Son las asistencias que ya realizó el Municipio en los sectores más vulnerables de la población.
Es el dato duro de quienes sufren vivir en una situación vulnerable. Recibieron chapas, nylon, y ropa de abrigo para poder sobrellevar el agua que, pese a caer de forma intermitente, sigue afectando a quienes viven en casas precarias (ver notas aparte).
"En las últimas horas se sumaron casos de gente que vive en La Meseta, Tomas 2 y 7 de Mayo, Las Flores, Confluencia, Peumayen, Gran Neuquén, Parque Industrial, Sector El Trébol y Villa Ceferino", amplió la funcionaria.
Asimismo, el sistema de transporte sufrió los embates del clima. En este caso, por el estado de las calles, hubo recorridos que fueron reprogramados.
En este contexto, el Municipio salió con equipos pesados a reparar las calles afectadas por la acumulación de agua y barro, tras varios días de precipitaciones. Hay sectores convertidos en verdaderos lodazales, como algunos de Valentina Sur y la zona oeste de la capital provincial.
En la toma Pacífica, el agua fue implacable
Testimonios: Mariel Retegui
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Susana Cavieri trata de no resbalarse en el suelo gredoso que rodea su vivienda precaria, clavada al pie de la barda en la toma Pacífica del barrio Progreso. Se lamenta porque a pesar de que la lluvia cae con menos intensidad en las últimas horas, los estragos sobre su techo fueron fatales.
"Se me mojó todo. Puse varios tachos para juntar el agua de las goteras, pero la humedad está en toda la casa", asegura mientras trata de esquivar el alargue que cuelga de una viga del techo.
Según comentó Carlos Campos, vecinalista que hizo un relevamiento entre sus vecinos, la de Susana es una de las quince familias afectadas en ese sector por la intensidad de las últimas precipitaciones, que no dan tregua a los vecinos de buena parte de la zona oeste de la capital.
La mujer, que no recuerda cuántos años tiene y tampoco sabe leer su DNI, dice que durante la semana el agua bajaba como un río desde la barda.
"Algunos vecinos me ayudaron porque estoy incomunicada, no pude llamar a nadie. Ahora que llegó mi hijo vamos a ver si podemos arreglar el techo y poner más bolsas de nylon para que no gotee más", se esperanzó.
Janet se despertó con el colchón mojado
Al final de una escalinata empinada está la casilla donde vive Janet Vázquez, una mujer de unos 30 años que tiene a sus tres pequeños hijos de 9, 6 y 1 año y siete meses con ella en la toma Pacífica.
"Esta mañana (por ayer) me desperté, pensé que se había pasado el pis del pañal de mi nena porque el colchón estaba mojado, pero era el agua que se había filtrado por el techo. Dormimos en el piso, me quedé sin cama cuando me separé", cuenta la joven, madre en un hogar de no más de 15 metros cuadrados, divididos por un mueble.
Dice que uno de los nenes, que anda correteando por las bardas a menos de dos metros, tiene problemas respiratorios. "Me trajeron una frazada y un poco de leña de Acción Social, pero no creo que me alcance y el colchón sigue húmedo", agrega y señala unos cuatro trozos de leña al lado de la puerta.
La ropa de los niños cuelga de la cuerda desde hace una semana. No sólo no se secó sino que se sigue mojando, alcanzada por la garúa que arrecia sobre las bardas junto a la precaria vivienda.
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