Junín de los Andes: pide un transporte para llevar a los chicos de bajos recursos a esquiar
Creó un club de actividades de montaña y desde hace semanas no cuenta con el vehículo que le ofrecía el municipio de Junín de los Andes para trasladarlos hasta el cerro Chapelco.
Para poder continuar cumpliendo con su objetivo generoso y solidario sin recibir nada a cambio, más que la alegría de cientos de niños de escasos recursos que pueden realizar actividades de montaña, Gabriel San Martín se encuentra solicitando la colaboración de las autoridades municipales de Junín de los Andes como también de la Provincia para contar con un transporte para los traslados a los lugares donde realizan diversas actividades recreativas.
Hace cinco años, más precisamente en junio de 2018, Gabriel, un gasista matriculado que vive en Junín de los Andes junto a su hija Gabriela, crearon el Club Esquiadores Costanera, un proyecto social cuya finalidad es acercar a los niños y adolescentes de bajos recursos de la localidad y de alrededores a las actividades recreativas y deportivas de montaña. “Vivo en una zona donde se hacen distintas actividades en la nieve y es injusto que los chicos que nacen acá no puedan realizarlas porque son costosas”, dijo Gabriel cuando en pleno invierno de 2018 comenzó con esta iniciativa, aprovechando la acumulación de nieve que había cerca de la toma Costanera donde vivía.
“Es un humilde club de montaña hecho todo a puro pulmón donde le enseñamos a chicos de escasos recursos desde los 5 años hasta los 18 a esquiar, remar en kayak, escalar y tirarse de la tirolesa, entre otras actividades”, aclara Gabriel en diálogo con LMNeuquén. Todas las actividades son gratuitas para las familias.
El hombre, que entre 1995 y 2003 fue soldado del Regimiento de Infantería de Montaña 26 de Junín de los Andes, precisó que desde hace varias semanas no cuentan con un vehículo para trasladar a los chicos hasta los lugares donde llevan a cabo las actividades, muchas de ellas en San Martín de los Andes.
“La Municipalidad de Junín de los Andes siempre nos ayudó con el transporte, últimamente nos ofrecía un colectivo interurbano, pero desde hace unas semanas nos dijeron que no tienen los fondos para contratar el transporte”, explicó.
Lamentó que esté pasando por esta situación porque tenía previsto en los próximos días llevar a un grupo de chicos a esquiar al cerro Chapelco, “donde nos cobran menos de la mitad de lo que vale el pase”.
Para costear los gastos para ingresar a las pistas, Gabriel y su hija organizaron por estos días una gran venta de empañadas y destinar el dinero que se recaude “para que los chicos del club tengan la posibilidad de ir a esquiar al cerro”. “Lo más triste y doloroso para mí es tener que decirle a estos chicos que estaban ilusionados con la salida de que no vamos a poder salir porque no tenemos el vehículo”, expresó angustiado.
Contar con un vehículo le permitirá también a Gabriel garantizar las actividades de ascenso a los cerros que tiene previsto hacer para el mes de septiembre, entre otras actividades.
Su principal anhelo para no tener que depender del municipio o de algún otro ocasional espíritu solidario es contar con una traffic propia y tener seguro el traslado de los chicos hacia los lugares donde lleva a cabo las actividades. Incluso manifestó que está en condiciones de recibir como donación algún colectivo o traffic que tenga que hacerle reparaciones para ponerlo en condiciones.
Gabriel cuenta que más de mil chicos de la ciudad y alrededores pudieron, a través de su “humilde” club, hacer deportes y actividades de montaña. Cada actividad que se propone hacer cuenta con la asistencia de entre 50 y 60 chicos, y un grupo de colaboradores desde una enfermera hasta un cocinero o un voluntario para la comunicación y protocolos de seguridad.
Desde el comienzo del proyecto, parte del dinero que cobra por su trabajo como gasista lo invierte para la adquisición de materiales y equipamiento necesario para las actividades como esquíes, remos, canoas, kayaks, chalecos salvavidas, botas, cuerdas, entre otros. También cuenta con la colaboración de amigos y personas de la comunidad que realizan donaciones.
Recuerda que la primera actividad que convocó desde el club se acercaron unos diez chicos. “Estaban suspendidas las clases, se había nevado todo y como vivo cerca del río Chimehuin y la orilla estaba con la nieve media alta se nos ocurrió con mi hija, llevamos los equipos de esquí y les enseñamos a esquiar. Después empezamos a ir a los cerros cercanos, hicimos el ascenso al volcán Lanín hasta donde está el refugio militar a 2000 metros”, describió.
Un "humilde" club de montaña para aprender y descubrir
Gabriel San Martín consideró que la relación que establecen los chicos que participan de las actividades que les ofrece el Club Esquiadores Costanera es una oportunidad para que descubran vocaciones. “Muchos vienen hace varios años y me cuentan que quieren ser guardaparques, guías de montaña o instructores de esquí”, afirmó en una entrevista con este diario .
En la época invernal, su “humilde club de montaña”, como le gusta definirlo, le brinda a estos chicos de bajos recursos la única oportunidad de practicar los deportes de nieve. “Esquiar es muy caro y los elementos para hacerlo también. Nuestro club le da todo lo que necesiten y nosotros les enseñamos a esquiar; incluso conseguimos que los chicos más grandes, que ya saben, les enseñen a esquiar a los más chicos”, explicó.
Además estas actividades son la excusa perfecta, según Gabriel, de lograr el sentido de colaboración, de reforzar hábitos cotidianos, y de “fortalecer el alma y el corazón”.
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