Quedó en libertad Chucky, el femicida de Agostina Mazzina
El brutal femicidio de la adolescente de Fernández Oro ocurrió hace 15 años. El asesino había sido condenado a prisión perpetua.
Alex Velásquez Barrientos, "Chucky", entró por un pequeño ventiluz del primer piso a la casa en la que había trabajado y asesinó brutalmente a adolescente Agostina Mazzina. La atacó mientras dormía y le asestó 27 puñaladas. Fue juzgado y le impusieron una pena de 35 años de cárcel. Sin embargo, esta semana, al cumplirse 15 años del femicidio, la familia de la víctima confirmó que Chucky ya camina en libertad.
El femicidio de Agostina ocurrió el 31 de enero de 2009 en Fernández Oro. La joven fue atacada a cuchillazos repetidas veces en su cara y sus brazos. Y murió como consecuencia de una puñalada mortal en el pecho. Su hermana y su mamá la encontraron agonizando, alertadas por ruidos que se escucharon en el techo de tejas de su casa. Vivían justo enfrente del hospital, pero ni siquiera con la inmediata atención médica se pudo hacer algo para salvar la vida de la joven, de apenas 17 años.
A partir del testimonio de la mamá de la víctima, Doris Fernández, la Justicia y la Policía pudieron encontrar rápidamente al autor. Fernández, días después del crimen, recordó que meses antes, el ayudante de un plomero le había hecho comentarios sobre el físico de su hija mientras trabajaba en su casa.
Apenas horas después del crimen, el entonces juez Gustavo Herrera ya había identificado a todos los integrantes de un circo montado a media cuadra de la casa. Y en Fernández Oro se había corrido la voz de que se sospechaba que el asesino conocía a la víctima y cómo era su casa por dentro. En ese contexto, voluntariamente, el plomero que trabajó en la casa de Agostina se presentó voluntariamente en la Comisaría 26 y su testimonio marcó a Chucky Velásquez como el principal sospechoso.
El plomero, de apellido Calfupán, dijo al juez que el ayudante le había manifestado varias veces que Agostina "lo tenía loco" y que estaba enamorado de ella. Incluso, se ofreció a trabajar gratis en el hospital para poder ver la casa. Horas después, Velásquez Barrientos fue detenido en el comercio en el que trabajaba.
Chucky fue juzgado y condenado a prisión perpetua. A pesar de un intento por ser declarado inimputable, el juicio se llevó a cabo con pruebas contundentes. Dejó una huella junto al ventiluz por el que ingresó y una gota de sangre en la vereda, al bajar del techo por el pilar de luz.
La familia de la víctima, que siguió de cerca todo el proceso judicial, se sorprendió esta semana al confirmar que, pese a la condena, el brutal asesino ya esté libre, expulsado a Chile, sin que nadie les avise.
Porqué liberaron a Chucky
Alex Velásquez Barrientos resultó beneficiado por la Ley de Migraciones, que establece que los extranjeros condenados a perpetua en suelo argentino pueden ser expulsados luego de cumplir un plazo mínimo de 13 años en detención.
Según la resolución judicial, Barrientos había cumplido con ese requisito, lo que habilitó la posibilidad de su expulsión a Chile. La ley no obliga a suspender la sentencia, pero la Dirección Nacional de Migraciones decidió que la permanencia de Barrientos en el país, encerrado en una prisión, era irregular. Y con su expulsión le dio la libertad 20 años antes de tiempo.
A la familia de la víctima nadie le avisó y lo único que les plantearon como una especie de consuelo es que el femicida tiene prohibición de ingresar al país. Una medida burocrática, que resulta insuficiente.
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