Incendio en el basural de Cipolletti: el viento complicó la extinción del fuego

El peor escenario para un incendio en el basural a cielo abierto es el que en la tarde de este jueves hizo que los empleados municipales de Cipolletti tuvieran que redoblar esfuerzos para evitar que el fuego se propague aún más. Las intensas ráfagas de viento, que castigaron la región, hicieron que el foco del incendio, que comenzó en un sector determinado, se expandiera a otros puntos del basural.

Con el viento como principal enemigo, pero también soportando el humo y la tierra, los empleados municipales sumaron fuerzas para combatir el fuego. Utilizaron palas cargadoras para intervenir en los montículos de basura que ardió, además de camiones regadores y volcadores para extinguir el fuego.

Como ocurre cada vez que sucede un incendio en el basural de Cipolletti, los que sufrieron las peores consecuencias fueron los vecinos del Barrio Santa Elena, que ya están cansados de atravesar siempre la misma situación. "La humareda fue insoportable, no podemos ni respirar cuando se prende fuego el basural. Somos vecinos, pero parece que de tercera categoría porque llevamos años reclamando una solución y nadie hace nada", manifestó una vecina del Santa Elena a LM Cipolletti.

Un problema de nuca acabar, el incendio de cada mes y los problemas para la salud

Uno de los últimos incendios registrados en el basural municipal de Cipolletti ocurrió a principios de agosto pasado y el hecho, que volvió a perjudicar a los vecinos del Santa Elena, El Treinta y el Distrito Noreste, reavivó el debate sobre la ubicación de ese espacio a cielo abierto. El principal eje de la discusión tiene que ver con el resguardo de la salud de miles de personas, muchas con problemas respiratorios, que padecen las consecuencias de las quemas intencionales e incendios en el basural.

Por lo menos una vez por mes, a veces son más, el basural arde y el humo es un verdadero drama para los vecinos. El sector es tan extenso que algunos han propuesto que, ante la imposibilidad de trasladarlo en el corto plazo, se monte una guardia activa que vigile de manera permanente el basural para evitar que el fuego se propague cuando ocurre un foco de incendio.

"Entre que llegan las máquinas, los bomberos y los camiones con agua del municipio, casi siempre el fuego termina ganando terreno y nosotros seguimos siendo los que terminamos con problemas respiratorios. Vivir con el humo, no poder respirar con tranquilidad, y el olor insoportable de este basural es algo que no se lo deseo ni a mi peor enemigo. Los niños y los abuelos son los que más lo sufren", agregó la misma vecina.

Cada vez que arde el basural, el municipio por un lado y y los bomberos por otro, gastan miles de pesos en recursos para extinguir el fuego. Generalmente, además del gasto en combustible y el esfuerzo de los empleados municipales y los bomberos, los vehículos de la comuna o el cuartel que ingresan al basural para trabajar en el combate de las llamas, terminan con neumáticos rotos y otros daños que representan grandes sumas de dinero.