El ladrón más famoso de Centenario volvió a caer: lo encontraron con relojes y ensayó un cuento insólito
"El Lagrimita" en Centenario, atracó un conocido comercio en el Casco Viejo. Lo atraparon y los vecinos piden que sea "la última" y que no lo larguen más.
La historia se repite como una pesadilla. Esta vez fue una relojería del Casco Viejo de Centenario. Entró, robó y escapó como si nada, pero anoche lo engancharon, otra vez. Jorge Chirino, el delincuente que todos conocen como “Lagrimita”, cayó con dos relojes encima y el mismo cuento de siempre, dijo que los encontró tirados en un tacho de basura. ¿En serio?
Ocurrió cerca de las 5 de la madrugada del domingo en el histórico y tradicional comercio La Casa del Reloj, ubicado en la calle Darrieux y Marcelo Bravo, que fue el blanco del robo. La policía recibió el alerta, se armó el operativo y dos motoristas de la Comisaría 52 lo interceptaron mientras caminaba por Honduras hacia la peatonal. Llevaba un camperón azul, los relojes en el bolsillo.
El hombre dijo que los relojes estaban en un tacho de basura, pero la Policía estuvo lejos de creerle. Pero los testigos lo vieron salir del local. No es la primera vez, ni la segunda, ni la tercera.
Chirino tiene muchas entradas a la Comisaria Quinta y los vecinos de Centenario lo tiene como parte del paisaje delictivo. Nadie sabe las razones por las cuales no le dan prisión preventiva y hasta los comisarios de turno se sienten presionados. Es que lo detienen, se sacan una foto y a los días está de nuevo en la calle, dicen los vecinos a LNNeuquén.
Ahora fue una relojería y van...
Vive y sale de la Comisaría Quinta como si tuviera pase libre y todos los conocen. Agresivo, desobediente y violento, con las características que están en la agenda de la comunidad y de los mismos uniformados. Un personaje que causa miedo, bronca y cansancio.
La semana pasada, sin ir más lejos, le robó el celular a una mujer mayor que estaba sentada en un auto estacionado en Honduras y Santo Domingo. Rompió el vidrio y se lo arrebató. La señora no resultó herida, pero quedó temblando.
Los vecinos están que explotan. Ya no piden justicia, piden que al menos lo encierren. Preventiva, algo, lo que sea. “¿Qué más tiene que pasar para que lo detengan?”, repiten, al tiempo que presionan a la Policía cada vez que se comete un atraco. Nadie entiende por qué sigue caminando como si nada.
El año pasado intentó apuñalar con un arma casera a un policía que pretendía identificarlo. El efectivo se salvó gracias al chaleco antibalas. El reclamo de los vecinos para sacar al violento delincuente de las calles volvió a tomar fuerza.
En enero de este año, luego de recuperar la libertad por apuñalar a un adolescente por la espalda en Centenario, el conocido delincuente apodado “Lagrimita” atacó a un repartidor para robarle la moto. Fue demorado nuevamente, pero esta vez desde la Justicia le pidieron que se interne en un centro de rehabilitación de manera voluntaria.
La Fiscalía de Robos y Hurtos intervino en el robo de anoche en La Casa del Reloj. Lo demoraron, lo llevaron a la sede policial y ahora resta saber si esta vez, por fin, alguien aprieta el freno.
Pero si la historia se repite, también se sabe cómo termina, y con “Lagrimita” suelto otra vez, buscando su próxima víctima, mientras Centenario lo mira y se defiende de los atracos.
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