El Presidente viajará a la asunción del electo colega en Estados Unidos. El nombramiento del embajador y las piezas clave de la relación de la Casa Blanca con Argentina.
La última vez que se vieron, fue a mediados de noviembre, en Palm Beach, Florida, Estados Unidos. El jueves 14, el magnate Donald Trump organizó una cena para festejar su victoria en las últimas elecciones presidenciales, donde se impuso sobre la demócrata Kamala Harris. Fue en la mansión de Mar a Lago, donde el reelecto presidente norteamericano decidió invitar a su nuevo amigo argentino, Javier Milei. En ese encuentro, el presidente fue tratado como un rock star y el anfitrión lo elogió, junto a su entorno. También aprovechó para presentarle a su vecino, el médico Peter Lamelas, porque había decidido nominarlo como próximo embajador norteamericano en Argentina.
Dentro de dos semanas, Milei y Trump volverán a verse. Será el 20 de enero, en Washington. El mandatario argentino fue invitado para participar de la jura de Trump como presidente ante el Capitolio. La invitación lo puso a Milei como el único mandatario sudamericano que estará en la ceremonia y anticipa el vínculo privilegiado que, al menos en los gestos, Trump buscará mantener con su par argentino.
Desde ese día, Milei comenzará a saber si el nuevo inquilino de la Casa Blanca extenderá esa relación a la economía, o si Argentina seguirá manteniendo una balanza comercial deficitaria, con amplias chances de crecer, si Trump aplica sus promesas proteccionistas para proteger al mercado local. Milei dijo que busca un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, pero el planteo, hasta ahora, suena anacrónico con un Trump que parece enfocado en profundizar la guerra comercial con China y aumentar los aranceles a cualquier producto extranjero que intente competir en el mercado norteamericano.
Lamelas, Rubio y Claver, las figuras clave
En la cena del 14 de noviembre en Palm Beach hubo foto, brindis, champán y anticipo de la designación de Lamelas. "Peter es un médico, filántropo y un hombre de negocios increíble, mejor conocido por fundar la compañía de atención médica de urgencias más grande de Florida. Cuando era niño, Peter y su familia huyeron de la Cuba comunista y emigraron legalmente a los EE. UU., comenzando desde cero y logrando el sueño americano”, tuiteó Trump. De ese modo, confirmó hasta donde incidirán en las relaciones exteriores los vínculos trumpistas de la Florida. Con epicentro en Miami, es una de las bases electorales republicanas, con una fuerte presencia de la comunidad cubano americana anticastrista.
Por encima de Lamelas, habrá otros dos protagonistas de ese sistema de relaciones. El próximo secretario de Estado será el senador republicano por La Florida, Marco Rubio. Ex crítico de Trump y ahora aliado clave. Al igual que el próximo embajador, es de origen cubano. Rubio estuvo el frente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado que tratará la nominación de Lamelas, pero ahora los republicanos tienen mayoría en las dos cámaras del Congreso de los Estados Unidos. Con esa ventaja es posible que Lamelas sea rápidamente nombrado, cuando una designación lleva al menos seis u ocho meses hasta.
Debajo de Rubio, hay una tercera pieza del entorno cubanoamericano de Trump. Mauricio Claver-Carone fue titular del BID y ahora será "Enviado Especial del Departamento de Estado para América Latina”, según informó Trump. Es del mismo origen que Rubio, estuvo en el Consejo de Seguridad Nacional como director para el Hemisferio Occidental y se fue del BID por un escándalo. Lo acusaron de designar a su pareja en el organismo. Por eso no quiere al actual jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
El ministro coordinador era representante argentino en el BID, durante la presidencia de Alberto Fernández, con el apoyo del entonces ministro Sergio Massa, y habría ayudado para que la caída de Claver Carone fuera un hecho. De ahí nació un entripado inicial, pero Claver Carone es uno de los pocos trumpistas que ha criticado, con mucha vehemencia, a la política económica de Milei.
Política exterior o una red de lobby
La nominación de Lamelas como próximo huésped del Palacio Bosch en Buenos Aires repite un esquema de la política exterior norteamericana que comparten demócratas y republicanos. Lamelas aportó medio millón de dólares a la campaña presidencial de Trump y apenas el Senado, confirme su nominación, el nuevo embajador será un teléfono directo con la Casa Blanca desde Buenos Aires. La pregunta es si será para política exterior o para reforzar una red de lobby que parece asomar con fuerza desde La Florida.
Milei arrancó el año anunciando la privatización de la metalúrgica IMPSA por 27 millones de dólares. Quedó en manos de ARC Energy, de Jason Arceneaux, otro aportante de la campaña republicana. Con sede en Luisiana, Estados Unidos, fue la única oferente de la venta internacional lanzada en octubre para privatizar una firma que quedó en manos del Estado luego de caer en la quiebra.
Arceneaux pagó los 27 millones y se quedó con la mayoría de un paquete accionario que era compartido por el Estado Nacional, con el 63,7%, la provincia de Mendoza (21,2%) y a la familia Pescarmona que seguiría manteniendo el 5%.
La llegada de ARC Energy implica otro desembarco del mismo dispositivo que rodea a Trump en La Florida. La llegada de Lamelas podría implicar una ampliación de esa influencia, tanto en los negocios, como en la diplomacia que se viene.
Te puede interesar...
Lo más leído
Dejá tu comentario