Gobierno espera la notificación oficial para proceder a su demolición. Lo dijo la ministra de Educación Soledad Martínez.
El galpón abandonado de la calle Tierra del Fuego 1100, del barrio Belgrano, tiene sus días contados. La ministra de Educación Soledad Martínez informó que aguardan con ansias la notificación oficial para poder comenzar a demolerlo. Concretar esta tarea es crucial para permitir el regreso seguro a de la comunidad educativa a la escuela primaria N° 207, lindante a ese edificio.
La semana pasada representantes legales del Ministerio y del Consejo Provincial de Educación se reunieron en Bahía Blanca con el síndico de la quiebra de la empresa Lucaioli S.A. y el apoderado del Banco Galicia -titular registral del edificio incendiado- y firmaron el acuerdo para que la Provincia pueda ingresar al predio privado y realizar la intervención de la construcción contigua a la escuela primaria. Este es un paso significativo en el proceso iniciado el año pasado para que la comunidad educativa pueda volver a tener clases en su institución.
“Ya se formalizó la autorización para la demolición del galpón. Estamos esperando la notificación a partir de la cual empiezan a correr los plazos para que podamos demoler ese galpón”, indicó la ministra. Luego de hacerlo, presentarán todos los gastos que esa tarea le insuma a la provincia a quienes llevan adelante el procedimiento de quiebra.
Concretar esa intervención es esencial para poder habilitar nuevamente la escuela. “Nosotros nos habíamos propuesto que la vuelta del receso invernal sea en el edificio propio. Es probable que podamos hacerlo antes, pero esa sigue haciendo nuestra fecha a tope”, expresó Martínez.
Luego del incendio, la comunidad educativa de la escuela 207 fue reubicada de manera transitoria en el Centro Nayahue. Para garantizar el normal dictado de clases se instalaron trailers y se adaptaron albergues como aulas y áreas administrativas. Desde mayo del año pasado las clases son dictadas en ese lugar.
Inversión en la escuela 207
Mientras avanzaban las instancias de mediación por las consecuencias que provocó el incendio en el galpón, el gobierno de la provincia invirtió alrededor de 600 millones de pesos para dejar en condiciones el edificio de la escuela 207.
Cuando alumnos, docentes y auxiliares de servicio vuelvan al establecimiento notarán que se hizo el recambio de la instalación eléctrica y de tableros, mejoras en la iluminación exterior e interior, renovación de cañerías, nuevo sistema pluvial, impermeabilización del techo y recambio de chapas y aislación en el SUM. También se construyeron otros tres sanitarios -uno de ellos inclusivo-, nuevas veredas perimetrales con accesibilidad y mejoras en el patio.f
Recordemos que el galpón abaqndonado sufrió varios incendios. Por consiguiente, su estructura puede venirse abajo en cualquier momento y ahora también es un lugar de pernocte para varias personas que están en situación de calle.
"Es un descontrol", expresaron algunos vecinos, quienes indignados tomaron la decisión de buscar un cuidador para que lo cierre con candado. Recordemos que el galpón tiene dueño, nada menos que un banco con sucursal en la ciudad.
Imágenes áreas que tomaron algunos drones en el lugar grafican el estado de deterioro y abandono. Hay chapas sueltas que fueron retiradas, pero el desmantelamiento inicial quedó a mitad de camino y la demolición de la estructura es una materia pendiente, a riesgo de que se venga abajo antes de cumplir con el compromiso. Mientras tanto, siguen ingresando personas que no tienen donde dormir.
El lugar tiene sectores que están a punto de colapsar y se ha transformado en un foco de conflicto de peligro para toda la comunidad. Si bien hay compromisos asumidos ante el Ministerio Público Fiscal, lo cierto es que todavía no se completó el cerco perimetral ni se designó seguridad privada para resguardar el predio. No hay vigilancia, no hay control.
Galpón del barrio Belgrano: un descontrol
Sin medidas de seguridad en el sector, ingresan personas en situación de calle, algunas de extrema vulnerabilidad como el reciente caso de una mujer embarazada, lo que generó mucha preocupación. O bien, los jóvenes que padecen consumos problemáticos y utilizan el lugar para drogarse. Todo hace pensar que a medida que el frío sea cada vez más intenso, más gente ingrese al galpón en busca de un refugio donde paliar las bajas temperaturas.
Ante la falta de acciones, vecinos del sector tomaron la posta para limpiar un poco el lugar e incluso hacer vigilancia, bloqueando algunos accesos. El galpón, además, linda con una escuela donde tuvieron que poner vallas para protegerla. Otras viviendas también se encuentran afectadas. Una de ellas directamente no está en condiciones de poder alquilarse, frente al peligro de derrumbe.
El galpón abandonado es usado por personas en situación de calle. Personal policial concurre al sitio en varias oportunidades, y cada vez que lo hace retira colchones y otros elementos que son ingresados por personas en situación de calle.
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