El secretario de Desarrollo Territorial y Ambiente, Jorge Lara, aseguró que era una aeronave alquilada por la provincia para trasladar agua hacia los focos de incendio.
"Todo el personal de manejo aéreo está muy acongojado", dijo el secretario de Desarrollo Territorial y Ambiente, Jorge Lara, al confirmar la noticia de la caída de un helicóptero y la muerte de sus dos tripulantes en la zona de Quillén, en las cercanías de Aluminé, donde hace más de diez días se desató un fuerte incendio forestal.
Según explicó en declaraciones radiales, el helicóptero se levantó en uno de los lotes y se dirigió a una zona donde hay "un cañadón difícil" con una espesa columna de humo que impedía la buena visibilidad. "Primero perdimos contacto, no tuvimos más comunicación, y después el personal de Manejo del Fuego, que está más cerca, nos informó que vieron cómo se desplomó", dijo Lara.
Agregó que la aeronave no pertenece a la flota provincial, sino que había sido alquilada hace pocos días por el Estado neuquino para fortalecer el combate del incendio con más medios aéreos. También aclaró que era un helicóptero que trasladaba baldes con agua, y no los que se usan para traslado de personal.
Al conocer la noticia de la caída, una médica del Servicio Integrado de Emergencias de Neuquén (SIEN) que presta servicios en el lugar del incendio se dirigió a bordo de otro helicóptero al lugar. Desde el aire, pudo comprobar que se había generado una columna de humo muy negra, una señal que indica que la aeronave se había prendido fuego.
Lara explicó que, ante esa situación, la médica no pudo descender al lugar, por lo que se confirmó la muerte de los tripulantes y se decidió aguardar hasta que el helicóptero se enfríe para poder bajar a confirmar la identidad de los muertos y conocer las causas que provocaron el siniestro.
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