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Quién es El Monstruo, el púgil japonés que destruye rivales

Para muchos se trata del mejor libra por libra. Naoya Inoue este sábado volvió a lucirse. Su historia poco conocida, el argentino al que destronó y el fútbol.

Y pensar que en su familia lo apodaban el "angelito" por lo flaquito y bueno. Todo lo contrario a lo que es hoy, el Monstruo, tal el seudónimo que se ganó en el mundo del boxeo por el poder de sus puños y su capacidad para destrozar a sus rivales.

El campeón japonés Naoya Inoue extendió este sábado su invicto a 21 peleas con 18 nocauts y retuvo los títulos Mundiales Gallo de WBA e IBF. Michael Dasmarinas, que no llegó a terminar el tercer round fue su última víctima. También supo sufrirlo el argentino Omar Narváez, al que desplazó y es considerado por muchos el mejor boxeador del momento, libra por libra.

"El dueño de mi gimnasio me puso ese apodo ("kaibutsu", El Monstruo) cuando tuve mi primer combate. Cuando estaba activo en el boxeo, la gente solía decir que era un genio. Cuando debuté, alguien le preguntó qué tan genio era yo, luego respondió que estaba más allá de eso. Le dijo que soy un monstruo. Sentí algo de presión cuando recibí ese apodo por primera vez, por supuesto. Pero se volvió cómodo después de muchos años. Creo que es un apodo fácil de recordar en Estados Unidos, así que estoy agradecido de tenerlo", reconoce el fenómeno de 28 años.

https://twitter.com/ESPNDeportes/status/1406484621815173122

-> Su historia

Nació un 10 de abril de 1993 en Zama, en la prefectura de Kanagaway. Si bien se sabe muy poco sobre su vida personal, el astro nipón se crió junto a un hermano menor que también es boxeador.

Cuando era un niño pequeño, Naoya jugó un poco al fútbol, pero era el boxeo al que volvería y donde triunfaría. Esto es muy fácil de entender ya que su padre era pugilista. A medida que pasaron los años, Shingo Inoue se convirtió en la inspiración y el entrenador de sus hijos, Naoya y su hermano menor Takuma Inoue. También el ídolo tiene una hermana, Haruka Sesa.

Sus padres han sido influyentes en su vida, pero como boxeador, su padre que lo ha entrenado en el deporte, ocupa el lugar central.

Una de las cosas más interesantes sobre Naoya es que a pesar de que es muy popular, todavía ha logrado mantener una vida privada. No se conoce el nombre de la esposa del boxeador pero sí que los dos han estado juntos desde que estaban en la escuela secundaria y fue desde entonces que comenzaron a salir.

Tiene dos hijos y aclaró que no quieren que sigan su camino y sean boxeadores. "Es un deporte peligroso. Sé lo difícil y doloroso que es", fundamenta.

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-> Cómo piensa

Tiene una facilidad enorme para tirar a sus rivales, pero para él el boxeo va más allá de eso, se trata de un arte. "No es que siempre vaya a noquear a mis oponentes. También quiero mostrar ese tipo de pelea, pero no creo que de eso se trate el boxeo. Quiero mostrar todas mis técnicas y habilidades", afirma.

En un ambiente lleno de egos y soberbia, el mejor no se la cree ni se conforma. "Para ser sincero, estoy lejos de estar satisfecho con mi propio boxeo. Es por eso que puedo mantenerme motivado para ser más fuerte. Todavía no estoy satisfecho con mi boxeo y mi carrera, por lo que todavía tengo espacio para mejorar. Soy cauteloso para no tener demasiada confianza. Y no es como si me estuviera obligando a pensar de esa manera, realmente pienso así", declaró hace un tiempo.

Profeta en su tierra, ídolo total en Japón quiere hacer historia en Estados Unidos, donde ya se ganó un nombre y un respeto. "Espero poder estar activo en los Estados Unidos en los próximos ocho años", afirmó apenas se radicó en ese país quien acaba de dar espectáculo en Las Vegas.

"Al continuar ganando no solo en Japón, sino también en Las Vegas, la capital mundial del boxeo, quiero recibir reconocimiento mundial. Ese es mi objetivo", sostiene.

Nonito Donaire fue uno de los poco que pudo meterle una buena mano en una pelea histórica. Claro que como el resto, terminó cediendo ante el implacable japonés que no olvida aquel sobresalto. "Recuerdo cada movimiento de Donaire y vi ese momento en que recibí el golpe. Lo recuerdo todo claramente. Pude conocer mis límites a través de esa pelea. Solía pensar que era un buen recibidor de puños, pero nunca había estado en ese tipo de situación, así que creo que pude aprender mucho más sobre mí. Creo que pude demostrar mi dureza", rememora.

"Si yo mismo puedo disfrutar de la pelea, los espectadores también deberían poder disfrutarla. Quiero aumentar el disfrute mostrando mis habilidades, técnicas y golpes de poder", expone su filosofía. Vaya si lo está logrando...

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