Ignacio García Marro impugnó su destitución y reclama volver al cargo. Alega que la ley notarial no permite aplicar una sanción extrema sin sanciones previas.
El escribano Ignacio García Marro, recientemente destituido por el Colegio de Escribanos de Neuquén, realizó su descargo y aseguró que la medida “no está firme”, ya que fue impugnada tanto en sede administrativa como judicial. Sostuvo además que la sanción es “arbitraria” porque nunca recibió multas, apercibimientos ni suspensiones, lo que dijo es un requisito legal previo para aplicar una destitución.
“La decisión está apelada en los dos ámbitos. En la Justicia está el expediente 20809/25, en la Oficina Contencioso Administrativa 1. No es una resolución firme”, aseguró a LM Neuquén. Por ese motivo, presentó una medida cautelar para ser reincorporado, que según indicó podría resolverse en las próximas horas.
García Marro sostuvo que el principal argumento de su defensa es que no posee antecedentes disciplinarios. “Jamás tuve una sanción, ni siquiera un apercibimiento. La ley notarial exige una progresividad para llegar a la destitución y tampoco fui suspendido nunca”, explicó.
Afirmó que la Ley 3264 -que regula la actividad notarial en Neuquén- requiere un reglamento específico de sanciones y criterios de ponderación, que el Colegio “nunca dictó”. “Me dicen que ese reglamento no existe, entonces es imposible sancionar. Sin reglas claras no pueden aplicar discrecionalmente una destitución”, planteó.
En otro tramo del descargo, García Marro afirmó que uno de los fundamentos de la medida disciplinaria sería la firma de un contrato de alquiler. “Me destituyen por algo totalmente infundado. Dicen que pongo en riesgo el prestigio de la profesión porque tengo un hater; así cualquiera puede denunciar", señaló.
Apuntó al Colegio de Escribanos de Neuquén
También apuntó contra las autoridades del Colegio de Escribanos de Neuquén: “Las autoridades me odian, y así prosperó la destitución”.
El escribano se refirió además al episodio en el que la institución señaló que tuvo una conducta “altanera” durante una inspección. “Dicen que cuando vinieron a controlar yo les respondí de manera altanera. Eso tiene poca vida. Yo no me niego a los controles; lo que pasó es que el que vino era abogado del denunciante”, sostuvo.
García Marro remarcó que el cierre de su escribanía genera un perjuicio a terceros. “No puedo tener más la escribanía cerrada. Vienen clientes que necesitan sus cosas. Estamos hablando de unas 70 actas por día. Podés suspender a un escribano sin trabajo, pero no a uno que tiene ese volumen diario”, afirmó.
Finalmente, insistió en que la destitución carece de sustento legal: “Destituir a alguien sin antecedentes disciplinarios es una aberración. La ley no le da esa discrecionalidad al Colegio”.
Fue el 1 de diciembre pasado que el Colegio de Escribanos de Neuquén decidió la destitución del escribano Ignacio García Marro, quien enfrenta varias acusaciones por estafas con pagarés y otra investigación tras destruir un edificio lindante a una obra en construcción que estaba a su cargo. Había sido condenado a pagar una multa millonaria por derrame de líquidos cloacales en Barrio Nuevo.
La circular de esta institución en la que se determinó la destitución es la N° 40/25 y está firmada por Natalia Lucero y Carla Naso. Asimismo, este mismo cuerpo determinó la suspensión por seis meses de Herminia Marro, madre del acusado con la que trabajaban juntos en la escribanía.
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