Búsqueda de Luciana Muñoz en Neuquén: la fiscalía acusó al ex novio de la joven
El fiscal Andrés Azar y la asistente letrada Carolina Gutiérrez consideraron que el joven mintió y entorpeció la investigación. Pidieron prisión preventiva.
A 42 días de la desaparición del Luciana Muñoz, ocurrida el 13 de julio y denunciada el 16, el fiscal Andrés Azar y la asistente letrada Carolina Gutiérrez avanzaron en la acusación de Maximiliano Avilés, ex novio de la joven, cuyo testimonio no se condice con lo cotejado y entienden que hubo un entorpecimiento en la investigación.
Cuando desde LMNeuquén hablamos de que fiscalía y Policía están tratando de sacar adelante un investigación sumergida en las entreñas de la marginalidad, no les estamos mintiendo.
A la ventana de tiempo inicial de la denuncia por desaparición que se radicó 66 horas después, se sumaron cinco días más en los que los pesquisas estuvieron tras un rastro erroneo que brindó la mamá de Luciana y que luego de realizar todo un seguimiento y cotejo se comprobó que se trataba de otra joven.
Luego devinieron silencios, verdades a media, pistas falsas, un hombre que se autoincriminó y descubrieron que tenía algunos problemas mentales, una bandolera con una birome que tenía grabado el apellido Muñoz, tres testimonios que la ubicaban a la joven en la zona del Choconcito y otro rastro más que derivó al balneario municipal de Plottier.
A eso se suma que Luciana no tenía celular y que los ocho días de ventana en la investigación los dejaron practicamente sin cámaras de seguridad para tratar de ubicarla. En una sociedad hiper vigilada por las tecnologías, Luciana se convirtió en un punto ciego.
De las más de 300 entrevistas que se realizaron hubo que hacer un minucioso análisis y cientos de cotejos y comprobaciones. De ese riguroso trabajo surgió un dato clave que dejó expuesto a un ex novio de Luciana motivo por el cual la fiscalía decidió avanzar en su acusación.
El ex novio fue acusado
Durante la investigación se entrevistó a Maximiliano Avilés, ex novio de Luciana que reside en Parque Industrial donde tiene una barbería.
Dicho joven, que estuvo un par de meses en pareja con Luciana, brindó una versión sobre dónde había estado el 13 de julio que al ser cotejada mediante las antenas de telefonía, sale a la luz que su celular se encontraba en otro punto muy distinto al que había señalado por lo que se quedó sin coartada.
Esas pericias vinculadas a la geolocalización, el fiscal Andrés Azar y la asistente letrada Carolina Gutiérrez las consideraron claves porque entendieron que había gato encerrado.
Es por eso que se ordenó la detención y esta sábado se realizó una audiencia donde se le formularon cargos por el delito de falso testimonio, en caracter de autor y en concurso real, eso es porque mintió en dos entrevistas.
Además, se solicitó la prisión preventiva por entender que entorpeció la investigación, pero el juez Juan Manuel Kees no resolvió ese pedido y dio un cuarto intermedio hasta mañana a las 11. Por ahora, se estima que medida cautelar podría transformase en una prisión domiciliaria.
Ahora, es clave reconstruir dónde estaba el joven y que hizo en esas horas claves en las que mintió a la justicia sobre su accionar.
Las contradicciones
Lo que se sabe es que se contradijo en dos aspectos. Primero respecto de la vigencia de la relación. Mientras que él señaló que estaban de novios y tratando de formalizar la relación, luego surgió que habría sido cortada un mes y medio antes del día de la desaparición de Luciana.
Por otro lado, la fiscalía obtuvo testimonios de amigos que brindaron información clave, donde dan cuenta que el día de la desaparición estuvieron juntos y que Luciana y Avilés tuvieron una discusión y él la llevó hasta su casa. Esto genera mucha intriga.
A su vez, Aviles afirmó en otra entrevista que podía con su celular demostrar que había estado en su casa entre el viernes 12 y el martes 16 de julio que fue el día que se radicó la denuncia de la desaparición. Es más, aseguró que solo había salido a comprar a unos negocios en el mismo barrio de Parque Industrial.
Lo cierto es que en el análisis del celular a este joven se lo geolocaliza en inmediaciones del punto de desaparición de Luciana. Otra gran contradicción que expone la tecnología.
Estos datos claves como el grado de relación, la discusión y la ubicación, complican bastante a Maximiliano Avilés de acuerdo a lo manifestado por la fiscalía en la audiencia.
De hecho Azar explicó “la investigación que se está entorpeciendo es la de la búsqueda de una joven que fue pareja del acusado, que el fin de semana de su desaparición tenía golpes, y corresponde hacer una valoración con perspectiva de género”, concluyó.
Un ADN que será clave
Tal como relató LMNeuquén, hubo una serie de allanamientos entre jueves y viernes en casas que se establecieron que Luciana había frecuentado y que estaban vinculadas al narcomenudeo.
Hubo dos vivienda claves que se requisaron el viernes y donde los criminalístas del Cuerpo Médico Forense desarrollaron una meticulosa tarea en busca de rastros biológicos.
En la primera vivienda que se registró se trabajó por un par de horas y se encontró manchas de sangre humana en un par de zapatillas y un palo de golf.
En la segunda casa, la de Aviles, se encontraron manchas de sangre: "en una pared de planta baja, en el suelo, en el baño y en la puerta del baño", aclaró una fuente a LMNeuquén.
Estas se levantaron mediante hisopados y se derivó a laboratorio para su estudio. Ahora, se deberá determinar por ADN si es o no de Luciana, pero este proceso no es sencillo y lleva su tiempo.
Este dato permite a los investigadores ajustar la mira para avanzar a la espera de una respuesta científica clara y contundente.
Se aguarda la requisa de un auto que fue secuestrado el jueves.
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