Un domingo electoral, entre pálpitos y la quiniela
Este domingo vamos a las urnas. Quién ganará es un misterio. Lo importante es ir a votar por el futuro de todos.
Incertidumbre. Falta de seguridad, de confianza o de certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud. Esa es la sensación generalizada de lo que pueda ocurrir este domingo en el marco de las elecciones generales en las que los argentinos decidiremos quién será el próximo o la próxima presidente, o al menos definiremos quiénes pasarán al balotaje del 19 de noviembre.
Hay cinco candidatos, pero tres son los que postulan las mayores expectativas: Javier Milei, Patricia Bullrich y Sergio Massa.
Desde las elecciones del 30 de octubre de 1983, cuando la democracia comenzó a dar sus primeros pasos luego de las oscuras páginas de la última dictadura militar, han pasado 40 años. A lo largo de estas cuatro décadas, Argentina ha atravesado numerosos ciclos y vaivenes propios de aciertos y desmanes de los políticos de turno, cuyos efectos fueron receptados por nosotros, los ciudadanos, los mismos que hoy iremos a las urnas a cumplir con nuestro deber cívico.
También en estas cuatro décadas hemos alcanzado derechos innegables para estos tiempos y aprendido a superar las olas de la inflación y la pobreza, aunque muchas veces nos cueste remar contra la corriente.
Algunos vaticinan seguir en la misma línea que traemos, aunque con nuevos personajes al frente, mientras otros directamente hablan de tirarnos al abismo, como una forma de renacer, cuarenta años después de haber caminado hacia la madurez democrática.
Es tal la incertidumbre que se palpa en el ambiente, que sería más fácil acertar un pálpito en la quiniela que pronosticar quién podrá festejar esta noche cuando se conozcan los resultados.
Cada cuatro años, desde el 83 (las primeras fueron cada 6), vivimos elecciones históricas. Sin dudas, estas lo serán aún más.
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