Conocido como Bajo Hondo, tiene casi 5 km. de diámetro. Lo catalogaron como volcánico, pero nuevos estudios lo ponen en duda. Genera interés científico mundial y podría ser un atractivo turístico.
Un equipo de científicos españoles está investigando un cráter gigante en Chubut, conocido como Bajo Hondo.
Al contrario de lo que se pensaba, en el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y en la Armada del país europeo especulan con que se pudo haber formado por la caída de un meteorito de 250 metros de diámetro, hace unos 10 millones de años.
Con un diámetro de 5 kilómetros, este enorme pozo era considerado hasta hace poco como una formación volcánica.
De hecho, en los ‘80 fue calificado como una “caldera volcánica basáltica”, surgida por residuos que liberó la actividad del Talagapa, pegado al cráter, que está en unas de sus laderas.
Pero justamente, esa cercanía es lo que podría ocultar su verdadero origen, en una situación similar a la que los astrólogos enfrentan en sus observaciones de Marte, donde los meteoritos muchas veces impactaron sobre volcanes y por eso se hace difícil distinguir sus huellas.
En los 2000 surgieron las primeras especulaciones acreca de que, en realidad, el pozo se pudo haber formado por el impacto de un meteorito y dejado su huella de forma similar a la que se da en el planeta rojo, árido y plagado de erupciones.
Pero ahora, a partir de nuevos análisis de la forma del cráter, parecida a una taza y con los bordes elevados, y de una expedición realizada por los investigadores españoles para hacer mediciones magnéticas en busca de metales presentes en meteoritos, aquella hipótesis volvió a tomar impulso.
El relevamiento fue realizado en cuatro visitas, entre el 9 y el 20 de marzo, encabezadas por el Servicio de Geomagnetismo del Real Instituto y Observatorio de la Armada española (ROA) en colaboración con el Área de Magnetismo Espacial del INTA.
Lo que hicieron, en concreto, es ir a tomar medidas magnéticas en lo que especulaban que daría un análogo terrestre a los cráteres de Marte o la Luna.
Este tipo de estudios es clave para que los científicos puedan entender los procesos de formación y evolución de astros como los planetas y satélites.Y suelen ser muy complejos.
En síntesis, la reclasificación del origen de Bajo Hondo se basa ahora en las características físicas y geomorfológicas del cráter, que coinciden con las de otros cráteres de impacto conocidos alrededor del mundo y también con formaciones muy similares en Marte y el satélite terrestre.
Los cierto es que las muestras tomadas en el lugar a partir de un primer análisis, dieron resultados bastante concluyentes: contienen aluminio, níquel y cobalto, elementos que son compatibles con la presencia de un meteorito. Pero todavía falta un buen recorrido para confirmar los datos y especialmente, para hallar huellas del impacto de la enorme roca.
Entre la ciencia y el atractivo turístico de Chubut
De confirmarse esa hipótesis, el cráter de Bajo Hondo se convertiría en uno de los más grandes del mundo de su tipo, abriendo nuevas líneas de investigación para comprender la historia de la Tierra y el sistema solar.
Los científicos destacan la importancia de este descubrimiento.
"Aunque árido, el cráter es de una belleza singular por su buen estado de conservación y la vegetación baja, que permite apreciar su morfología”, le dijo a Infobae Marina Díaz Michelena, una de las investigadoras del Área de Magnetismo Espacial del INTA involucrada en los estudios.
Más allá de su relevancia científica, esa descripción indica que el cráter Bajo Hondo podría convertirse, también, en un importante atractivo turístico, para los amantes de la astronomía y la geología, pero también para el público general.
La posibilidad de ver de cerca un cráter de impacto de estas dimensiones en suelo argentino despertaría el interés de turistas de todo el mundo.
Bajo Hondo está ubicado en la meseta Somuncurá, a unos 38 kilómetros al noreste de la pequeña localidad rural de Gan Gan.
El único cráter de impacto tan cercano a un volcán terrestre está en la India, y al igual que Bajo Hondo, durante décadas fue calificado como una formación basáltica, hasta que se logró establecer otra cosa.
De todos modos, en el caso del de Chubut todavía no está todo dicho y las investigaciones continúan. Desde España advierten que se necesitan más estudios para confirmar definitivamente el origen meteórico del cráter.
Los principales esfuerzos hoy están orientados a hallar en una amplia superficie, rastros de cristales que puedan haber sido modificados por la onda de choque del meteorito.
Son muestras complejas, que lleva tiempo conformar, y que se analizan con microscopios.
Según revelaron, hasta ahora tienen dos piezas que podrían corresponderse con lo que buscan. Pero hacen faltan muchos más como para poder estar seguros de que, como piensan, hace un poco menos de 10 millones de años una roca de unos 250 metros de diámetro impactó en la ladera del volcán chubutense.
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