Entre otras cosas, habrá un tipo de cambio más atractivo para los exportadores agropecuarios y un mayor precio para comprar dólares para los importadores.
Mientras continúa la negociación con el FMI, el Gobierno lanzará un tipo de cambio más atractivo para los exportadores agropecuarios y un mayor precio para comprar dólares para los importadores con la aplicación del impuesto PAIS.
El ministro de Economía, Sergio Massa, busca así una alternativa a la presión del FMI para que sincere el tipo de cambio y no se ensanche más la brecha cambiaria del 100%. En plena campaña electoral, descarta una devaluación del tipo de cambio oficial.
En este escenario, habrá un “dólar agro″ más alto para productores regionales y algunos productos como el maíz para fomentar la liquidación de divisas y no obligar a los productores a esperar un sinceramiento del dólar oficial. Se estima que valdría $350, más arriba de los $300 del último programa.
Esto vendría acompañado de la aplicación del impuesto PAIS a determinadas importaciones. Esto beneficiará al Tesoro, que aumentará su recaudación con el nuevo impuesto, pero no al Banco Central, que seguirá comprando dólares caros ($350) para venderlos baratos a los importadores ($270).
Según lo que trascendió, se generalizará el Impuesto PAIS al 25% a todos los servicios que se importen, salvo los de fletes, salud, educación, y recitales. También ocurrirá esto al 7,5% para todos los bienes, excepto medicamentos y material para combatir el fuego, suntuarios, combustibles, lubricantes, e insumos y bienes intermedios vinculados a la canasta básica alimentaria.
Por otra parte, se encarecerá el dólar ahorro: hasta ahora se podía adquirir a $426, pero ahora el importe se igualará al dólar tarjeta de $490. Además sigue el dólar Qatar a $560 para consumos superiores a US$300 mensuales.
Un objetivo de estas medidas sería cuidar las reservas, que durante julio cayeron casi US$2.500 millones y rondan los US$25.440 millones. Según el FMI, el tipo de cambio oficial estaría al menos 25% atrasado, pero el Gobierno se viene resistiendo a hacer un salto brusco del tipo de cambio y sigue con su política de “crawling peg” (mini devaluaciones diarias).
Otro objetivo sería que un tipo de cambio real más alto impacte lo menos posible en los precios, aunque los analistas dicen que sería dificil que en julio se repita el 6% de inflación del mes anterior.
La última edición del “dólar soja 3” dejó muchos menos dólares que las dos versiones anteriores. Con igual cantidad de días hábiles que las dos versiones anteriores, recaudó alrededor de US$2.100 millones, contra US$2.900 M y US$7.600 M de las dos ediciones previas. Y lo peor es que de esto el Banco Central retuvo menos del 10% de lo operado, contra 58% y 66% en las dos versiones anteriores.
Desde el sector exportador explicaron que los buenos números de la primera versión se debieron a que había más del doble de stock para liquidar y era algo novedoso. En la segunda edición se vendió el sobrante de la primera edición y a eso se sumó la sequía. Ahora, consideraron difícil que la tercera edición pueda llegar a los US$5.000 millones previstos y el número rondaría los US$4.000 millones.
Te puede interesar...
Dejá tu comentario