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La misión imposible de abrir un balneario sobre el río Neuquén

La ciudad mira hacia el Limay y le da la espalda al curso de agua que le dio su nombre. Son 14 kilómetros de costa que no se aprovechan.

La capital de la provincia mira hacia el Limay y le da la espalda al Neuquén, el río que le dio su nombre. De los 14 kilómetros de costa disponibles, no hay uno que se aproveche para recreación de los vecinos. A lo largo de décadas, los intentos de habilitar un balneario sobre esa margen fracasaron, como si se tratara de una misión imposible.

La capital neuquina tiene 29 kilómetros de costas, repartidos casi en partes iguales entre ambos ríos. Sobre el Limay, se inauguraron cinco balnearios, el último este mismo mes. Además, cada año, se amplía un tramo más del Paseo Costero. En total, hay casi 7 kilómetros de uso recreativo.

Sobre el Neuquén, en cambio, no hay un solo balneario y recién se empiezan a proyectar algunos paseos.

La mayoría de los vecinos desconoce que este río tiene su propio camino costero, con algunas intermitencias: al sur de la Multitrocha, figura como una calle sin nombre, y al norte, tiene distintas denominaciones hasta la zona del Tercer Puente, donde se convierte en avenida. En todos los casos, es una senda precaria de tierra.

En 2008, se intentó abrir un balneario sobre el Neuquén, sobre la calle Figueroa, pero el proyecto fracasó. Hubo nuevos intentos en 2015 y 2016, que corrieron la misma suerte. (Ver más abajo.)

Fuera de eso, el Neuquén tiene el mirador del Parque del Este y, hace unas semanas, el Municipio habilitó un parque agreste sobre el Tercer Puente desde donde se puede admirar el río, pero no permiten hacer fuego ni bañarse. También está en carpeta un paseo en el tramo que liberarán los countries Bocahue y Rincón Club, aunque por ahora no prevén incluir balnearios.

Hay varios factores que llevan a que no se aproveche este segundo río, el principal es la contaminación cloacal, aunque también juegan en contra la geografía y los alambrados que cortan los accesos.

Desde Parque Industrial a Bocahue, la costa del Neuquén es muy irregular o tiene defensas para frenar inundaciones. De ahí hasta los puentes carreteros, es una extensa barranca, de modo que tampoco hay dónde armar una playa.

Al sur de la ruta, hay zonas aptas para balneario, pero confluye la contaminación cloacal de aguas arriba, tanto del lado neuquino como rionegrino. Cinco Saltos y Centenario trabajan en mejorar sus plantas de tratamiento, aunque aún falta para terminar las obras. La situación en Cipolletti es similar y se suma la descarga del Canal de los Milicos. Además, en el barrio Parque Industrial, la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas detectó filtraciones clandestinas. Todo eso va a parar al último tramo del Neuquén.

Para colmo, de los 14 kilómetros de costa de este río, apenas seis son de acceso público. En el resto no hay calle o termina en un alambrado. Allí donde se puede llegar, hay vecinos que se bañan, como en El Chocón al fondo, pero, al ser tierra de nadie, también se llena de basura.

Neuquén es una de las pocas ciudades del país con dos ríos que la rodean. Durante décadas, el Limay estuvo en el olvido hasta que alcanzó su esplendor actual. Un día, le llegará su turno también al segundo protagonista de la confluencia que nos identifica como región.

Francisco Baggio, concejal de UNE, desacreditó un informe del EPAS.
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-¿Hay algún balneario planificado sobre el río Neuquén?

-Hay alguna idea sobre el río Neuquén, pero siempre está supeditada a elegir el lugar adecuadamente. Por diferentes motivos, eso no ha prosperado hasta ahora.

-¿Cuál es el problema?

-Por lo pronto, los sectores que hemos relevado siguen con inconvenientes en función a la peligrosidad o algunos lugares que reciben descargas no autorizadas, que lo hacen impropio para balnearios.

-¿Descargas cloacales?

-Sí. Sobre todo, el tema son las descargas del lado de Río Negro, que no las podemos modificar porque desde Neuquén no tenemos injerencia, así que eso nos complica para tomar una decisión.

-¿Qué va a pasar con el ex balneario Figueroa?

-Yo estaba en Defensa Civil en 2007, cuando con (el intendente Martín) Farizano inauguramos el balneario Figueroa, que tampoco prosperó por estos motivos. Siempre está pendiente, es como una necesidad, habilitar ahí ese espacio cuando sea posible.

El balneario Figueroa había sido habilitado por el Municipio, pero se cerró por contaminación (izquierda). Otros tramos del río Neuquén no tienen costa y no pueden ser aprovechados.
El balneario Figueroa había sido habilitado por el Municipio, pero se cerró por contaminación (izquierda). Otros tramos del río Neuquén no tienen costa y no pueden ser aprovechados.
El balneario Figueroa había sido habilitado por el Municipio, pero se cerró por contaminación (izquierda). Otros tramos del río Neuquén no tienen costa y no pueden ser aprovechados.

Figueroa, la playa que no fue

Un día, hace ya 12 años, el río Neuquén tuvo su balneario. Fue un proyecto arriesgado que duró poco, porque el tramo elegido para bañarse tenía altos niveles de contaminación con la bacteria fecal Escherichia coli.

El balneario se llamó Figueroa y se abrió sobre el final de la calle del mismo nombre, diez cuadras al sur de los puentes carreteros. Tenía un kilómetro de costa y capacidad para 6 mil bañistas. Hoy, todavía quedan restos de las mesitas y bancos que alcanzaron a usar algunos vecinos por casi tres veranos.

Fue un proyecto del entonces intendente Martín Farizano , que nunca llegó a consolidarse. Desde un inicio, hubo trascendidos de que el agua estaba contaminada, hasta que se confirmó la clausura en 2011.

Se indicó en ese momento que el cierre era temporal, a la espera de solucionar los vertidos cloacales aguas arriba. Sin embargo, pasó más de una década sin novedades.

En 2015, Horacio Quiroga mandó a analizar el agua para intentar reabrirlo y volvió a dar contaminado. Un año después, desde el Concejo proyectaron convertirlo en un balneario amigable con las mascotas, pero aún no estaba en condiciones. Hoy, el Figueroa sigue vacío, con un cartel que advierte a quien se acerque que es peligroso bañarse en esa parte del río.

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