Quieren un nuevo esquema para que haya más movimiento de visitantes a lo largo del año. El impacto del abandono de las obras públicas en las economías regionales.
La provincia se apresta a iniciar una temporada turística de invierno con la adjudicación de la concesión de la explotación de Chapelco prácticamente definida, así como cada uno de los cerros con la comercialización de sus productos encaminada, más una serie de mejoras en la infraestructura aeroportuaria y vial.
Podría decirse que todas las variables que dependen del Estado neuquino marchan sin contratiempo, con la mira en lo que el gobierno provincial definió como el tránsito “hacia el post Vaca Muerta”, lo que supone preparar la matriz productiva a los nuevos desafíos, no solamente con el turismo.
En el Congreso de la Nación se tomó nota del impacto de la creciente disminución de visitantes extranjeros a causa del escenario cambiario desfavorable y, al menos desde los sectores de la oposición, creen que desde el gobierno de Javier Milei no se están tomando medidas que amortiguen los perjuicios de este fenómeno en economías regionales que ya vienen sintiendo el impacto de la motosierra.
En los últimos días recobró impulso en la Cámara de Diputados el tratamiento de una nueva Ley de Feriados. La norma apunta a compensar la distribución de los feriados, feriados puentes y otras fechas festivas para alentar el turismo interno. En esos proyectos, que también apuntan a dar mayor previsibilidad a los días disponibles a lo largo del año para planificar vacaciones cortas, están involucrados dos legisladores de Neuquén, Tanya Bertoldi y Pablo Todero, ambos de Unión por la Patria.
En efecto, el turismo interno, ya lo sabe Neuquén, permitió a la industria del sector salir adelante frente a una coyuntura que se tornó más adversa en los dos últimos años.
Durante una reunión de la comisión de Turismo de la Cámara baja durante la semana que pasó, se buscó clarificar cómo administrar aquellos feriados fijos que caen durante los fines de semana a fin de generar las condiciones para fomentar el movimiento de visitantes a nivel nacional.
Observan los legisladores que el segundo semestre del año está descompensado en la cantidad de feriados respecto de los primeros seis meses del año y que las provincias, entre ellas Neuquén, tienen atractivas propuestas para el turismo interno que podrían optimizarse.
El gobierno nacional no tiene interés en apoyar al sector turístico, al menos con el énfasis que se requiriera para los prestadores y operadores de la industria. En turismo se aplica aquello de que el Estado se debe desentender con lo que compete a la actividad privada.
Para el gobierno de Milei no parece existir la factibilidad de una articulación pública privada aun cuando tal cosa suponga mejorar el escenario para quienes arriesgan sus capitales o para los emprendedores.
Esa desarticulación pública privada, se advirtió en la comisión de Turismo de la Cámara de Diputados de la Nación, incluye el abandono de las obras públicas vitales para economías regionales que tienen los mejores escenarios y propuestas para desarrollar el sector, pero que se ven disminuidas por el descalabro en el sistema vial y el acceso a servicios.
Seguramente no alcanza con cambiar una ley que regule los feriados. Esta iniciativa es apenas una señal, aunque remarcable, que debería ir más allá para un gobierno que no descansa en acentuar, a través de sus políticas, el perjuicio sobre las economías regionales.
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