Se convirtió en el "Dibu" tras desafiar a una familia por una docena de churros

Una familia vacacionaba en la localidad balnearia de Mar Azul, cuando les llegó una interesante propuesta. Un vendedor de churros se acercó a su carpa y les propuso regalarle una docena de churros si le ganaban en una tanda de penales. El hombre los convenció usando frases icónicas del arquero de la Selección, Emiliano “Dibu” Martínez.

El balneario del partido de Villa Gesell es elegido por miles de familias para disfrutar del verano fue testigo de un particular encuentro que se viralizó en las últimas horas.

“Definición por penales con el churrero por una docena gratis. Sólo en Argentina”, escribió un usuario de Twitter y adjuntó el video en el que se puede ver a un vendedor de churros apostando todo lo que le quedaba en la canasta a una numerosa familia.

“Me queda una docena. Les juego una tanda de penales. Si gano, me la compran. Si pierdo, se las regalo”, le dijo el churrero mostrandoles que le quedaban alrededor de una docena de churros.

Tomás, quien fue el testigo que viralizó el momento en la red social, señaló que el vendedor habría desafiado a los turistas con las divertidas frases del “Dibu” Martínez. “Le dijo a dos vecinos de nuestra carpa que jueguen. Los desafió. Ellos ya estaban pateando penales y aceptaron rápidamente la apuesta”, describió.

El hombre propuso que jugaran una tanda de 10 penales. “Nosotros le hicimos hinchada al churrero y después de una tanda de siete penales empecé a filmarlos, ya que creí que esto podría ser una clara representación de lo que somos nosotros como argentinos”, contó el neuquino de 16 años, bajo el nombre @HodlerTom.

En la grabación, se puede ver la definición del amistoso enfrentamiento. Luego de que uno de los integrantes de la familia le atajó un penal al churrero, el hombre se posicionó para defender el arco.

En ese momento, uno de los jóvenes se prepara, patea y erra su oportunidad. Posteriormente, el vendedor ambulante vuelve a la zona de tiro y Tomás, quien se encontraba grabando, acota: “Si mete gana”. Para suerte del vendedor, convierte el gol y gana la apuesta, mientras los espectadores se unen al festejo con gritos, cánticos y aplausos.

“Ganó el churrero y los vecinos pagaron su deuda, decepcionados pero con buena onda. El churrero terminó con el canasto vacío y agradecido por el aguante que le hicimos”, concluyó el relato del adolescente por Twitter.