El presidente Javier Milei llamó a desmantelar el "wokismo". Más allá de las ideologías, la vigilia ante los abusos.
Aunque el término ya está instalado en los países de habla inglesa, el discurso del presidente Javier Milei en el Foro de Davos trajo la palabra “woke” al escenario local. Y los que no la conocían lo hicieron mientras el concepto enfrentaba una suerte de pena capital impuesta por los líderes del mundo.
La palabra se acuñó hace casi 100 años en Estados Unidos y evocaba la frase “stay awake” para designar a los grupos que se quedaba despiertos y vigilaban los excesos del racismo. Hoy, se usa de modo despectivo para criticar las posturas más extremas del progresismo y otras visiones menos radicales que, de todos modos, también son consideradas por el líder argentino como los primeros síntomas de un cáncer, o un virus a eliminar.
La visión “woke” exacerbada incitó una cultura de la cancelación que llegó al absurdo de censurar joyas literarias o encorsetar el humor en discursos políticamente correctos. Pero también nos ayudó a no dejarnos arrullar y quedarnos dormidos frente a la crisis climática, la desigualdad, la xenofobia o las injusticias frente a derechos que creíamos ya garantizados.
En su discurso acusa al “wokismo” por querer destruir la crítica y la disidencia, pero al mismo tiempo llama a desmantelarlo por completo. Afirma que las viejas fórmulas políticas fracasaron y su historia ya se agotó. Y llama a ser audaces: a escribir versos propios y recuperar verdades que eran obvias.
Pero no hay audacia sin vigilia. Y para detectar cualquier exceso, de cualquier lado del espectro político, necesitamos seguir despiertos. Sin ofensas exageradas ni cancelaciones absurdas, pero sin pisotear minorías. Sin alarmismo, pero sin negar nuestras culpas evidentes.
Las ideologías extremas y las reivindicaciones violentas nunca son buenas. Pero han sido, mal que nos pese, las sacudidas que nos hicieron falta para despertarnos y cambiar el rumbo cuando fue necesario. Y ahora que el mundo cambió, ahora que no somos los mismos, podremos suavizar esos extremos. Pero dormir, no. Necesitamos seguir despiertos.
El discurso de Milei en el Foro de Davos
El presidente Javier Milei aseguró este jueves que el mundo debe "eliminar el virus de la ideología woke", al considerar que "es el cáncer que hay que extirpar", en su discurso en el Foro de Davos.
El mandatario nacional subrayó que la "época dorada" internacional no podrá llegar si sigue vigente "esta ideología aberrante de la cultura".
Milei hizo una explicación sobre la "cultura woke", un término utilizado por la ultraderecha para referirse al progresismo.
"Es el resultado de subversión cultural", enfatizó el jefe de Estado en Davos, y detalló: "El feminismo, la equidad, la ideología de género, el aborto y la inmigración, son todas cabezas del mismo monstruo, cuyo fin es justificar el avance del estado".
Se quejó de que el "wokismo" tiene "el deseo manifiesto de destruir la crítica y la disidencia".
"Si uno mata a una mujer, se llama femicidio, con una pena más alta que si se mata a un hombre, como si valiera más la vida de la mujer. El feminismo pretende poner a la mitad de la población en contra de la otra", cuestionó Milei, pero destacó que "no se quejan de que la mayoría de presos son hombres, que la mayoría de los plomeros son hombres, ni hablar de los muertos en las guerras".
El Presidente señaló que en el último año "se ha ido formando una alianza internacional" entre países que buscan el fin de la "ideología woke", pero advirtió: "Nuestra batalla no está ganada hasta desmantelar el edificio ideológico wokismo".
Ante el Foro Económico, Milei envío un mensaje "a los líderes" del mundo: "Volver al liberalismo".
Te puede interesar...
Lo más leído
Dejá tu comentario