En enero comenzó una larga recuperación, fue operado y debió seguir un tratamiento. Las mujeres que lo salvaron le buscan un hogar.
En enero, el conductor de una camioneta lo atropelló y no miró para atrás. No se detuvo. No lo ayudó. Pero sí lo hizo la señora que lo vio atropellado y malherido en un camino de la meseta neuquina, en un sector donde domina el polvo, el viento y la basura. La mujer pidió ayuda a dos proteccionistas que asumieron la noble tarea de buscar perros y gatos sin dueño y llevarlos a castrar todos los miércoles al servicio de zoonosis municipal en Parque Industrial de Neuquén.
Cuando todavía permanecía postrado, sin posibilidad de caminar, una jauría de al menos cuatro perros más lo atacó. Le arrancaron un testículo y le ocasionaron varias heridas más de distinta consideración. Agusanado y con infección, dejándose morir, así lo encontraron Ivana Malaspina y Cristina Canio en la meseta de Colonia Nueva Esperanza.
En enero comenzó un largo camino de sanación en una veterinaria. Fue operado y tuvo que seguir un tratamiento con antibióticos como consecuencia de contraer una enfermedad que transmiten las garrapatas (hepatozzonosis canina). Pero ya está listo para que una familia le brinde un hogar.
"Es un perro bonachón, compañero y cariñoso. Se lleva bien con otros animales, tiene alrededor de 3 años y tamaño mediano (al menos ya sabemos con seguridad que no va a crecer más)", expresaron sus rescatistas, de la agrupación Adopciones Neuquén. Además, El Flaco cuenta con las vacunas necesarias y está castrado. Solo necesita del amor de alguien que lo reciba en su casa.
Las personas que puedan adoptar a El Flaco, se pueden comunicar al teléfono 2996 33-0143. Otra forma de contacto es por Instagram a @neuquen.adopciones
"Al principio, cuando te acercás, es temeroso. Seguramente ha recibido una que otra paliza, porque se asusta un poco. Pero después, es muy cariñoso", reiteró Ivana, en diálogo con LMNeuquén.
Durante todo este proceso, ella y su compañera se ocuparon de afrontar los cuantiosos gastos para que el perro reciba la atención veterinaria que necesitaba y sobreviva. Suelen hacerlo en casos extremos, hasta que el animal se va a de alta. También lo hicieron con Samuel, otro perro castrado que fue abandonado por su familia y deambulada en la terminal de ómnibus de Neuquén, buscando algo para comer; o la perra Almendra, la que quemaron viva y dejaron tirada en un basural de la meseta neuquina, pero venció a la muerte.
Ambos casos resonantes con difusión pública facilitaron la búsqueda de un hogar que los reciba. Sus historias de dolor, abandono y maltrato tuvieron final feliz. Lo mismo esperan para El Flaco, el perro que está en tránsito en la casa de un familiar de Ivana. Allí no se puede quedar porque hay otro perro muy territorial que no le hace lugar.
El rescate que la salvó a ella
Solo Ivana adoptó 8 perros y tres gatas, entre ellos un galgo amputado, otro con lupus y uno con un tumor en la cabeza. Su amor incondicional por los animales nació hace aproximadamente 16 años atrás cuando por razones laborales se trasladó junto a su familia desde Rincón de los Sauces a Neuquén capital, más precisamente al barrio Santa Genoveva. "La verdad que me costó adaptarme. Pero un día, esperando a uno de mis hijos, viví el primer rescate de una perra bóxer. Estaba en un basural, con un tumor en una pata, super flaca. Pensamos, en un momento, que no iba a sobrevivir. Pero sí, y me acompañó muchos años de mi vida. En septiembre, se cumplen 16 años de aquel día", recordó.
La perra que entonces salvó fue Juana. Falleció hace 3 años, y un fue un antes y un después en su vida. "Siempre digo que no me rescató ella, sino que me rescató a mí. Es que a partir de Juana conocí amigas, todas perreras. Por eso, mi primer rescate, hizo que acá, en Neuquén, tenga otra vida y permanencia", expresó.
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