Hace sólo ocho años era el segundo país más pobre de la región. Ahora es la economía que más rápido crece en el mundo.
Ubicado en la costa norte de América del Sur, Guyana es un país que hasta hace sólo ocho años pocos conocían. Se lo consideraba el segundo país más pobre de la región. Hoy flota en petróleo, lo que produjo un boom económico.
Algunos ya la tildan de “la nueva Dubái” por el auge económico que tiene. Esta excolonia británica registra el mayor crecimiento del mundo gracias al descubrimiento de enormes yacimientos petrolíferos.
Operan en sus costas tres poderosas compañías internacionales, como son la estadounidense ExxonMobil y sus socios, Hess y la china Cnooc. En conjunto descubrieron más de 11.000 millones de barriles de petróleo.
Los especialistas consideran que el país podría vivir con comodidad, y hasta opulencia, durante los próximos 20 años. El Mundo de España señala que la inversión extranjera y la construcción de infraestructuras se han disparado.
No es casualidad que su vecino, el presidente venezolano Nicolás Maduro, haya querido reclamar el extenso territorio limítrofe de Esequiba para explotación propia.
Un cambio rotundo
Guyana tiene sólo 800.000 habitantes. Primero fue colonia holandesa y luego británica. Se independizó recién en 1966, aunque el idioma sigue siendo inglés.
Hasta hace sólo cuatro años, el país tenía una economía basada en la agricultura de subsistencia, la minería de oro y diamantes y la explotación forestal.
A partir del 2019, los ingresos del petróleo empezaron a darle un impulso que no se detiene. Fue el exministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, quien la comparó con una de las ciudades de Emiratos Árabes Unidos debido a su prometedora riqueza. “Es la nueva Dubái de la región”, dijo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que, entre 2019 y 2023, el PBI del país pasó de 5.170 millones de dólares a 14.700 millones, un salto de 184%. Ahora llegó a 16.300 millones de dólares.
En cuanto al PBI per cápita –la riqueza total dividida por el número de habitantes- avanzó de 6.477 dólares en 2019 a 20.500 en la actualidad.
El auge económico en las calles
La BBC cuenta que los efectos de este cambio ya son visibles en las principales ciudades del país, en especial en la capital, Georgetown.
“Se pueden ver grúas y obreros trabajando en proyectos de infraestructura como hospitales, autopistas, puentes y puertos, así como en la construcción de hoteles de lujo para cadenas internacionales como las estadounidenses Marriott y Best Western”, cuenta la cadena británica.
Las grandes rutas se llenaron de carteles publicitarios de ExxonMobil donde anuncia la creación de empleo y prometiendo energía muy barata. La empresa invirtió 1.000 millones de dólares en programas comunitarios.
Hay hoteles de lujo con habitaciones de 700 dólares la noche y restaurantes caros con platos exóticos de hasta 300 o 400 dólares, para los turistas que llegan de diferentes partes del mundo.
Los supermercados están repletos de productos importados que salen carísimos y los casinos se llenan de gente permanentemente.
Pero el petróleo sólo proyecta un país en construcción. Guyana todavía tiene una tasa de pobreza del 48%, una infraestructura aún vieja y empleos mal pagos en el interior del país.
Las autoridades aseguran que todo eso está cambiando y muestran las nuevas construcciones que florecen por todos lados. El fruto del petróleo, afirman.
Un futuro aún impreciso
Las oportunidades siguen creciendo al ritmo de la explotación del crudo. La inversión es permanente y llega de la mano de las empresas extranjeras.
Sin embargo, hay algunos problemas administrativos y de organización porque el gobierno se vio superado por este auge constante. También resulta dificil conseguir mano de obra y materiales de construcción.
“Hay una creciente dependencia del petróleo, que ya representa el 70% de la economía. Esto genera riesgos para cuando caiga el mercado. En algún momento se desplomará el precio. El gran interrogante es cómo va a responder Guyana”, señala Theodore Kahn, analista de Control Risks, en una entrevista con El Mundo.
El otro gran problema, señalan los expertos, es lograr que el dinero que fluye a borbotones se distribuya adecuadamente en la población y no quede en manos de una élite.
El desafío de Venezuela
El gobierno del venezolano Nicolás Madura reclama como propio la región de Esequibo, que representa dos tercios de Guyana.
Esa zona, que le fue otorgada a Guyana tras un laudo arbitral de 1899, es rica en petróleo y minería. Hubo una serie de declaraciones temerarias de Maduro, que asustaron a las autoridades vecinas.
“La amenaza venezolana ha causado preocupación en Guyana, pero Venezuela no puede parar nuestra prosperidad. No puede anexar el Esequibo. Nunca, nunca, vamos a acceder a ninguna petición de Maduro”, afirma Mark Phillips, primer ministro de Guyana.
El tema está ahora en la Corte Internacional de Justicia, donde se dirime el conflicto.
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