Como en los dos casos anteriores, estaba con prisión domiciliaria. Rompió la tobillera y se fue. Reforzaron la custodia de su expareja.
Trelew registra esta semana una inédita seguidilla de tres fugas de detenidos con prisión domiciliaria. A las registradas en la madrugada del martes y durante el míercoles, el jueves a las 23:40 se sumó la de un hombre acusado de intentar ahorcar a su mujer.
A esa hora, el Comando Radioeléctrico de la ciudad de Chubut recibió un alerta proveniente de la tobillera electrónica que tenía puesta José Luís Curruman, de 27 años. Luego de trasladarse hasta el Pasaje Santa Elena al 400, en el barrio Unión, constataron quer el detenido con preventiva cortó el dispositivo y abandonó la vivienda.
En el lugar se encontraba su hermana menor, de 14 años, quien les confirmó a los agentes que Curruman no estaba, según informaron fuentes policiales a Diario Jornada.
Comprobada la fuga, se activó un operativo de búsqueda y al mismo tiempo se dispuso reforzar la custodia de su expareja, por temor a que el violento intente algún tipo de represalia.
El rastrillaje no es el único que la policía está realizando en la ciudad, ya que desde el miércoles también está prófugo de la justicia Hugo Severo Torres, un hombre con 18 causas en la justicia que, pese a su frondoso prontuario, permanecía desde fines de abril detenido en una casa del barrio Inta sin tobillera y “bajo palabra de honor”.
En tanto Leandro Ezequiel Ramón, que se había mandado a mudar de su casa en las primeras horas del martes, tras una fuerte discusión con su pareja, se entregó apenas un día después.
El joven, que está siendo juzgado por el robo seguido de homicidio de una jubilada en Puerto Madryn, se presentó en una comisaría acompañado por su abogado defensor, Daniel García.
El hecho por el que Curruman estaba con preventiva sucedió en febrero, cuando el ahora prófugo de la Justicia estaba junto a su expareja violando una prohibición de acercamiento y, aparentemente, intentó ahogarla en el río Chubut.
Fugas en Trelew y polémica por las domiciliarias
A fines de abril, la detención domiciliaria de Hugo Severino Torres generó un fuerte cruce entre una jueza de Comodoro Rivadavia y el ministro de Seguridad de Chubut.
Torres tiene un amplio prontuario y en agosto de 2024 había sido detenido en Comodoro Rivadavia tras haber efectuado dos robos utilizando inhibidores. Él y un cómplice fueron atrapados cuando intentaban huir de la ciudad en un remís.
Tras el avance del proceso judicial por esa causa, el 11 de febrero obtuvo el beneficio de la prisión domiciliaria con una tobillera, en la casa de su madre en Trelew.
Dos semanas más tarde destrozó el dispositivo de control electrónico y aprovechó un rato de libertad para seguir robando, hasta que un grupo de vecinos lo atrapó mientras intentaba violentar un vehículo y lo redujo a golpes. Su propia madre le entregó los restos de la tobillera a la Policía.
Luego de lo ocurrido, la jueza de Comodoro Lilian Bórquez insistió con detenerlo en una casa y con tobillera, pero se topó con la negativa del ministro Héctor Iturrioz, quien consideró que Torres no solo había incumplido la prisión domiciliaria y vuelto a robar sino que había causado un gasto extra al gobierno provincial al romper el dispositivo.
Ante esa situación, Bórquez intimó al Ministerio a que en un plazo de 24 horas cediera otra tobillera bajo la advertencia de disponer la liberación de Torres, y le avisó a Iturrioz que le iniciaría una causa en caso de desobedecer la orden judicial. Para esto, dispuso enviar los antecedentes del caso al procurador general Jorge Miquelarena.
Además de confrontar con el Gobierno, la jueza también recibió críticas del Ministerio Público Fiscal (MPF), que consideró arbitraria la decisión. “De un plumazo, la jueza desactivó los mismos peligros procesales de fuga que antes había considerado vigentes”, se dijo en el MPF.
El sábado 26 de abril se llevó a cabo una audiencia de revisión pedida por el fiscal Martín Cárcamo, en la que se revocó la decisión de Bórquez de soltar a Torres, pero no la domiciliaria, que ante la falta de una tobillera, la magistada concedió “bajo palabra de honor” del acusado de que no la violaría. Su compromiso duró poco y el miércoles pasado abandonó el domicilio de su madre.
Te puede interesar...
Dejá tu comentario