Preocupación por la tensión entre las dos Coreas

El Ejército de Corea del Sur admitió que un dron de Corea del Norte sobrevoló el mes pasado una zona restringida de Seúl, donde se encuentran la sede de la presidencia y del ministerio de Defensa. En su momento, las autoridades de la nación asiática habían negado aquellas versiones.

El incidente se remonta al 26 de diciembre, cuando cinco aviones no tripulados provenientes de Pyongyang penetraron en el espacio aéreo de Corea del Sur, que desplegó vehículos caza para tratar infructuosamente de abatirlos.

Las fuerzas armadas de la potencia oriental ya se habían disculpado por no haber podido interceptarlos, pero desmintió repetidamente que los aparatos se hubieran infiltrado en la zona restringida P-73. “No es verdad que (el dron norcoreano) no pasara sobre Yongsan”, reconoció este sábado Lee Sung-jun, vocero del Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur. Aquel es el distrito donde se encuentran los dos edificios oficiales del Estado.

Un cargo militar aseguró que la investigación reveló que “la trayectoria de un pequeño dron del enemigo” pasó por encima del extremo septentrional de esta zona vedada. “Aclaramos que no hay un problema con la seguridad de la oficina”, añadió.

El ejército indicó la semana pasada que Pyongyang “no pudo obtener información relevante” por la baja tecnología de sus aparatos. De todas formas, la agencia de espionaje surcoreana confesó este sábado, ante un grupo de diputados que “es posible” que la nave tomara fotografías de la oficina presidencial, según afirmó el parlamentario opositor Youn Kun-young a la prensa.

“Es preocupante que la zona, donde se encuentran las principales instalaciones de control de seguridad de Corea del Sur, fuera infiltrada durante el pico de tensiones entre los dos países” explicó Yang Moo-jin, que se desempeña como profesor de la Universidad de Estudios Norcoreanos.

Los conflictos en la península de Corea aumentaron el año pasado ante el récord de pruebas armamentísticas del Norte, que incluyeron el disparo de su misil balístico intercontinental más avanzado hasta la fecha. El nuevo presidente surcoreano Yoon Suk-yeol reforzó las maniobras militares con Estados Unidos y mantiene conversaciones con Washington para realizar ejercicios que impliquen activos nucleares. Aun así, el escándalo es mayúsculo.