San Patricio Del Chañar, un faro en la producción
El intendente Bertoya realizó un estudio de su suelo, relevó las chacras y dictó una ordenanza para evitar su desaparición.
Manzana, pera, cerezas, turismo, gastronomía de nivel internacional y bodegas con uno de los mejores pinot noir del mundo. Puede que estas breves referencias definan a San Patricio del Chañar, a 60 kilómetros de Neuquén capital, como una perla preciosa inmersa en el centro de la industria y el petróleo.
Ya no es el San Patricio de hace 50 años, cuando en su origen, las chacras de producción ocupaban casi la totalidad de su superficie. En estos años su población aumentó vertiginosamente, tuvo una verdadera explosión demográfica. Con los “pioneros” y los “recién llegados” cambió su fisonomía. Entonces, las chacras fueron cediendo su espacio.
Las bodegas significaron un bálsamo para que San Patricio mantuviera su esencia con el agregado, económico, social y productivo, que ahora sus viñedos lo posicionaron en un selecto ranking nacional en el que, sin dudas, el mejor vino patagónico sale de sus vides.
Sin embargo, muchas tierras dieron su lugar a la creación de barrios. El pueblo fue convirtiéndose en una ciudad. El cemento y el ladrillo suplantaron al verde de las frutas y las verduras. Hoy en San Patricio viven más de 17 mil personas. En pocos años ese número se duplicará.
Esa transformación no puede parar, pero es necesaria una planificación, un plan estratégico. La necesidad de urbanizar se mantiene, crece y las “primeras víctimas” son las chacras de producción.
Así, en la última década, en la provincia de Neuquén, se perdieron más de 3.500 hectáreas productivas.
Esta semana, la Legislatura neuquina convocó a referentes de la producción, a especialistas de la UNCo y a todos los actores involucrados para trabajar, entre todos, en una ley que permita garantizar el equilibrio entre el desarrollo urbanístico y la protección de la actividad productiva en la región. Esto, destacando como dato preocupante el avance de la urbanización, permitió la desaparición de más de mil pequeños productores en los últimos 15 años.
La ordenanza
San Patricio puede ser el ejemplo a seguir por todos aquellos municipios que aún tienen a la producción como parte fundamental de su economía.
En enero del 2020, antes de la pandemia de Covid, el Concejo Deliberante sancionó la ordenanza 1173 que en sus artículos dice: “ARTÍCULO 1°: Queda Prohibida la urbanización y loteas para viviendas urbanas o suburbanas de chacras productivas que se hallen empadronadas en los sistemas de riego y drenaje de Ia Localidad de San Patricio del Chañar; ARTÍCULO 2º: Queda exceptuada de dicha prohibición las tierras que desde la creación de nuestra localidad a la fecha de la presente nunca hayan tenido producción frutal, forestal y/o viñas”.
Pero todo esto no se decidió con una medida arbitraria o especulativa porque en otro artículo dejó sentada la forma en que se haría: “ARTÍCULO 3º: Se autoriza al Ejecutivo Municipal a realizar el relevamiento de las mismas y reglamentar sus usos”.
Así, su intendente Leandro Bertoya, en plena pandemia del Covid, realizó un relevamiento y censo de tierras productivas.
Siempre teniendo como objetivo principal “atender las necesidades de un desarrollo armónico en los aspectos sociales, ambientales, equipamientos, de servicios públicos y preservación de las fuentes laborales existentes, como productores de alimentos, sin por ello desconocerlas nuevas oportunidades al ser parte de la formación Geológica Vaca Muerta y su inmenso reservorio de hidrocarburos, oportunidades que podemos materializar en forma ordenada y planificada”.
Trabajo profesional
Con la ordenanza del Concejo Deliberante, desde el Ejecutivo se decidió que la tarea a realizar debería tener una amplia participación de profesionales especializados en desarrollo.
De tal forma, en el estudio participaron la Secretaría de Desarrollo Productivo de San Patricio; el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Neuquén; Phoenix Global Resources, una compañía energética cuyo principal objetivo es principal objetivo es generar energía innovadora que impulse el futuro y Ubatec, organización dependiente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) dedicada a la prestación de servicios de gestión de la innovación, transferencia de tecnología, asistencia técnica, administración de fondos para la investigación, fomento de emprendimientos de base tecnológica, y gestión de proyectos y programas orientados al desarrollo productivo.
Así, una vez realizado el censo, Bertoya elevó ese estudio hecho por profesionales al Concejo que aprobó por unanimidad qué tierras deben mantenerse productivas y cuáles pueden tener otro fin, industrial, habitacional, etc.
Hoy San Patricio del Chañar cuenta con un mapa exacto de cuántas hectáreas tiene en producción, cuántas pueden producir y cuántas pueden tener otro destino.
Con las conclusiones del estudio se determinó que son 2.200 hectáreas las que podrán tener, de manera inteligente, otro fin que a su vez permitan el desarrollo económico, industrial y preserven la producción.
Precisamente eso es lo que se buscó, con algo fundamental como un mapa real de la situación, confeccionado y llevado adelante entre todos los actores sociales involucrados, decidir su futuro.
La participación fue total y bien recibida por los vecinos, productores y empresarios. Tal fue el apoyo que: antes, mientras se realizaba el relevamiento, ni después de la medida municipal, ningún propietario de chacra vendió, especuló, ni cedió una hectárea de sus tierras.
Polo productivo
Hoy San Patricio está en condiciones de poder saber cómo y de qué manera continuar su crecimiento constante, siendo el paraíso productivo que soñaron sus pioneros y sin quedar afuera de la industrialización que vive la provincia.
Conciliar intereses económicos con un plan estratégico significó no ceder el suelo productivo que tantos años llevó construir, desarrollar, mantener. Un esfuerzo compartido entre privados con visión de futuro y en el que la Provincia también estuvo presente con financiamiento para el desarrollo y crecimiento.
Hoy, un modelo a seguir por quienes buscan preservar las tierras productivas. El relevamiento permitió establecer que, en San Patricio del Chañar, hay 2.200 hectáreas que pueden tener otro destino.
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