El clima en Neuquén

icon
12° Temp
42% Hum
La Mañana consumo

Comer facturas es un lujo: la docena cuesta hasta $130

En el centro los precios son más altos. Los panaderos se quejan de los costos.

Sofía Sandoval

[email protected]

Neuquén.- Conseguir una docena de facturas por menos de 100 pesos exige cuadras de caminata por el centro de Neuquén, donde las panaderías más reconocidas ofrecen precios elevados para aquellos que se tienten con una merienda dulce. Los altos costos llevan a muchos a optar por productos alternativos.

Aunque el invierno es la temporada tradicional para el consumo de facturas y otras cosas dulces, las panaderías ya no se llenan como lo hacían en años anteriores. “Antes teníamos cola en la puerta, pero ahora viene mucha menos gente”, explicó Mimí, desde un local en calle Roca.

Llevar a casa una docena de estos panificados exige un desembolso de al menos 90 pesos, pero en las panaderías más establecidas de Neuquén, la docena llega a costar 130, un valor no apto para cualquier bolsillo.

Los panaderos aseguran que el incremento de los insumos los llevó a subir los valores en el mínimo margen posible con el fin de mantener la clientela.

Harina por las nubes

Según explicó Marcos Flores, referente del sector, la bolsa de harina 0000, que se usa para las facturas, cuesta unos 450 pesos y los cinco kilos de manteca se consiguen por cerca de mil pesos.

Con esos precios, muchos se decidieron por incrementar el valor de estos dulces tradicionales, mientras que otros resignaron parte de sus ganancias con el objetivo de sostener el flujo de clientes. “Preferimos ganar menos y apostar por mayor rotación, para que nuestro producto se conozca”, señaló Matías, que vende medialunas rellenas en tres sucursales de la ciudad a 90 pesos la docena.

“Nosotros nos caracterizamos por usar mucha manteca, vendemos las facturas a 110 pesos pero no descartamos subirlas un poco para hacer frente a los costos”, dijo Constanza, a cargo de una panadería sobre calle Brown. En ese local, la fidelidad de los clientes les permitió sortear un momento difícil para el sector. “Hay gente que incluso viene de otras localidades a comprar”, detalló.

La tentación por el sabor característico de su panadería puede más y, en muchos casos, los clientes se quejan de los altos precios pero igual se llevan su docena para el desayuno. Aquellos que no pueden enfrentar costos tan altos, en cambio, aplacan los sonidos del estómago con productos alternativos.

“Estamos vendiendo más las tortas fritas, sobre todo ahora en invierno”, dijo Constanza sobre el producto que se vende a 90 pesos la docena, un 20% más barato que las facturas.

Mimí, por su parte, explicó que muchos optan por raspaditas, bizcochitos o palitos de queso: todo vale para alimentar las tentaciones sin resignar el presupuesto.

Fernando Schpoliansky. Economista y concejal

1. ¿Cómo impactan los aumentos en los sectores más pobres?

En los hogares medios y de menores ingresos los alimentos inciden más porque destinan una proporción mayor de sus ingresos a alimentarse.

2. ¿Qué estrategia pueden armar frente a esta situación?

Las personas han modificado sus hábitos de consumo. Y esto se ve en los gastos en supermercados. Comprar en los mayoristas o dejar de consumir productos de alto valor para consumir otros más económicos son algunos ejemplos.

3. ¿Y cómo afecta a los comercios?

El impacto en los pequeños y medianos comercios es significativo ya que la retracción en el consumo no sólo se produce en los bienes necesarios sino, con mucha más razón, en aquellos bienes a los que la gente ya no puede acceder.

Te puede interesar...

Lo más leído

Leé más

Noticias relacionadas

Dejá tu comentario