Leonardo Ancafil vive en Zapala y desde los 7 años se dedica a los trabajos de albañilería. Hoy con 49 años ya lo hace de forma profesional.
Leonardo Ancafil es un zapalino de ley, que hace más de 40 años viene “empujando” sus días con la fuerza de sus manos, con el balde y la cuchara de albañil como resortes de su cuerpo.
Heredó el oficio de su padre y al igual que el resto de sus hermanos y hermanas desde temprana edad saben los mejores secretos del oficio. Hoy tiene 49 años y un largo camino recorrido, desde aquellos 7 en los que comenzó a ayudar a su progenitor a darle forma a miles de bloques que preparaban en el fondo de la vivienda familiar. La primaria completa y un secundario a medias forman parte de su formación educativa, pero asegura que la “escuela de la vida” lo formó “hecho y derecho”. Incursionó también en otros trabajos como bicicletería, carpintería y zapatería entre otros.
Fue también soldado voluntario por 8 años pero siempre volvió a su primer amor: la albañilería. Y es desde ese lugar por donde se gana la vida en la actualidad. Sin embargo, desde hace un año y medio a esta parte el panorama laboral se le complicó tremendamente ya que una accidente laboral lo ha mantenido alejado del trabajo y de las obras.
En ese tiempo sufrió algunos traspiés como el robo de la mayoría de sus herramientas por gente que era de su absoluta confianza. Fiel a su estilo hace un par de meses comenzó a volver a ruedo y en ese volver a empezar bue beneficiado por una “inyección económica” que brinda el municipio local a través de su programa de Empleo Independiente y con los fondos obtenidos comenzó a equiparse nuevamente y ya en las próximas semanas cuando reciba el alta médica volverá a las “primeras ligas” de la albañilería zapalina y regional.
Entre baldes y cucharas
Leonardo aprendió el oficio de albañil casi cuando aprendió a caminar. Ya que en su casa y en su familia la construcción era una forma de vida. Su padre Ángel Domingo heredó la tradición de su padre y él se la transmitió de igual manera a sus siete hijos. Es nacido y criado en Zapala, tiene 49 años. “Desde los siete años que trabajo en la albañilería, comencé como ayudante de mi papá”, contó a modo de presentación. Seguidamente contó que su progenitor fue muy conocido y reconocido por haberse dedicado muchos años a la construcción de bloques.
“Mi papá trabajaba en la municipalidad, así que muchas veces antes que llegara a la casa con mis hermanos preparábamos los pastones para que él hiciera los bloques”, dijo.
Leonardo relató que fueron años muy duros y que prácticamente no había tiempo para los estudios. Terminó la primaria y la secundaria la hizo a los empujones, porque la vida venía difícil y había que trabajar. Con el tiempo se inscribió en los míticos Talleres Don Bosco y allí aprendió otros oficios como la metalurgia.
En esos años también anduvo en mil trabajos pero siempre sin olvidar sus raíces en la albañilería. “Soy una persona agradecida con mi viejo porque todo lo aprendí de él y ahora lo estoy aplicando. No ha sido nada fácil la vida. Me inculcó que todo me lo tengo que ganar con el sudor de mi frente. Amo la albañilería, más allá de hacer otros trabajos”, expresó con emoción.
Con respecto a la ayuda económica que recibió días atrás en la Municipalidad de Zapala, en un acto oficial que contó con la presencia del intendente Carlos Koopmann y de otros emprendedores beneficiados, dijo que “es la primera vez que fui a la Oficina de Empleo a pedir algo, nunca fui a pedir nada, pero como estaba en esta situación económica bastante complicada tomé la decisión de acercarme”.
Más adelante, algo apenado y decepcionado relató que “después de que tuve el accidente, la gente que tuve trabajando para mí se dedicó a robarme. Me robaron herramientas y más cosas porque pensaron que nunca iba a volver a caminar. Pero ahora que me dieron esta oportunidad, no la voy a desaprovechar y voy hacer lo que sé hacer y lo que amo”.
