Juicio por el femicidio de Agustina Fernández, día 2: las pericias derriban la coartada de Parra
Pablo Parra, el único acusado por el femicidio de Agustina Fernández, quedó en la ultima audiencia del juicio cada vez más complicado por lo que revelaron las pericias.
El juicio por el femicidio de la joven estudiante de Medicina, Agustina Fernández, tuvo este martes su segunda audiencia. El acusado del crimen, Pablo Parra, lloró en un momento de los testimonios y en la sala sus lágrimas causaron mucho malestar. La situación de Parra está cada vez más complicada porque la carga de pruebas en su contra empiezan a derribar su coartada.
La segunda jornada del juicio comenzó con la declaración del arquitecto Gabriel Tonon, especialista en reconstrucción virtual y quien trabaja para el Ministerio Público Fiscal. El profesional realizó un escaneo 3D el lugar del hecho, tanto del interior del departamento como de la zona aledaña El testigo Tonon también fue encargado de fotografiar a Agustina para hacer peritajes sobre sus heridas. Antes de exhibir las fotografías, advirtió al juez Guillermo Baquero Lazcano y el jurado que eran "imágenes fuertes". La mamá y el papá de la víctima salieron de la sala, pero su tía se quedó.
Durante la investigación, Tonon también fue el encargado de medir las heridas de la víctima, en la cara, la cabeza y la mano izquierda. Lo hizo con un equipo de mucha precisión que procesa datos con un programa informático. Esos detalles, escalofriantes para muchos, son claves para determinar cómo fue el ataque a la víctima y poder las causas y un perfil del asesino.
Mientras el arquitecto Tonon describía las heridas que sufrió Agustina Fernández, exhibiendo las imágenes que sacó durante la investigación, el acusado rompió en llanto y se recostó sobre el escritorio de sus abogados defensores, Juan Manuel Coto y Gonzalo Rodríguez. En la primera audiencia, Parra había permanecido casi imperturbable ante los relatos de familiares y amigas de la víctima. En la sala, nadie se conmovió ante la escena.
La primera vez que se escuchó a Pablo Parra en los medios
El periodista Omar Fuentes, quien entrevistó a Parra en LU19 el 6 de julio, días después de la muerte de la joven, fue otro de los testigos que pasaron por la segunda audiencia. Parra se presentó como "amigo" de Agustina e hizo el relato que, según la Fiscalía, fue una coartada premeditada para simular que no estaba en el departamento cuando la asesinaron. Fuentes dijo al jurado que no fue Parra quien pidió la entrevista, sino que él lo contactó.
Tras la declaración del periodista Omar Fuente la Fiscalía citó a otro conductor radial: Alfredo Bastonero. El periodista aclaró que no conocía al acusado, ni a la víctima. Afirmó que "consiguió el teléfono de Parra" y lo llamó. Recordó "ciertos baches y silencios" en el relato del entrevistado y que, cuando se hizo la nota, "todavía no se hablaba" de su presunta responsabilidad. En la sala se reprodujo el audio de la entrevista.
Los dólares de Parra y otro golpe a su coartada
José Lorenzato, un compañero de trabajo de Pablo Parra declaró que, a partir de su buena relación, el acusado en más de una oportunidad le propuso venderle dólares. La Fiscalía reprodujo un audio en el que Parra le ofertaba la venta de 400 dólares porque debía "comprar algo". Lorenzato accedió. La llamada fue el 18 de julio, después del crimen.
Pablo Parra sostuvo, desde el primer momento, que a Agustina la mató un ladrón. Denunció la desaparición de su teléfono celular y de dólares que guardaba en su casa. La Fiscalía hizo hincapié ante el jurado en la fecha de la llamada para venderle dólares a Lorenzato, que pone en duda que le hubiesen robado dinero. La defensa no hizo preguntas sobre el tema.
Parra “flasheba” y le “pintaba casamiento”
Julián Mussa, un amigo de Agustina declaró por Zoom, desde Santa Rosa, en la reanudación del juicio. Aseguró que era "muy amigo" de la joven y relató lo que ella le contaba desde Cipolletti. Según afirmó, le comentó que conoció a un vecino que “estaba lindo” y luego le confió que "había estado con el vecino". Sin embargo, más tarde le detalló que "el vecino estaba flasheando un poco y le pintaba casamiento" por lo que "se estaba cansando" de la situación.
En la audiencia se reprodujo un audio de Agustina que confirma que tuvo una relación con Parra, pero que no tenía intenciones de llevarla más allá. Como relataron sus amigas en el primer día de audiencia y Mussa, este martes, la joven expresaba "cansancio" por la actitud de "el vecino".
La semana previa al femicidio, Mussa contactó a Agustina por última vez. Le preguntó cómo andaba con el vecino y ella le contestó “qué me importa el maní ese, es re intenso”. Los representantes de la querella concluyeron que está confirmado que Agustina y Parra tuvieron relaciones sexuales, pero la joven ya no estaba interesada en continuar una relación.
El perfil de acosador, en otra relación marcada por la obsesión de Parra
Una testigo-cuya identidad se mantiene bajo reserva- relató una serie de episodios violentos con Parra como protagonista. Fueron pareja, con idas y vueltas, hasta que cortaron definitivamente. Ella descubrió que él espiaba su correo electrónico y simulaba ser otra persona con quien ella se escribía. Cara a cara, le exigía saber quién era y la siguió en la calle.
Según la mujer, Parra una vez la cruzó en la calle con su moto y se le tiró encima. "Me quería hacer algo, fueron varias cuadras". En otra oportunidad, estaba sola en su trabajo y alguien entró al edificio. Intentó forzar la cerradura con "un destornillador o algo" por lo que llamó a la Policía. Por las características del intruso, la mujer está segura de que se trató de Pablo Parra.
Las pericias acorralaron a Parra, que quedó más complicado
Los testimonios de los peritos de Criminalística que declararon este martes, dejaron a Parra en una situación mucho más compleja. Una de las oficiales que estuvo en el lugar del hecho realizando pericias, consideró que en el departamento que atacaron a Agustina había “poco desorden" para tratarse de una situación de robo, tal como lo planteó Parra.
Elementos coincidentes que habían sido denunciados como robados por Pablo Parra, el día del crimen de Agustina, fueron secuestrados en el nuevo domicilio que fijó el imputado, luego del femicidio. Florencia Massa, otra de las peritos de Criminalística, reveló un dato que marcó un antes y un después en la segunda audiencia del juicio. Meses después del asesinato, Parra fue sometido a una requisa personal cuando se iba a trabajar. Tenía celular y llaves, que fueron secuestradas. También una mochila con su vianda y un equipo de mate.
En el interior de su nuevo domicilio, ubicado sobre la calle Yrigoyen al 1162, los peritos le secuestraron una musculosa blanca Puma, con una mancha rojiza, un rosario plateado y otras prendas de vestir, que coincidían con lo que Parra había denunciado como robado en el hecho que le costó la vida a Agustina. La misma perito contó que en la escena del hecho, donde atacaron a Agustina, se hallaron dos celulares nuevos con sus cajas y una billetera con 11 dólares.
Por último, una pericia reveló que en el departamento que habitaba Parra y en que Agustina fue víctima del ataque mortal, sólo se detectaron huellas dactilares del acusado. El levantamiento de rastros no encontró huellas de otras persona.
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