Una junta vecinal de la ciudad de Chubut publicó la ubicación exacta en su página web. “No nos imaginamos que tendría tal repercusión”, contaron.
A la inexplicable aparición de cientos de costosas bobinas de hilo en un basural de Trelew, le siguió otra situación inusual: un desfile incesante de gente que va hasta el baldío ubicado en una zona de difícil acceso de la ciudad de Chubut, para llevarse un insumo costoso, que se usa para la fabricación de telas.
Esta suerte de peregrinación, que se inició en plena noche del lunes, se da luego de que un medio local difundiera el hallazgo en la zona del parque industrial, noticia que generó una andanada de consultas a la Junta Vecinal del Barrio Corradi.
“La gente nos preguntaba todo el tiempo dónde estaba el basural, así que publicamos en nuestras redes la ubicación exacta y cómo se podía llegar”, explicó Camila Sepúlveda, presidenta de la organización barrial, en declaraciones a Diario Jornada.
“Son dos caminitos, hay que tomar el de la derecha. Se encuentran con un lugar que tiene como una subidita, que se puede subir con los autos. Y abajo hay varias cajas y hay que revolver un poco, porque algunos hilos están sucios”, describió por su parte la tesorera de la organización, Liliana Paredes.
“No nos imaginamos que iba a tener tal repercusión”, agregó Camila, quien sostuvo que “es una maldad tirar hilos habiendo tantos talleres en Trelew” e incluso muchas organizaciones sociales que “decían que les sirven”.
El hallazgo en Trelew
La montaña de bobinas de hilo fue descubierta de casualidad por un grupo de mujeres que 20 días atrás salieron a caminar por el parque industrial de Trelew, y tomaron un camino que está por detrás de las construcciones de la zona.
En ese sector, en paralelo a casi toda la extensión del parqu, permanentemente se forman microbasurales urbanos en los que la gente tira desde escombros, ladrillos, mosaicos rotos y otros materiales de construcción, hasta ropa vieja o restos de langostinos y mejillones.
Pero lo de las bobinas industriales resultó toda una novedad, porque más que de desechos sin utilidad, se trata de elementos de valor.
La titular de la Junta Corradi explicó que sabían de la aparición de los hilos en el basural porque la tesorera de la asociación se enteró por una amiga y fue con su hermana costurera a buscar algunos hilos.
Enseguida, la Junta hizo lo propio, ya que las bobinas venían muy bien para los talleres de costura que da todos los días. También para entregarle a otra organización vecinal de la ciudad, que los necesita para hacer manualidades.
Un aluvión de mensajes
Cuando el lunes vieron la noticia publicada en los medios, Camila contó en sus redes que desde Corradi ya habían ido a levantar bobinas y a partir de ahí, recibió un aluvión de pedidos.
“Estuvimos todo el día respondiendo mensajes que llegaron a la página de la Vecinal, a los WhatsApp personales, por otras redes, preguntando la ubicación” del baldío.
Ante el interés de multitudes, decidieron publicar el lugar en la página web de la Junta, con una explicación precisa de cómo llegar a un lugar de difícil acceso a pie.
En medio de la noche, Camila se sorprendió nuevamente: muchos le enviaban fotos que la gente sacada en medio de las oscuridad de esa misma noche, con las bobinas que encontraban en el baldío.
“Todavía quedaban hilos y seguían yendo a recolectar. No habíamos dimensionado el interés de la gente”, admitió.
Del basural al lavarropas
Muchas de las bobinas que había en el baldío estaban sin uso, impecables. Igualmente, Liliana explicó en detalle cómo hacer para asegurarse que queden utilizables después de su paso por el baldío.
“Mi hermana me dio el tip de que hay que llevarlos y meterlos bien paraditos en el lavarropas, adentro de una bolsa para que no se deshagan”, explicó.
Después del lavado, y sin sacarlos de la bolsa, hay que centrifugarlos o ponerlos en el secarropas. “Con eso se recuperan todos”, aseguró la tesorera de la Junta del Barrio Corradi.
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