Jonathan Luna, condenado a prisión perpetua por el asesinato de Micaela Ortega, contactó a la madre de la víctima. Desde la cárcel investigan el hecho.
Mónica Cid, madre de Micaela Ortega, no podía creer lo que veía en la pantalla de su celular: mensajes desde la cárcel enviados por Jonathan Luna, el hombre que en 2016 engañó por redes sociales a su hija de 12 años, la secuestró y la asesinó en Bahía Blanca.
“Estoy pagando mi error”, escribió el femicida, cuya condena marcó un precedente judicial en Argentina al ser la primera por grooming seguido de muerte, Mónica, quien compartió el chat en su perfil de Facebook y expresó su preocupación por la comunicación del asesino de su hija.
Desde el pabellón donde permanece detenido en la Unidad Penal N° 32 de Florencio Varela, dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), Luna, de 35 años, se comunicó el pasado miércoles con Mónica Cid a través de la red social Facebook. “Espero que algún día pueda perdonarme”, le suplicó el femicida a la madre de Micaela, en un mensaje enviado a las 18.30.
Frente a la falta de respuesta de la destinataria, el femicida aguardó más de tres horas y reiteró su pedido de disculpas: “Espero que algún día usted me pueda perdonar”, insistió. Y, por último, se victimizó: “Hoy estoy pagando mi error”.
Abordada por una mezcla de impotencia e indignación por los mensajes recibidos, la mamá de Micaela aguardó hasta el día siguiente para hacer público el contacto que había recibido del femicida de su hija. “En estos momentos me siento morir, el asesino de mi hija con tanta vida, y MICA en un nicho frío y solitario”, lamentó la mujer.
“Nosotras perpetua, jonathan luna más vivo que nunca, maldita justicia”, concluyó su reacción en su perfil de Facebook.
La reacción de los usuarios en las redes sociales
Rápidamente, cientos de seguidores de Mónica manifestaron su absoluto repudio contra el accionar de Luna. “No puedo creer que la vida no lo castigue como se merece no hay justicia para nosotros las madres tenemos que estar viendo como los asesinos viven y siguen acá y nosotras muertas en vida sin nuestras hijas me duele tu dolor Mónica Cid te entiendo lamentablemente más de lo que quisiera te abrazo fuerte. #YoNoMeOlvido Micaela presente hoy y siempre”, dice el comentario de Laura.
Por su parte, Betina, prima de Mónica, escribió: “Prima te abrazo fuertemente y solo le pido a Dios que pueda darte paz y consuelo, que te libera de todo odio e impotencia, que pueda sanar tu corazón y llenarlo de vida en el nombre de Jesús, fuerza te amamos”.
“Qué hdp basura”, “Yo no sé por qué mierda le dejan celular a esa rata para seguir cagando la vida denle un pico y una pala que se gane la vida”, y “Pagando mi error dice la lacra inmunda. El peor castigo se merece hdp rata asquerosa. Lo odio. Fuerza amiga de mi corazón. Te amo y te acompaño en lo que sea guerrera”, son otros de los más de 40 comentarios que sumó el posteo de la madre de Micaela, quien el pasado 4 de agosto hubiera cumplido 22 años.
Al conocer la situación, personal del penal requisó la celda donde se encuentra alojado Luna e incautó un teléfono celular que estaba en poder de su compañero. “El aparato va a fiscalía y si se confirma que envió los mensajes, se inicia un expediente disciplinario”, explicaron fuentes del SPB a Infobae.
El crimen de Micaela Ortega
El 23 de abril de 2016, Micaela Ortega, de 12 años salió de su casa en su casa del barrio Noroeste de la ciudad de Bahía Blanca, motivada por un criminal que la había engañado escondiéndose detrás de un falso perfil de Facebook. Nunca regresó. Una vez hecha la denuncia de rigor por averiguación de paradero, desde entonces se montaron múltiples rastrillajes y operativos para dar con ella. Todos con el mismo resultado: negativo.
Mientras los días pasaban, la angustia se acrecentaba. Había transcurrido un mes y la búsqueda seguía sin rumbo hasta que se incorporó a la causa información de parte del National Center for Missing & Exploited Children, un organismo sin fines de lucro de Estados Unidos que trabaja a nivel mundial contra la pedofilia y que colabora con la Justicia en este tipo de casos.
A partir de los datos aportados, los investigadores conocieron que Jonathan Luna, un hombre por entonces de 26 años y que vivía en un domicilio de la localidad de Ingeniero White, había contactado a Micaela a través de la mencionada red social, haciéndose pasar por una niña de su misma edad. En consecuencia, la Justicia ordenó el allanamiento a esa vivienda. Allí se encontraron el celular y la campera de la menor. Luna fue detenido y, comprometido por las pruebas en su contra, se quebró: confesó el asesinato y reveló el lugar de donde había escondido el cuerpo.
Así, a poco más de un mes de la desaparición, el 28 de mayo, Micaela fue encontrada estrangulada con una remera y golpeada en la cabeza en un descampado en las afueras de la ciudad bahiense, a pocos kilómetros de la localidad de General Daniel Cerri.
Posteriormente, el fiscal de la causa, fiscal Rodolfo De Lucía, determinó que el acusado tenía cuatro cuentas de Facebook, y a través de una logró organizar y concretar un encuentro con Micaela. De ese modo fue como tras el encuentro, según la reconstrucción de la investigación, la niña y Luna caminaron unos 9 kilómetros hacia un descampado donde él intentó abusar de ella, le robó y la mató.
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