranquilidad necesarios para los vecinos que viven cerca. Por eso, apelaron a la responsabilidad tanto de la Municipalidad como de la Policía para controlar el barrio.

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