La hormigonera
En la familia de Leonardo toda la vida se vivió y se respiró trabajo. Todos aprendieron lo mismo y asimilaron el concepto y lo aplican en sus vidas en los distintos escenarios que transitan. Aparte del legado inmaterial que se fue trasladando de generación en generación también heredaron herramientas que fueron parte de los inicios de los trabajos de don Ángel Domingo, tal cual es el caso de una hormigonera y toda la maquinaria para fabricar los bloques. Respecto a estas reliquias, Leonardo recordó que “cuando éramos chicos hacíamos pastones de material para armar los bloques hasta que un día mi papá apareció con una máquina hormigonera. Hoy esa máquina tiene 42 años y aún sigue funcionando y trabajando”.
Tan orgulloso está de esta herramienta que siempre la llevó con él como una suerte de homenaje y para sentir la presencia y compañía de su padre. “Ha viajado conmigo por todos lados. Donde había trabajo allá íbamos juntos”, señaló.
También se refirió a las máquinas que hoy descansan en un rincón de un galpón de su terreno pero que prontamente volverán a revivir y recuperar el esplendor de antaño.
“En unos pocos meses, más allá de la construcción también me voy a volver a dedicar a la fabricación de bloques. Ahora, junto a unos compañeros, estamos en plena planificación y armado de la cancha de corte. Así que pronto vamos a honrar la historia de mi abuelo y de mi padre y volveremos a darle forma a los bloques y tabiques zapalinos”, dijo entusiasmado.
Y con algo de nostalgia le dedicó un párrafo a sus amados ancestros: “Mi abuelo y mi padre se dedicaron a hacer ladrillos en Aluminé así que cuando mi papá llegó a Zapala al tiempo arrancó con su emprendimiento de bloques. Estoy y estamos como familia orgullosos de ellos y seguimos con sus enseñanzas”.
También recordó que su padre, con el sueldo de empleado municipal, compró parte de la maquinaria para su bloquera y el resto lo armó con sus propias manos de rezagos de otras maquinarias antiguas.
El empleo independiente, un nuevo motor de desarrollo
En los últimos tiempos la municipalidad de Zapala inició una cruzada para fortalecer el empleo independiente en la ciudad, desde entonces se ha transformado en un motor de la economía informal. “Llevamos entregados desde el 2020 más de 45 millones de pesos en este programa de empleo independiente que impulsamos desde el municipio con 284 beneficiarios directos”, afirmó la secretaria de Educación, Empleo y Producción; Jorgelina Almeira.
A renglón seguido añadió que “solo este año llevamos entregados más de 25 millones de pesos a más de 80 beneficiarios, todos ellos participan de las capacitaciones que se brindan en la oficina de empleo para que puedan no solo acceder al programa sino además lograr realizar una compra efectiva de herramientas insumos y maquinarias”.
La funcionaria municipal ponderó también todo el trabajo realizado en este proyecto de inclusión laboral. “El equipo de economía social realiza una ardua tarea en las entrevistas, formulación de proyectos, y seguimiento de los mismos. A medida que reciben el beneficio, se incorporan más beneficiarios a la lista de espera para acceder al programa de capacitación”. Con respecto al respaldo y apoyo a los trabajadores, Almeira indicó que “este aporte económico brinda una excelente herramienta financiera a los emprendedores de la economía social, que en el contexto de la crisis actual es considerable para adquirir insumos herramientas o equipamiento”.
En esta misma línea Leonardo Ancafil se mostró sumamente agradecido por haber recibido el beneficio junto a otros vecinos de la ciudad. “Con esta ayuda que me dieron estoy muy agradecido porque ahora los precios se fueron todos para arriba así que tuve la oportunidad de comprarme herramientas nuevas como un martillo percutor, una amoladora chica y un taladro a aire compresor, entre otras cosas. Así que un mes mas estaré trabajando y volveré a hacer lo que tanto amo”, cerró.
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