Por qué en Estados Unidos no siempre gana el que saca más votos
Cómo es el sistema electoral que permite ganar la presidencia de Estados Unidos sin ser el candidato más votado. Ya sucedió con Trump y Hillary Clinton.
Cada cuatro años, las elecciones presidenciales de Estados Unidos ponen en el centro de atención un sistema electoral peculiar y complejo que puede resultar desconcertante para ciudadanos de otros países que eligen a sus representantes en forma directa. Un proceso que volverá a generar polémica en estos comicios entre Donald Trump y Kamala Harris.
Este sistema, conocido como el Colegio Electoral, permite que en ciertas ocasiones el candidato que obtiene menos votos populares gane la presidencia, aunque resulte frustrante para la mayoría de los electores.
Los votos del Colegio Electoral definen al ganador en Estados Unidos
El fenómeno dio lugar a profundos debates sobre la equidad del sistema y ha despertado cuestionamientos en torno a su aplicación en el siglo XXI.
Cómo funciona el Colegio Electoral
El sistema de elección en Estados Unidos no depende de los votos directos del electorado general, sino de los votos de los electores del Colegio Electoral.
Para ello, se asigna un número de electores a cada estado en función de su población, de acuerdo con la representación en el Congreso: el número total de senadores (dos por estado) y representantes en la Cámara (que varía según la población).
En total, existen 538 electores en todo el país, y para ganar la presidencia un candidato necesita al menos 270 votos electorales. Este es el número mágico al que todos aspiran.
Se necesitan al menos 270 votos del Colegio Electoral
Hay otra particularidad. Los ciudadanos votan en cada estado por su candidato presidencial, y en casi todos los estados (excepto Maine y Nebraska, que emplean un sistema de asignación proporcional), el candidato que obtiene la mayoría de los votos populares se lleva todos los votos electorales de ese estado.
Este método, conocido como el sistema "winner-takes-all" (el ganador se lo lleva todo), significa que, aunque un candidato pueda ganar millones de votos en un estado, si no alcanza la mayoría, pierde todos los votos electorales de ese estado.
Una cuestión histórica
El Colegio Electoral se creó en el marco de la Constitución en 1787 como un compromiso entre aquellos que defendían una elección directa del presidente y quienes querían que el Congreso eligiera al mandatario.
Los fundadores de Estados Unidos temían la influencia de grandes estados y buscaban proteger a los más pequeños, además de limitar posibles peligros que podrían surgir de una democracia directa, como el populismo o la influencia de demagogos.
Un sistema que fue diseñado para un país pequeño y en formación
Además, en aquella época era difícil lograr que la información electoral llegara a todos los rincones del país de manera uniforme, por lo que se optó por un sistema que permitiera a los electores tomar decisiones en nombre de sus comunidades.
Este sistema, diseñado para un país pequeño y en formación, genera críticas en la actualidad, especialmente en los últimos años, cuando varios candidatos que obtuvieron la mayoría de los votos populares no lograron la presidencia debido a la distribución de los votos electorales.
Ganadores, sin mayoría del voto popular
Hubo cinco ocasiones en la historia de Estados Unidos que el candidato que obtuvo menos votos populares ganó la elección presidencial. Pero hay dos emblemáticas en los últimos años: George W. Bush y Donald Trump.
En 2000, el republicano George W. Bush ganó la presidencia a pesar de que el demócrata Al Gore obtuvo aproximadamente medio millón de votos populares más.
Bush logró el triunfo gracias a su victoria en el estado de Florida, que le otorgó los votos electorales necesarios para alcanzar la mayoría en el Colegio Electoral.
En 2016, Donald Trump consiguió menos votos populares que la demócrata Hillary Clinton, pero su ventaja en estados clave como Wisconsin, Michigan y Pennsylvania le aseguró la presidencia.
Estos resultados han avivado el debate sobre si el sistema realmente representa la voluntad del pueblo estadounidense y si el Colegio Electoral sigue siendo relevante en el contexto moderno.
Críticas y propuestas de reforma
Muchos críticos consideran que el Colegio Electoral es un sistema antidemocrático que diluye el principio de “una persona, un voto”.
Los detractores afirman que el sistema otorga más peso a los votos de los ciudadanos de estados menos poblados y genera una desproporcionada influencia de los “swing states” o estados pendulares, como Florida, Ohio y Pennsylvania, que suelen inclinarse por uno u otro candidato en cada elección y, por tanto, reciben la mayor atención de los candidatos.
A raíz de estos problemas, han surgido varias propuestas de reforma. Una de las más discutidas es el Acuerdo Interestatal del Voto Nacional Popular, un pacto en el cual los estados participantes se comprometen a dar sus votos electorales al candidato que obtenga la mayoría de los votos a nivel nacional, independientemente del resultado en sus propios estados.
Hasta la fecha, varios estados han aprobado este acuerdo, pero aún no alcanza el número de votos electorales necesario para aplicarse de manera efectiva.
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