Con la muerte del sindicalista Rubén Belich un sueño regional quedó en pausa ¿Cuál es?
El gremialista había invertido importantes recursos del Sindicato de Camioneros en recuperar un emblema del deporte motor en la zona de Allen.
Rubén Belich, quien en vida fue el conductor histórico del Sindicato de Camioneros de Río Negro y lideró la CGT en la provincia, tenía una pasión que profesaba desde hacía mucho tiempo: el amor por los fierros. Fanático de las carreras y el Turismo Carretera, dos por tres alguna fecha del deporte motor lo encontraba compartiendo con amigos los rugidos de los autos de competición, en la zona o en otros circuitos del país.
Tenía, entre algunos de sus autos, una cupé Chevy íntegramente restaurada que era la envidia de muchos. Y cuando algún político o dirigente sindical llegaba a su Allen natal para conocer el predio de Camioneros, en el kilómetro 1.200 de la Ruta 22, él no dudaba en mostrar esa "joya" color rojo intenso que le había llevado un buen tiempo para ponerla a punto.
Hace algunos años un grupo de vecinos de Allen que compartían la misma pasión por los fierros, lo convencieron a Belich de integrar la comisión directiva del Allen Automoto Club, institución que posee el mítico autódromo General Enrique Mosconi, un lugar que fue emblema para el automovilismo en la región y el país y que atravesó un periodo que lo dejó sin actividad, prácticamente en ruinas y lamentando la desaparición.
En pandemia, el ex piloto de competición y quien presidía el Allen Automoto Club, Jorge "El Ruso" Eidilstein, falleció a causa del Covid 19. Un tiempo después, Belich tomó la posta de esa institución y comenzó a liderar un grupo de trabajo en el que - prácticamente - concentraba las decisiones.
Aportes para resucitar el proyecto
Con recursos del Sindicato de Camioneros y personal del gremio, Belich reactivó el sueño allense perdido de "resucitar" el autódromo General Enrique Mosconi. La meta no era para nada fácil, pero el dirigente gremial confiaba en que en algún momento - con aportes del gobierno o gestionando fondos del sector privado (de empresas ligadas al transporte y los hidrocarburos), podría lograrlo.
Belich no escondía que había puesto mano de obra camionera en esa misión en la que se había embarcado, en agosto del 2021. Empleados del Sindicato de Camioneros cumplieron funciones en el autódromo General Enrique Mosconi, realizando diferentes obras que mejoraron notablemente las instalaciones, desde el sistema de riego y la iluminación, la mítica torre de control, los baños, el sector de boxes, la casa del cuidador y otros espacios del enorme predio que el Allen Automoto Club posee en la barda norte, cerca de la planta de Pollolín.
Algo que sí hizo el dirigente gremial en vida fue "cortar" la extracción de áridos que había generado una puerta de ingresos para el Allen Automoto Club, en años anteriores. Una fuente contó a LM Cipolletti que Belich quería "emprolijar" esa actividad, comprar una máquina vial y un camión para que los recursos que se extrajeran de las canteras del club tuvieran otro rendimiento, más adecuado para la institución. "En el autódromo quedaron muchos recursos que puso el Sindicato en obras y que, a futuro y con el lugar funcionando, se pensaban recuperar. Eso ahora quedó en la nada para el gremio", confió la misma fuente. Se habla de una inversión millonaria, aunque esos números solo los conocen quienes estuvieron involucrados en el proceso de refacción.
Antes de Rubén Belich, promesas de Pichetto y Pedranti
En los últimos días, se supo que el Sindicato de Camioneros se retiró del lugar, corriéndose de la participación institucional. El sueño motor del jefe sindical, al que nadie le cuestionaba su estilo verticalista con algunas decisiones que tomaba, se desvaneció con su muerte. Ahora el Allen Automoto Club atraviesa un proceso de reacomodamiento de la comisión directiva, ya sin la figura de Belich que esperanzaba con "empuje y gestión" para que el rugido de los motores vuelva a hacer vibrar de emoción al Enrique Mosconi.
Una chance más perdida en el camino para los allenses, entre promesas políticas de repavimentación de la pista que nunca llegaron. Miguel Pichetto fue uno de los que, en su momento, ilusionó con la esperada obra de reasfaltado y Miguel Pedranti, ex titular de Viarse del gobierno radical, fue el que lanzó la mentira más grande de la historia del Mosconi al afirmar en el programa Carburando que - en 2010 y para el centenario de Allen - la pista estaría repavimentada.
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